El mismo Partido Popular que llevaba meses alertando sobre un supuesto clamor nacional que pide echar al Gobierno ha empezado a anunciar en las últimas horas sobre el riesgo de un empate con el PSOE en las europeas del domingo. Desde el miércoles, su propio líder, Alberto Núñez Feijóo, trata de movilizar a los suyos con el argumento de que un empate entre PP y PSOE iba a ser ‘vendido’ por Pedro Sánchez como un triunfo electoral. “Imaginaos lo que estaría dispuesto a hacer si empatamos, ni oposición ni medios”, clamó a media tarde del jueves en pleno centro de Madrid el líder de la oposición.
Ese mensaje que el presidente del PP lanza ante los micrófonos y cámaras de televisión se explica en la trastienda del partido: sus sondeos apuntan no solo a una recuperación de los socialistas, sino al nuevo frente que puede abrir al PP el agitador Alvise Pérez , y su marca electoral ‘Se acabó la fiesta’. Más competencia para Feijóo por la extrema derecha.
Cuesta saber si la nueva escisión a la derecha de la derecha que tanto inquieta a algunos dirigentes del PP es causa o consecuencia de la estrategia que Feijóo y los suyos mantienen desde que Sánchez fue elegido presidente por tercera vez: la tesis del Gobierno ilegítimo y, en las últimas semanas, una campaña furibunda contra la esposa del presidente que se apoya en la controvertida instrucción de un juez que ha decidido imputarla en los últimos días de la campaña contra el criterio de la Guardia Civil, a la que encargó un informe que descartó cualquier sombra de delito sobre Begoña Gómez, y de la Fiscalía.
Sea como fuese, la irrupción de Alvise Pérez a quien algunas encuestas dan dos o incluso más diputados y que sigue creciendo al calor de los mismos bulos que multiplican sus redes sociales, supone una seria amenaza para los planos de Feijóo.
Su estrategia, heredada de Pablo Casado, pasaba por integrar las ruinas de Ciudadanos en el PP antes de lanzarse a por el electorado de Vox y devolver a todos esos votantes a la casa común del centro-derecha. Reunificarlo todo de nuevo en el Partido Popular y volver a 2011, antes de que el bipartidismo se hiciera añicos.
Un plan con fisuras
Las últimas citas con las urnas vienen dando pistas de que ese plan tiene fisuras: a pesar de la crisis abierta en Vox que ha derivado en la salida de importantes dirigentes, con Iván Espinosa de los Monteros a la cabeza, el partido de Abascal ha demostrado un suelo estable en Catalunya, donde ha mantenido sus 11 diputados, y en Euskadi ha resistido con uno (en Galicia ni estaba ni se le espera).
Pero el problema ahora es que incluso para ese electorado que puede desencantarse con Vox surge la propuesta todavía más radical de Alvise Pérez, a quien algunos encuestas dan un 5% de intención de voto, pese a su bajo grado de conocimiento. La derecha, de nuevo partida en tres.
Alvise es solo el último factor que ayuda a entender los últimos bandazos de Feijóo. Casi dos años y medio después de que saliese de Galicia, Feijóo se ha convertido en todo menos en aquel “político previsible” que prometía ser. El autoproclamado líder centrado que no toleraba pactos con la extrema derecha, no solo ha permitido acuerdos con Vox en todas partes donde la suma era posible, ahora se dedica a lisonjear a Giorgia Meloni ya su partido ultra, Fratelli.
En diferentes entrevistas el líder del PP ha dado a entender que hay una extrema derecha buena, la de Meloni, a la que trata de cortar, como también ha hecho Ursula Von der Leyen, y otras con las que no se puede ir a ningún lado , entre las que sitúan, aunque parezca increíble, a sus socios de Vox (junto a Le Pen y Orban).
El Feijóo madrileño dice escandalizarse porque, según dice, “la conversación política en España es un drama” nombra portavoz parlamentario a Miguel Tellado, uno de los máximos exponentes del bocachanclismo político, a quien en Galicia nunca había reservado un papel institucional, e incluso rehabilita a figuras médiáticas como Federico Jiménez Losantos de las que abominaba en la Xunta y que ahora son parada habitual en sus campañas. ¿Algún reproche del líder del partido para la presidenta madrileña que hace gala de llamar hijo de puta a Pedro Sánchez? Ninguno que se sepa.
La única promesa: echar a Sánchez
Casi dos años y medio después de aterrizar en Madrid, ¿cuál es la oferta de aquel líder “previsible” que presumía de gestión y coleccionaba mayorías absolutas? Echar a Sánchez. No hay más promesa que esa, da igual si la campaña es municipal, autonómica o europea. Hasta pasado el ecuador de la campaña su programa electoral era secreto. Y tras convocar media docena de manifestaciones contra la amnistía, cuando en una entrevista en Antena 3 Susana Griso le preguntó si se plantearía una moción de censura con Junts, Feijóo respondió que ese escenario está abierto . El partido tuvo que salir a desmentir esa posibilidad. Lo llamaron “mala interpretación”.
En la campaña anterior, durante una mitin en Catalunya identificó a la inmigración con las ocupaciones y la delincuencia , otra frontera que nunca se había atrevido a cruzar. Y en la anterior a la anterior, en Galicia, confesó a 16 horas periodistas que él veía bien los indultos y que se abrió un diálogo sobre la amnistía con Junts durante algunas.
Ahora, mientras las encuestas se empeñan en desmentir el hundimiento de Sánchez al que los populares piden la dimisión cada mañana, Vox insiste en que PSOE y PP voten el 90% de las leyes juntos en Europa, Alvise avisa de que se acabó la fiesta, e Isabel Díaz Ayuso previene para que “no se repitan los errores de la anterior campaña electoral”.
