En el curso de la historia, el ser humano ha desarrollado diversos sistemas de creencias para afrontar el enigma de la vida. Este es el caso del budismo, una religión y filosofía cuyo propósito es iluminar y despertar las mentes. Surgió en la India y se erigió como un camino de comprensión profunda y liberación del sufrimiento.
Durante esta lectura, exploraremos con más profundidad en esta doctrina religiosa; nos adentraremos en sus principales características y en las diversas escuelas generadas a lo largo del tiempo. Así, tendremos un panorama amplio sobre esta milenaria forma de vivir.
¿En qué consiste el budismo?
Esta es una religión centrada en el desarrollo de la espiritualidad y, al mismo tiempo, una filosofía de vida. Esto significa que quienes la practican siguen las enseñanzas de Buda, un ser espiritual caracterizado por estar despierto o iluminado.
Buda se traduce de forma literal como ‘despierto’. Se trata de un título que recibe todo aquel individuo que descubre el camino hacia el nirvana. También, quien propaga sus enseñanzas para que otros encuentren el sendero de la extinción del deseo, el odio y la ignorancia.
La doctrina considera que las personas se encuentran dormidas desde un punto de vista espiritual. Por lo tanto, no tienen conciencia de cómo son las cosas en realidad. En su lugar, están en el mundo del padecimiento y el sufrimiento por la transitoriedad de la vida y las cosas materiales.
El objetivo de esta religión es librar al ser humano de todo lo que le provoca dolor y sufrimiento. Para ello, se centra en el dharma, término en sánscrito, referente a las verdades eternas y las leyes del orden universal descubiertas por el Buda. El énfasis de esta creencia es comprender y practicar las enseñanzas reveladas por este ser espiritual.
Filosofía
Desde el punto de vista filosófico, no se trata de una teoría especulativa compuesta de conceptos. Ser budista más bien se orienta a un pragmatismo dialéctico con un enfoque psicológico, según el libro El budismo: Su esencia y su desarrollo (2023).
Significa que prevalece la actitud práctica, ya que las proposiciones de esta doctrina tienen la forma de consejos sobre cómo actuar y comportarse en la vida diaria.
En el plano psicológico, se resalta la meditación como el medio para lograr el desarrollo espiritual. A través de ella, se logra el dominio y la disciplina de la mente. Por último, la dialéctica se refiere al uso de las paradojas y contradicciones en los escritos budistas.
Historia de la religión budista
Durante el siglo V a. C. esta religión fue fundada por Siddharta Gautama, conocido también con el nombre de Shakyamuni que significa «sabio del clan Shakya». Asimismo, en la cultura popular se lo denomina Buda.
En su juventud, él vivió una vida rodeada de lujos porque era miembro de una familia real. A pesar de ello, decidió explorar el mundo y encontrar la realidad verdadera. La misma la halló cuando estaba meditando debajo de un árbol. En ese momento, vio sus vidas pasadas, el renacimiento y una existencia sin deseos e ignorancia.
De esta manera surge el verdadero Buda, un ser espiritual despierto e iluminado que impartió sus conocimientos por ciudades de la India durante más de 45 años. Al período inicial se lo conoce como budismo primitivo.
En cuanto a la expansión de esta religión espiritual, la misma se dio gracias a la conversión de Ashoka, fundador del primer Imperio indio. Tanto fue así que se cuenta que este hombre ordenó construir 84 000 monumentos budistas dentro y fuera de la nación.
Las escrituras budistas
En su origen, la doctrina budista se transmitía mediante la oralidad. Se cuenta que Ananda, discípulo de Buda, fue el encargado de anotar las enseñanzas de su maestro. Estas citas o aforismos se denominan Sutra, ya que son sentencias que el mismo Gautama ha pronunciado.
Luego nos encontramos con el Dharma, que son escritos en donde se halla la doctrina budista. Asimismo, está el Vinaya que se refiere a la disciplina monástica. Con el tiempo, surge otra división en los textos que lleva el nombre de Abhidharma. Este agrupa preceptos más desarrollados sobre la religión.
Tipos de budismo
Tras la muerte de Buda, se crearon varios consejos para debatir el canon de las escrituras y aquellos elegidos para preservar sus enseñanzas. Por supuesto, durante el proceso surgieron diferencias entre sus miembros. Esto dio lugar a que aparezcan diversas escuelas o tipos de budismo, cada una con sus propias características.
- Zen: iniciado en China, utiliza técnicas de meditación para alcanzar el satori o iluminación. Se centra más en la vivencia de la experiencia directa, por lo que no le da tanta importancia a las escrituras y textos budistas.
- Mahayana: también denominado «gran vehículo», promete la liberación de todas las personas. El medio para lograrlo no requiere de largas y rigurosas meditaciones. Además, considera que todos somos portadores de un Buda interior, solo falta que sea realizado.
- Tibetano: tenían como referentes a un mentor o lama. Consideraban que el propósito de la vida era trascender nuestra vida terrenal y animal para convertirnos en un Buda. Además, sostenían la creencia de que este ser espiritual se encontraba merodeando entre nosotros.
- Theraveda: denominada como «camino de los ancianos», se refiere a las enseñanzas primordiales y originales de Buda. Su meta principal era liberar al ser humano del samsara o ciclo de reencarnaciones por medio del nirvana. Esta escuela se formó dos siglos después de la muerte del Buda.
