La declaración fue hecha por la Dra. Beatriz Villarroel, astrónoma de la Universidad de Uppsal
a y profesora asistente en el Instituto Nórdico de Física Teórica de la Universidad de Estocolmo.
Crédito: MysteryPlanet.com.ar.
Además de ser investigadora principal del proyecto VASCO, centrado en la búsqueda de tecnofirmas extraterrestres en las proximidades de nuestro planeta, la Dra. Villarroel recientemente participó en un encuentro sobre fenómenos anómalos no identificados (UAPs) celebrado en el Parlamento Europeo de Bruselas. Durante este evento, la astrónoma hizo referencia a la famosa oleada OVNI que tuvo lugar sobre Washington D.C. en 1952, la cual, según sus investigaciones, tuvo origen extraterrestre.
Ahora, en un artículo publicado en su blog personal, ha llevado sus reflexiones un paso más allá al sugerir que para abordar el problema de manera más efectiva, se requiere un cambio radical en el enfoque actual hacia el mismo:
«Muchas organizaciones hacen un trabajo excelente y admirable al recopilar informes y buscar explicaciones subyacentes (fenómenos meteorológicos, aves, globos, etc.). La categoría restante, aquella que no pueden explicar, será llamada OVNI o UAP, y una vez hecho esto, se puede pedir a expertos serios de diferentes disciplinas que lo investiguen.
La Dra. Beatriz Villarroel en el reciente encuentro en el Parlamento Europeo de Bruselas (video más abajo).
»Por supuesto, también podemos hacer lo mismo utilizando encuestas telescópicas y varios sensores para observar el cielo y aprender mucho acerca de lo que vuela sobre nuestras cabezas. Sin embargo, cuando recopilamos informes de testigos y desglosamos las observaciones en categorías, no aprendemos la naturaleza del objeto, sino qué tan bien o mal las personas pueden identificar un objeto en nuestros cielos, y eso no es a donde queremos llegar.
»Al elegir el nombre de OVNI/UAP, nuestra metodología para estudiar el fenómeno refleja la definición y hace que dicho UAP sea extremadamente difícil de entender en detalle. Agregar expertos de muchas disciplinas es poco probable que ayude a lidiar con la gran cantidad de falsos positivos y negativos. Una vez que el fracaso en obtener resultados serios ocurre, el estigma arraiga aún más y hace que sea aún más difícil estudiar el fenómeno.
»Para romper este ciclo, necesitamos centrarnos en hipótesis claras sobre lo que creemos que estamos estudiando, sin importar cuán locas o estigmatizadas parezcan tales ideas. Necesitamos dejar de lado la discusión sobre UAPs y OVNIs y hablar sobre conceptos claros, por ejemplo, platillos voladores u orbes brillantes. No debemos tener miedo de hablar sobre artefactos extraterrestres o naves espaciales no humanas y cómo probar si pueden ser encontrados. Un platillo volador o un orbe brillante tiene características físicas distintivas que se pueden buscar en un sondeo. El término «platillo volador» nos da una hipótesis clara y algo concreto para buscar. Tales experimentos están más cuidadosamente diseñados y son más eficientes, y pueden ahorrarnos tiempo en falsos positivos —especialmente aquellos que traen preocupaciones de seguridad nacional—.
»Otra estrategia es basar la hipótesis en las cinco observables, aunque también estas observables fueron influenciadas por la terminología de fondo».
Para finalizar, la Dra. Villarroel reconoce que es difícil cambiar la terminología, ya que todo nuestro cableado mental está construido en torno a ella. Es por esta razón que, prefiere desglosar todo en algunos problemas comprobables donde la terminología es clara o de preocupación secundaria, para lo cual enumera las siguientes cuestiones:
¿Podemos encontrar firmas de artefactos o naves espaciales de inteligencias no humanas fuera de la atmósfera de la Tierra? ¿Podemos encontrar firmas de platillos voladores u orbes misteriosos dentro de la atmósfera?
¿Existe alguna correlación entre accidentes o desapariciones de aeronaves y «avistamientos de OVNIs» o puntos calientes? ¿Qué tal los accidentes o desapariciones de embarcaciones y avistamientos de OSNIs? (Aquí, la categorización es de preocupación secundaria ya que el objetivo no es entender la naturaleza de los objetos, sino el nivel de amenaza que representan). El nivel de amenaza se puede probar claramente de esta manera.
¿Existen objetos físicos con propiedades o materiales anómalos dejados en lugares donde un platillo volador aterrizó o se estrelló?
«Quizás fue la manipulación más brillante en la historia estigmatizar el término “platillo volador” y reformular el problema en una categoría de descarte como OVNI y UAP, ya que esto realmente afecta nuestro pensamiento y capacidad para resolver este problema que ha molestado a nuestra sociedad durante más de 70 años. Pero si seguimos hablando de OVNIs o UAPs, casi podemos garantizar que ninguna solución llegará en los próximos cien años tampoco», concluyó.
Por MysteryPlanet.com.ar.
«Necesitamos hablar más sobre naves alienígenas y menos sobre OVNIs», dice astrónoma