Un avance científico ha revelado la verdad sobre un sitio en la vieja Jerusalén, desafiando la opinión de los expertos y respaldando un relato de la Biblia.
Interpretación artística de la muralla de la ciudad de Jerusalén en el barrio de Beit Rishon. La investigación reveló que fue construida en los días de Uzías y no por el rey Ezequías. Ilustración de Leonardo Gurvitz, Archivos de la Ciudad de David.
Hasta ahora, los expertos creían que un tramo de muro en el corazón original de la ciudad fue construido por Ezequías, rey de Judá, cuyo reinado abarcó los siglos VII y VIII a.C. Él había presenciado la destrucción de sus vecinos del norte, el Reino de Israel, por parte del Imperio asirio, y se pensaba que había construido el muro para defenderse de los invasores.
No obstante, un nuevo estudio de casi una década ha revelado que fue construido por su bisabuelo, Uzías, después de un gran terremoto, reflejando así el relato de las Sagradas Escrituras.
El muro se encuentra en la Ciudad de David, el sitio arqueológico histórico que formó la ciudad original de Jerusalén.
Los arqueólogos Prof. Yuval Gadot y Joe Uziel, responsables de la extensa investigación en la Ciudad de David. Crédito: Yaniv Berman.
«Hasta ahora, muchos investigadores asumían que el muro fue construido por Ezequías durante su rebelión contra el rey Senaquerib para defender a Jerusalén durante el asedio asirio», explicó Joe Uziel de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA). «Ahora es evidente que el muro en su parte oriental, en el área de la Ciudad de David, fue erigido antes, poco después del gran terremoto de Jerusalén, como parte de la expansión urbana durante el reinado del rey Uzías. Después de la construcción de la muralla y hasta su destrucción por los babilonios, la ciudad continuó creciendo y prosperando».
El Antiguo Testamento describe la construcción en el Segundo Libro de las Crónicas (2 Crónicas 26:9). Dice:
«Edificó también Uzías torres en Jerusalén, junto a la puerta del ángulo, y junto a la puerta del valle, y junto a las esquinas; y las fortificó».
Las Escrituras también dan testimonio de la actividad sísmica, con el Libro de Amós (Amos 1:1) del Antiguo Testamento diciendo:
«Las palabras de Amós, que fue uno de los pastores de Tecoa, que profetizó acerca de Israel en días de Uzías rey de Judá y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto».
El estudio, un proyecto conjunto entre la IAA, la Universidad de Tel Aviv y el Instituto Weizmann de Ciencias, reveló el origen del antiguo muro utilizando datación por radiocarbono, una técnica que se vale de la desintegración de un isótopo radiactivo del carbono (C-14) para medir el tiempo y la fecha de objetos que contienen material con carbono.
Ciudad de David. Foto: Gil Filiva, Archivos de la Ciudad de David.
Según la IAA, este período de la historia anteriormente se consideraba un «agujero negro» para la datación por radiocarbono, debido a los niveles fluctuantes del isótopo en la atmósfera en ese momento. Pero utilizando anillos de árboles antiguos de Europa, los científicos pudieron registrar estas fluctuaciones año tras año.
«La resolución de C-14 era muy mala: 200-300 años; era imposible distinguir cualquier otra cosa», dijo Elisabetta Boaretto del Instituto Weizmann. «Con el trabajo que hemos hecho en la Ciudad de David, logramos alcanzar una resolución de menos de 10 años, lo cual es realmente algo muy muy nuevo y dramático».
Los científicos tomaron sus muestras de artefactos orgánicos encontrados en cuatro sitios de excavación diferentes en el corazón antiguo de Jerusalén, a veces llamado la Ciudad de David. Entre estos se encontraban semillas de uva, huesos de dátiles e incluso esqueletos de murciélagos. Todos fueron limpiados, convertidos en grafito y luego colocados en un acelerador de partículas a velocidades de 3.000 km por segundo para separar el carbono-14 de otro material orgánico. Medir el carbono reveló entonces la verdadera edad de la muestra.
Un cráneo de murciélago que ayudó a determinar la datación de la estructura. Crédito: Yaniv Berman.
«Hasta ahora, la mayoría de los investigadores han relacionado el crecimiento de Jerusalén hacia el oeste, al período del rey Ezequías, hace poco más de 2.700 años», señaló Yuval Gadot de la Universidad de Tel Aviv. «La suposición convencional hasta la fecha ha sido que la ciudad se expandió debido a la llegada de refugiados del Reino de Israel en el norte, tras el exilio asirio. Sin embargo, los nuevos hallazgos fortalecen la idea de que Jerusalén creció en tamaño y se extendió hacia el Monte Sion ya en el siglo IX a.C. Esto fue durante el reinado del rey Joás, cien años antes del exilio asirio».
«A la luz de esto, la nueva investigación enseña que la expansión de Jerusalén es resultado del crecimiento demográfico intrajudío y el establecimiento de sistemas políticos y económicos», añadió.
Además, muestra que la ciudad era más grande de lo que se pensaba durante los reinados de David y Salomón.
«Durante el siglo X a.C., los días de David y Salomón, esta investigación ha demostrado que la ciudad está ocupada en diferentes áreas, y parece haber sido más grande de lo que pensábamos anteriormente», precisó el Dr. Uziel. «Podemos señalar edificios específicos y relacionarlos con reyes específicos mencionados en el texto bíblico».
El Reino de Judá duraría hasta el 587 a.C., cuando los babilonios sitiaron y destruyeron su capital Jerusalén, junto con el Templo de Salomón —a menudo llamado el Primer Templo—.
Fuente: IAA/DM. Edición: MP.
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