El agua balanceada

La formaciones de balanced rock [rocas en equilibrio] son comunes. ¿Pero cómo se explica lo del agua balanceada?

A primera vista, uno no esperaría que el agua corriera hacia abajo por la cresta de la ladera de una colina. La condición gravitatoria es de un equilibrio inestable: cualquier desviación del lugar exacto de los puntos más altos va a perpetuar dicha desviación, y el agua correrá por el lado de la colina. La sinuosidad del canal refuerza su desafío a la condición gravitatoria: alguna fuerza debe de estar manteniendo el agua desviada en equilibrio. El canal parece oscilar a lo largo de la cresta, como cabría esperar en un estado de equilibrio estable.

Si lo pensamos detenidamente, puede ser que la Tierra tenga un campo eléctrico, además de su campo gravitatorio. Esto ya ha sido señalado, pero poco investigado. Lo cierto es que casi nunca se toma en cuenta la hora de elaborar explicaciones como la erosión del agua.

El agua es una molécula polar y tiene la capacidad de responder a los campos eléctricos, pero, ¿a cuánto llega ese factor de drenaje de la lluvia por una cresta? Los campos eléctricos tienden a concentrarse en los bordes afilados y en los puntos altos. Es muy posible que, un campo eléctrico, a lo largo de una cresta, pueda tener la morfología de un equilibrio estable: más fuerte en la cresta y débil por los lados. El impulso de una molécula de agua se verá limitada, pues, por una fuerza eléctrica inversa que oscila alrededor del eje de la cresta y que va bajando por todo el «canal» de la cresta siguiendo el máximo campo eléctrico.

La fuerza eléctrica debe ser solamente un poco mayor que la fuerza de la gravedad, o puede ser tan sólo de forma intermitente o discontinua, dado que muchos de estas arroyuelos de crestas se quedan finalmente a un lado.

Para subrayar la semejanza de estos arroyuelos de crestas a unos arroyuelos más familiares, como los lunar o marcianas, podemos observar que hay varios que parecen estar compuestos de cadenas de cráteres. Los lectores de estas páginas pueden apercibirse de esta pugna con las descargas eléctricas en los arroyuelos excavados  extraterrestres. ¿Fueron formados estos arroyuelos por la caída de rayos en las tierras más altas? ¿Proporcionaron la «chispa de fuga» para excavarlos en la parte superior, quedando depositado eléctricamente en las crestas? ¿Existe un proceso de baja energía por lo que, de un modo oscuro, las descargas pueden grabar esas formaciones? El agua de lluvia, oportunista, segue entonces el canal eléctrico y lo ensancha con su propia contribución de erosión mecánica.

Quizá, debido a que los humanos no tenemos un aparato sensorial que sea sensible a las propiedades específicas de la eléctricidad, como los tiburones, las aves y los ornitorrincos, ignoramos la electricidad de la naturaleza. Cuando forzamos nuestra atención en ella, nos parece espeluznante y un poco aterradora. En estos tiempos modernos, cuando tenemos muchos instrumentos que pueden reemplazar nuestra carencia biológica, y cuando somos más conscientes de la ubicuidad de los fenómenos eléctricos, habría que reexaminar todas las teorías de mecánica que hemos heredado, y donde hemos dado por sentado más de una idea, deberían revisarse para tener en cuenta los efectos de la electricidad.

  • Referencia: ThunderBolts.info, 13 de enero 2012, por Mel Acheson
  • Imagen: Laderas erosionadas de unos acantilados cerca de Palisades, Colorado. Foto de M. Acheson.
  • Pedro Donaire
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