Los Comunes adelantan su asamblea, donde hablarán de alianzas y liderazgo con la vista puesta en Podemos
Cataluña suele mirar muy a menudo hacia Francia (además de a Italia). Y ahora más que nunca. La decisión tomada por las izquierdas francesas de reeditar un Frente Popular, adjetivado ahora como nuevo, puede ejercer de inspiración también para el fragmentado segmento de la izquierda española. Los resultados decepcionantes de las últimas elecciones autonómicas y europeas describen una dinámica muy peligrosa para todos los partidos que actúen a la izquierda del PSOE: los socialistas se están quedando con todo su espacio político, mientras que la división entre Podemos y una coalición formada por todos los demás lastra ambas corrientes. Ante el descalabro electoral y obviamente financiero que sufren tanto IU como los Comunes, empieza a entreverse una sola solución: volver a un pacto con Podemos.
En eso está ahora el grupo dirigente de los Comunes, según afirman fuentes consultadas de este partido y más en general de Sumar. Los Comunes, al igual que IU, quieren volver a dialogar con Podemos, con la mirada puesta en una posible repetición electoral en Cataluña si fracasa el proceso de investidura de Salvador Illa o Carles Puigdemont. Pero más en general, el partido catalán quiere frenar la sangría electoral y revisar sus líneas políticas. Así lo admitió el portavoz Joan Mena en una reciente rueda de prensa, en la que anunció, entre otras cosas, que la formación adelanta a noviembre su cuarta asamblea nacional, que servirá para «redefinir» la estrategia, las alianzas políticas e incluso la cúpula del partido.
Triunvirato en los Comunes
Este diario ya adelantó que el papel de Ada Colau estaba siendo cuestionado internamente. Yolanda Díaz ofreció a la exalcaldesa de Barcelona ser cabeza de lista en la lista europea. Pero Colau rechazó la oferta. «Quería quedarse en Barcelona, por razones íntimas y personales más que políticas», deslizaban fuentes de los Comunes en las semanas previas a la campaña electoral de las europeas. Finalmente, los Comunes promovieron a Jaume Asens como su referente europeo en las elecciones del 9-J. El resultado fue perder las elecciones, incluso frente a Podemos, que se quedó con un puñado de votos más. Las dos candidaturas se repartieron cada una un centenar de miles de votos. Juntos hubieran sacado el doble, según coinciden prácticamente todas las fuentes consultadas de las dos izquierdas.
Los Comunes están siendo actualmente dirigidos por un triunvirato. Por un lado, está Colau, que todavía controla el grupo municipal y mantiene una influencia muy importante en la organización del partido. Por el otro, el tándem formado por Jéssica Albiach, candidata en las autonómicas, donde cosechó un resultado por debajo de las expectativas, y Candela López, activa en el Congreso de los Diputados, con carnet de Sumar y considerada la más afín a Díaz. En noviembre, los Comunes deberán decidir si reeditar esta fórmula o pedir cambios a nivel de dirección.
Todas las miradas están puestas en Colau, a quien, según las fuentes consultadas, se le pedirá dar un paso atrás. Pero según otras fuentes, ya estaría moviendo ficha para afianzar el proceso de reunificación con Podemos y, a través del enésimo giro en su carrera política, mantener su fuerza orgánica y liderazgo. «Necesitamos ampliar liderazgos», admitió Mena en su última comparecencia pública, en la que también sostuvo que las bases volverían a «tomar la palabra».
Preocupación en Más Madrid
Lo cierto es que los Comunes e Izquierda Unida son ahora mismo los partidos de la coalición de Sumar que más están planeando un acercamiento de Podemos. Este movimiento ha puesto en alerta a otros aliados de Díaz, que se temen lo peor. Es decir, una traición de Díaz que lleve a pactar con los morados un armisticio y reunificación, dejando caer por aquí y por allí muchas cabezas. Entre otras cosas, porque las fuentes hablan de que IU y los Comunes ya habrían comunicado a Díaz su intención de acercar posturas con Podemos, y la política gallega se habría dado por aludida. Díaz sabe que Podemos no volverá a la entente de la izquierda alternativa sin imponer algunas condiciones. Pero puede esperar que apacigüe a Irene Montero y Pablo Iglesias, dejando a caer a algunos de sus generales (suena otra vez el nombre de Íñigo Errejón), salvando su papel en la nueva coalición.
Más Madrid es, como es lógico, una de las formaciones más preocupada por esta posibilidad. Máxime porque Díaz sabe que, al igual que en los Comunes, también el partido madrileño experimenta choques internos de baja intensidad que, sin embargo, podrían convertirse pronto en unos cuantos terremotos. Mónica García sigue pujando para afianzar su figura política nacional, segura de que no volverá a la Asamblea de Madrid, donde ha dejado el control del partido a Manuela Bergerot. Ésta, sin embargo, no convence a muchos cuadros y compañeros. Creen que no está coordinando adecuadamente al grupo parlamentario en la Asamblea, mientras que Rita Maestre aspira a convertirse en el alter ego de Isabel Díaz Ayuso, o de quien la sustituya si finalmente la presidenta de la Comunidad de Madrid hereda el papel de lideresa del PP nacional.
