Un estudio ha proporcionado las primeras clasificaciones computacionales de la pobreza energética, combinando imágenes satelitales de alta resolución para evaluar las firmas de emisión de luz en hasta 3.000 noches en todos los asentamientos humanos del mundo en desarrollo.
Mapa de calor de la población en pobreza energética (púrpura), 2020. Crédito: B. Min et al., Joule, 2024.
Investigaciones previas han demostrado que, a veces, no es suficiente llevar electricidad a comunidades remotas en el mundo en desarrollo. Las personas en estos lugares tienden a carecer de dispositivos que funcionen con electricidad, como simples bombillas; por lo tanto, muchos no pueden aprovechar la disponibilidad de energía. Estudios anteriores también han mostrado que más de 700 millones de personas en todo el planeta se encuentran en una situación de pobreza energética.
En este nuevo esfuerzo, un equipo de especialistas buscó obtener una evaluación más precisa del grado de falta de uso de energía por parte de personas en países en desarrollo. Con ese fin, emprendieron un estudio de imágenes satelitales que cubrían África subsahariana desde 2013 hasta 2020.
Crédito: B. Min et al., Joule, 2024.
Para comprender mejor cómo se utiliza o no la electricidad en un asentamiento determinado, el equipo analizó imágenes de asentamientos tomadas de noche, cuando la luz artificial sería visible desde un satélite. Para evaluar mejor el grado de luz capturada, los científicos compararon la cantidad emitida por un asentamiento con la de tierras deshabitadas cercanas. Realizaron estas comparaciones múltiples veces en diferentes noches para asegurar la precisión. Luego extrapolaron los datos para hacer estimaciones sobre el resto del mundo.
Como resultado, encontraron que aproximadamente 1.180 millones de personas —muchas más de las que se creía— utilizan poca o ninguna electricidad, lo que las sitúa en situación de pobreza energética.
Mapa de la pobreza energética en asentamientos en África en 2020. Crédito: B. Min et al., Joule, 2024.
«Se necesita mucho más trabajo para abordar las brechas de justicia y equidad energética. La mayoría de las personas en situación de pobreza energética viven en áreas más remotas, menos densamente pobladas y más accidentadas que las áreas con abundancia de energía», escribieron los autores. «Estos métodos ofrecen nuevas capacidades de seguimiento y monitoreo en el esfuerzo global por garantizar energía asequible, confiable y sostenible para todos».
El estudio ha sido publicado en la revista Joule.
Fuente: Joule. Edición: MP.