La población de origen inmigrante en Suecia ha continuado aumentando desde 1980, superando recientemente el tercio de la población total (más de 10 millones de personas). Con las tendencias actuales, los migrantes constituirán la mayoría en las tres ciudades más grandes de la nación nórdica.
La oleada migratoria que se ha producido desde la década de los 80’ es bastante diversa, sin embargo, se destacan las personas de origen árabe, entre ellos, sirios, iraquíes y afganos, quienes, en los últimos años, han eclipsado a la comunidad finlandesa tradicional en el país.
El porcentaje de no europeos ha aumentado desde 1960 hasta un 19% conforme a estimaciones del año 2022.
De acuerdo con cifras recientes del organismo sueco, Estadísticas de Suecia (SCB), a principios de año, el 34,62 % de los residentes del país eran de procedencia extranjera desde al menos una generación atrás.
El tercer municipio más grande de Suecia, Malmo, se ha posicionado como la ciudad más multicultural del país escandinavo: el 31 de diciembre de 2022, los migrantes superaron el 57,5% de su población. Por otra parte, en Gotemburgo y Estocolmo, las cifras correspondientes al final del año fueron de casi el 48% y el 45,4%, respectivamente.
Asimismo, en algunos tramos de edad, los residentes de origen extranjero ya son mayoría. Por ejemplo, el 65% de los residentes de Gotemburgo de 5 a 9 años son inmigrantes. De esta manera, aunque se observan tendencias similares en las naciones nórdicas vecinas y en países de Europa occidental, Suecia ya se encuentra muy por delante.
Tobias Hubinette, investigador de raza y multiculturalismo en la Universidad de Karlstad y activista antirracista autoproclamado, ha descrito a Suecia como “el país más diverso y heterogéneo del mundo occidental después de Estados Unidos”.
“Estados Unidos se lleva el oro aquí, mientras que Suecia comparte la plata con un puñado de otros países, como Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Francia, el Reino Unido y los Países Bajos, pero, desafortunadamente, posiblemente tengamos un puesto de oro en términos de nivel de segregación”, escribió Hubinette en su blog.
¿Suecos a favor o en contra de la inmigración?
En los últimos años, la inmigración fue señalada como la responsable de provocar problemáticas de diferente índole, tales como, el desempleo, el crimen y la falta de cohesión social. Es por ello, que en la política sueca, el sector de la derecha está a favor de imponer restricciones más duras, mientras que los del lado de la izquierda abogan por una política más permisiva y acusan a sus opositores de tener una “fragilidad blanca” o “privilegio blanco” hasta de padecer “xenofobia” y “racismo”.
El Gobierno minoritario actual, encabezado por los moderados liberales-conservadores, han planteado la idea de “enderezar a Suecia” y afirman que se encaminan hacia el endurecimiento de los controles internos y el refuerzo de la lucha contra la inmigración ilegal. El Gobierno también hizo énfasis en su nuevo proyecto que denominó “repatriación voluntaria”.
Hace una década, todo esto era casi impensable cuando los mismos moderados durante su período anterior, con Fredrik Reinfeldt como primer ministro a la cabeza, señalaban que aspiraban a convertir a Suecia en una “superpotencia humanitaria” e incluso llamó a sus compatriotas a “abrir sus corazones” y abrazar la inmigración masiva.
Un hito importante en el cambio de enfoque de la inmigración en Suecia fue cuando el ex primer ministro Stefan Lofven, después de años de ardua negación, finalmente admitió que la mala integración de los recién llegados al país termino por desencadenar un aumento del crimen y una fuerte violencia en las calles por la presencia de tiroteos de pandillas que comenzaron a dominar el ciclo de noticias, hechos que provocaron que incluso los socialdemócratas de izquierda y proinmigración cambiaran su retórica.
En la actualidad, incluso con las nuevas limitaciones establecidas, las tendencias demográficas favorecen a los inmigrantes y a sus descendientes.
Los suecos serán una minoría en las dos ciudades más importantes de Suecia