Todo se mueve, en definitiva. Mientras IU y los Comunes parecen ya haber elegido su estrategia de cara a futuro, otros partidos como Más Madrid y demás aliados regionales de Díaz observan. Y empiezan a dudar de todos. Especialmente de Yolanda Díaz. No sería la primera vez que la política gallega cambia de piel en función de lo que mejor le conviene. Lo hizo en Galicia con los nacionalistas, después con Podemos y ahora con el PSOE y Sumar. Mientras, cabe subrayar que el PSOE ejerce también su influencia en ese espacio de la izquierda alternativa. Pedro Sánchez ya ha dado su visto bueno a una reunificación de Sumar (o lo que queda de él) con Podemos. No es un detalle baladí ante la debilidad orgánica y económica de unos partidos que hace tan solo cinco años pensaban robar a los socialistas la hegemonía de la izquierda.
https://theobjective.com/espana/politica/2024-06-19/comunes-iu-reunificacion-podemos/
La acción exterior de Cataluña cuesta 11 veces más que todo el presupuesto de Casa Real
El gasto de Cataluña en política de exterior no ha dejado de aumentar en los últimos años, y supera con creces lo destinado a la Corona. Pese a ello, Esquerra exige en el Congreso una auditoría sobre los gastos de la monarquía
Esquerra Republicana vuelve a la carga contra la Casa Real, y exige en el Congreso de los Diputados una auditoría a sus cuentas y mayor transparencia en el gasto. Una transparencia que brilla por su ausencia en el caso de Pedro Sánchez, que, por ejemplo, no hace públicos los regalos que recibe, al contrario que el Rey. En cualquier caso, en cuestión de gasto, los independentistas catalanes poco tienen que objetar sobre el coste de la Corona española, muy alejado de lo que la Generalitat destina a sus ‘embajadas’ y política exterior. La acción exterior de Cataluña cuesta 11 veces más que todo el presupuesto de Casa Real, pese a las labores de Jefatura de Estado que ejerce.
Los presupuestos catalanes para este 2024, prorrogados los de 2023 al ser incapaz Pere Aragonés de recabar apoyos suficientes, destinan un total de 98.609.487 euros para su Servicio de acción exterior. En cambio, el presupuesto de Casa Real para este año apenas es de 8.431.000 de euros, 11 veces menos. Además, en los últimos años, el presupuesto de la Corona no ha sufrido variaciones desde 2021, mientras que el presupuesto de la Generalitat para política exterior no ha dejado de crecer.
En 2023, sin ir más lejos, el presupuesto catalán para política exterior creció un 17%, superando los 105 millones. Algo de lo que se jactaba públicamente el Govern de Pere Aragonés. «Hemos vuelto a poner la acción exterior en las prioridades del Govern con un presupuesto récord, y este es sólo el punto de partida para seguir adelante», apuntaba entonces la consellera de Acción Exterior y Unión Europea, Meritxell Serret.
En los presupuestos para 2024, el Gobierno catalán prevé destinar 42,7 millones a cooperación al desarrollo y 57,1 millones a la Secretaría de Acción Exterior. En este último capítulo es en el que se encuentran las ‘embajadas’, que ya suman 21 en todo el mundo.
El Gobierno catalán cuenta con delegaciones de Gobierno en: Bruselas, África Meridional (Sudáfrica), África Ocidental (Senegal), Alemania, Andorra, Brasil, Cono Sur (Argentina), Corea del Sur, Estados Unidos y Canadá, Estados Andinos (Colombia), Europa Central (Austria), Francia, Italia, Japón, México y Centroamérica, Norte de África (Túnez), Países Nórdicos y Países Bálticos (Suecia), Portugal, Reino Unido e Irlanda, Sudeste de Europa (Croacia) y Suiza.
A las ‘embajadas catalanas’ habría que sumar el coste de otras instituciones que forman parte de la Acción Exterior del Govern y que están repartidas por todo el globo; Oficina de la Agencia Catalana del Turismo; Oficina de la Agencia para la Competitividad de la Empresa; Oficina del Instituto Catalán de las Empresas Culturales; Oficina del Instituto Ramón Llull; y la Oficina de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo.
El coste de estas oficinas es de 10,8 millones de euros, según los presupuestos prorrogados. Una cantidad que por sí sola supera ya en dos millones a lo destinado a Casa Real. El partido de Gabriel Rufián, no obstante, ha registrado una proposición no de ley en el Congreso de los Diputados en la que insta al Gobierno de Sánchez a elaborar, en el plazo de tres meses, «una auditoría de todos los gastos atribuibles a cualesquiera de los departamentos del Gobierno y/o instituciones y que son destinados a los miembros de la Casa Real y de la Familia Real».
Cabe recordar que la Evaluación de los Órganos Constitucionales y de Relevancia Constitucional, realizado por el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno (CTBG) calificó con un 100 sobre 100 a la monarquía en el examen de transparencia.
Gasto en asesores y altos cargos
No podemos olvidar que la Acción Exterior de Cataluña, cuyos representantes independentistas buscan ahora un trato de favor en la financiación autonómica, también supone un apartado extenso de gastos en altos cargos y asesores. En concreto, la Generalitat se gastará 1,5 millones en el salario de sus altos cargos en el exterior, y el presupuesto para asesores supera los 624.000. En los funcionarios que prestan este servicio, Cataluña gasta casi 10 millones de euros (9,7 millones).
Excluyendo el gasto en cooperación, el Gobierno catalán no ha dejado de aumentar el gasto en Acción Exterior bajo la batuta de los independentistas. Según los datos del Govern, en 2015, con Artur Mas al frente de la Generalitat, Cataluña gastó 19 millones de euro
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