Se lo volvió a decir Ayuso (lo llevaba escrito, no improvisaba) a Feijóo este jueves en plena Gran Vía madrileña, antes de que el cielo se abriese en el corazón de la capital. Feijóo respondió a su manera: “Las borrascas vienen de Galicia, las tormentas se montan en Madrid”. La penúltima se llevó por delante a Casado para colocarlo a él al frente del partido. Fue entonces cuando Feijóo prometió que llegaba a la cima del PP para ganar a Sánchez, no para insultarlo. Tras haberle llamado de todo, ahora porfía para que no haya empate el 9-J. No sea que en la próxima tormenta madrileña el chaparrón caiga sobre él.
https://www.eldiario.es/politica/feijoo-no-encuentra-sitio-vox-alvise-presunta-moderacion_129_11429333.html
Sánchez busca la división de la derecha promocionando a Alvise
Los socialistas ponen a la misma altura al activista digital que a Feijóo o Abascal
Pedro Sánchez ha visto en las elecciones europeas una oportunidad para tratar de debilitar a la derecha con la irrupción de un nuevo partido, «se acabó la fiesta», dirigida por el activista digital Luis Pérez (Alvise) y que se sitúa a la derecha de Vox. Una formación cuyo germen es un canal de Telegram, en el que hay 484.000 personas, y por el que tiene varias causas judiciales abiertas por calumnias o de falsedad en documento privado, ésta última tras publicar una PCR falsa de Salvador Illa.
El CIS de Tezanos fue el primero en darle opciones al pronosticar una horquilla entre el 4,9% y el 5,7% de los apoyos. Lo que se traduciría en hasta 2 eurodiputados y en la quinta fuerza más votada en España pese a que el 44,6% de los encuestados no sabía quién era Alvise.
Durante toda la campaña, el PSOE le ha ignorado hasta que ha llegado la recta final. Tras la imputación de Begoña Gómez, Alvise se ha convertido en un personaje habitual en los discursos de Sánchez. Desde el miércoles, Sánchez trata de poner a la misma altura al agitador que al líder de la oposición. Comenzó en el polémico mitin de Benalmádena, en el que asistió justo a su mujer recién imputada, y en el que afirmó que «hay un hilo, un nexo de unión entre Abascal, Feijóo, ahora Alvise, las asociaciones ultraderechistas como Hazte Oír o Manos Limpias y todo el resto de máquinas del fango».
Este jueves, en Hospitalet de Llobregat, repitió la estrategia con una curiosa teoría sobre las muñecas rusas, las matrioshkas. «Los pactos de Feijoo con la ultraderecha han acabado por devorarle. Lo que está pasando es que en la muñeca de Feijóo sale el Vox de Abascal, y de la muñeca de Vox sale ahora el inframundo Alvise. Los tres son la matryoshka de la internacional ultraderechista», aseguraba Sánchez.
Dividir el voto de la derecha
Alvise ya ha anunciado que, si tiene éxito este domingo, su partido se convertirá en nacional y competirá también en las próximas generales. Los socialistas son conscientes de los beneficios electorales que, para el PSOE, tendría un partido a la derecha de Vox con un discurso que, de manera abierta, ataca a las vacunas o propone macrocárceles al estilo de Nayib Bukele en El Salvador, como si España tuviese un problema similar al de las maras.
Si, como admiten en privado algunos veteranos socialistas, «Vox es un seguro de vida», gracias a la movilización que provoca en el electorado de izquierdas, la aparición de una nueva formación de tintes aún más populistas contribuiría a dividir aún más el voto de la derecha en unas generales.
En estos comicios, el sistema de las circunscripciones penaliza en provincias pequeñas la existencia de dos partidos y sería perjudicial para la derecha en las provincias medianas si concurriesen tres formaciones. Según el CIS, el 19,6% de los votantes de Alvise proceden de Vox, el 7,5% son abstencionismos y el 4,1% votaron al PP.
«Si tú quieres ser ultra, siempre va a haber uno más ultra que tú«, afirmaba Sánchez quien cree que el PP «ha radicalizado el discurso». «Siempre habrá un discurso más xenófobo, si quieres ser ultra, envalentonas a los ultras», añadía ante el público barcelonés para explicar el auge de este nuevo partido.
Sánchez, «el mejor»
Durante el mitin en Hospital de Llobregat, el primer secretario de los socialistas catalanes, Salvador Illa, ha tenido palabras para Begoña Gómez mientras la pantalla del fondo exhibía una foto del matrimonio, al más puro estilo Kirchner. «Por nosotros, casi que te podías quedar en Cataluña pero hoy te pedimos que mandes un fuerte abrazo a Begoña, a tu esposa«, aseguraba el primer secretario del PSC quien recalcaba que «no hay voto que duela más a la ultraderecha que el voto a los socialistas»
En cambio, el todavía Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, no tenía ninguna palabra de solidaridad con la esposa imputada. En cambio, el Dj del acto ponía la canción «You are simply the best» (tú eres simplemente el mejor) de Tina Turner para recibir al secretario general del PSOE.
Sánchez evitaba hablar de Begoña Gómez hasta el final, ya en el tiempo de descuento para reprocharle a Feijóo que le haya acusado de ser «lacrimónegeno». «No me duelen prendas en decir que quiero a mi mujer y que voy a defender su honarabilidad», afirmaba. También resultaba llamativa la reducción drástica del término «máquina del fango» que, hasta hace unos días, era su palabra fetiche y que este jueves sólo al decía una vez. La estrategia, ahora, es hablar de Alvise.
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