Principios y creencias del budismo
Las enseñanzas que el Buda pudo ver en su proceso de iluminación llevan el nombre de las cuatro nobles verdades. De esta manera, todo aquel con esta forma de vida debe aprender estas revelaciones eternas. Solo así podrá encontrar el camino correcto para despertar su ser espiritual.
Primera noble verdad: todo es sufrimiento
Es posible sacar adelante nuestra vida en aparente tranquilidad. Sin embargo, en el fondo siempre habrá un profundo vacío, la sensación de que todo es insatisfactorio. Por eso, el Buda nos indica que en la vida terrenal todo es sufrimiento, porque nada nos llena por completo. Esta apreciación se debe a que aún no hemos encontrado la realidad espiritual.
Segunda noble verdad: el sufrimiento es provocado por el deseo
Según Buda, existen tres tipos de deseos: el placer sexual, las ansias de reconocimiento o estima y el deseo de no existir. Este último no está presente la mayor parte del tiempo, aunque puede surgir en ocasiones.
La causa de estos se debe a que desconocemos las características propias de nuestra existencia. Las mismas son la impermanencia, el sufrimiento y la carencia de un ser.
Tercera noble verdad: para librarse del sufrimiento hay que deshacerse del deseo
Para dejar de padecer el sufrimiento en esta vida debemos alcanzar el nirvana. El mismo se define como un estado en el cual el sufrimiento deja de existir. Así, puede experimentarse en esta vida y después de la muerte.
Cuarta noble verdad: para deshacerse del sufrimiento hay que seguir el noble sendero óctuple
Deshacernos del deseo implica un entendimiento correcto. Hay que comprender de manera acertada las enseñanzas de Buda. Asimismo, es necesario fomentar actitudes de amabilidad, compasión, alegría y calma. Sumado a ello, se deben realizar acciones apropiadas con base en los cinco preceptos budistas:
- No robar
- No matar
- No mentir
- No consumir alcohol
- No pecar sexualmente
Características del budismo
Esta religión se caracteriza por el descubrimiento de la verdadera esencia de la existencia. De hecho, es la segunda noble verdad. Se considera que aprehendiendo esto, sumado al desapego de la sensibilidad y materialidad a la que estamos inmersos, despertaremos nuestra espiritualidad. Precisemos sus particularidades:
- Samsara o karma: es el ciclo de reencarnaciones a las que estamos sometidos a causa de nuestras acciones durante la vida.
- Impermanencia: nos indica que todo cambia y nada permanece igual. Así, la existencia se caracteriza por la constante transformación.
- No existe un Dios creador: de manera opuesta a otras religiones, los budistas consideran que no hay algo como un Dios supremo. La salvación o iluminación se encuentra al interior del ser de cada uno de nosotros.
- Nirvana: representa el fin de la existencia humana tal como la conocemos. Es un estado trascendente en el que no hay sufrimiento, deseo, ni sentido de uno mismo. El sujeto se libera del karma y el ciclo de muerte y renacimiento.
- Eliminación del «yo»: si nos desligamos de la idea de un «yo» concreto y empírico, podemos iniciar el camino de eliminación del sufrimiento. De igual modo, la concepción de pertenencia y propiedad desaparece, ya que no hay algo como «mío».
- No existe el ser: al no existir nada permanente, las cualidades que hacen a una persona ser lo que es cambian a lo largo del tiempo. Por lo tanto, los sentimientos, creencias y pensamientos no son los mismos en el transcurso de la vida. No existe un ser universal que nos caracterice como humanos.
Símbolos
Por otra parte, los símbolos que utiliza esta religión no cumplen solo la función de representar su doctrina espiritual. Se suma a ello el hecho de que representan un papel crucial en la práctica y comprensión de sus enseñanzas. Es a través de la siguiente simbología que sus seguidores pueden conectarse con la sabiduría budista y cultivar una vida significativa de espíritu:
- Ojos de Buda: representan la omnisciencia y la compasión de Buda.
- Árbol bodhi: simboliza el evento clave de la iluminación de Buda que ocurrió debajo de este árbol.
- Rueda del dharma: figura el ciclo de enseñanzas de Buda y la naturaleza cíclica de la existencia. Sus ocho puntas simbolizan el noble óctuple sendero.
- Flor del loto: alude a la pureza espiritual, el crecimiento y el camino hacia la iluminación. Es la elegida porque crece en aguas turbias, pero permanece impoluta, sin ninguna mancha.
- Nudo sin fin: conocido como srivatsa, es la interconexión de todas las cosas en el universo. Su función principal es transmitir la idea de interdependencia de todas las cosas de la existencia.
Un legado de aprendizaje y autodescubrimiento
La religión budista es una de las que cuenta con más seguidores en la actualidad. Tal vez esto se deba a que se trata de una doctrina muy opuesta a las que conocemos. Así, su especial interés por el despertar espiritual ocasionó que traspasara las fronteras culturales y del tiempo.
En un mundo donde por lo general vivimos en automático, esta filosofía proporciona una nueva manera de llevar nuestra existencia. La misma no se centra en la veneración de algún Dios, sino que propone un desarrollo espiritual que nos libere del sufrimiento de la vida terrenal. En este sentido, se trata de un proceso de aprendizaje y autodescubrimiento.
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