Magdalena del Amo.- Para quienes nos movemos en el ámbito del periodismo de investigación y, más en concreto, entre la llamada disidencia despierta, es un tema conocido y no hay demasiado que explicar. Sin embargo, la gran mayoría de la población desconoce el fin último de este programa de control de la humanidad, llamado Nuevo Orden Mundial que se sustancia en la llamada Agenda 2030, la estocada final de aquellos “Objetivos del milenio” y después “Objetivos 2015” de las Naciones Unidas, con unas intenciones nada halagüeñas para el ser humano, aunque revestidos de un disfraz de primera. Dicho de otra manera, un auténtico caballo de Troya introducido en pleno día en nuestra sociedad y en nuestras mentes.
Esta selección de artículos es una síntesis transversal de lo acontecido en estos cuatro años, y lo que estamos viviendo. A quienes conocen esta estrategia malévola de los controladores del mundo, les servirá para asentar algunas piezas, dado que el tratamiento de los temas aborda lo denso y lo sutil, lo material y lo espiritual, lo mental y lo emocional. Sin embargo, nuestro punto de mira apunta a los ciudadanos creyentes en el sistema y acostumbrados a comulgar con ruedas de molino.
Los ideólogos de la Agenda 2030 son el Fondo Monetario Internacional, el Foro de Davos, el Banco Mundial, fundaciones como la Rockefeller, Rothschild o Bill & Melinda Gates y otros centros y corporaciones, oenegés, clubs, institutos y chiringuitos abstrusos de dudoso origen. Pero nada de esto habría sido posible sin la activa colaboración de la ONU y sus organismos internacionales con sus cadenas de filiales y múltiples tentáculos, dirigidos por personajes sin demasiados escrúpulos, dispuestos a todo para servir a sus amos y a sí mismos. Todo esto, amparándose en la credulidad, ignorancia y obediencia del pueblo desinformado, que cree a pies juntillas que todo lo hacen ¡por su bien!
El refrán “Dime con quién andas y te diré quién eres” se ha quedado obsoleto. Debería ser sustituido por otro de nueva creación, más acorde con los tiempos actuales. Algo así como: “Dime qué pin llevas en la solapa y te diré quién eres”, pero de verdad. Portar la corona de colores, sea por orden o por gusto, es toda una declaración de intenciones; es llevar la mente y el espíritu al desnudo. No hacen falta palabras. Los colores que distinguen los 17 objetivos de la Agenda 2030 son más que un libro abierto. Son el símbolo de la ruta hacia el control total, al estado policial, a la obediencia, a la falta de libertad, a dejar de ser humanos, al transhumanismo.
Vamos a enumerar los 17 objetivos, es decir, los 17 engaños disfrazados en los laboratorios de la ingeniería verbal/social. Después, traduciremos su auténtico significado:
1. Terminar con la pobreza en todo el mundo.
2. Acabar con el hambre, seguridad alimentaria, mejor nutrición y promover la agricultura sostenible.
3. Salud y bienestar para todos en todas las edades.
4. Educación de calidad inclusiva y equitativa y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos.
5. Igualdad de género y empoderamiento de las mujeres y las niñas.
6. Gestión del agua y saneamiento para todos.
7. Acceso a una energía asequible, confiable, sostenible y moderna.
8. Trabajo decente y crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible.
9. Industrialización sostenible, innovación e infraestructura resiliente.
10. Reducción de desigualdades dentro y entre los países.
11. Ciudades y comunidades sostenibles.
12. Producción y consumo responsables y sostenibles.
13. Medidas urgentes para combatir el cambio climático.
14. Utilización sostenible de océanos, mares y recursos marinos.
15. Proteger los ecosistemas, gestionar los bosques de manera sostenible.
16. Promover sociedades pacíficas, acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces.
17. Crear alianzas mundiales para el desarrollo sostenible.
Aparentemente, si eliminamos la matraca de los vocablos de la ingeniería verbal/social –sostenible, inclusivo y resiliente—, todo es aceptable; incluso suena bien. ¡Cómo no vamos a estar a favor de la eliminación de la pobreza, del hambre, de una buena educación, un sistema sanitario decente, trabajo para todos con salarios dignos, agua potable y justicia para todos! Si esto fuera así, estaríamos consiguiendo casi el mundo ideal, el nuevo paradigma por el que luchamos. Pero la verdad es otra. Veamos qué esconden estas golosas propuestas y cuál es, en realidad, su significado:
1. Reducción de la población. Eso significa el punto “acabar con la pobreza”. El control de la población es un objetivo fijo de todos los gobernantes, ya desde la antigüedad, que ven al pueblo como una amenaza. En estos momentos están reduciendo la población con guerras y enfermando a los ciudadanos con agroquímicos, fumigaciones, campos electromagnéticos y medicamentos. ¡Y siempre con engaño! Aparte del pactado control de la natalidad con los Estados en Vías de Desarrollo. Pero no acabarán con la pobreza. Muy al contrario, convertirán a todo el mundo en pobre, sin posibilidad de mejorar su bienestar, dependiente de una “limosna” del gobierno en forma de cupones, lo cual convertirá a los ciudadanos en obedientes y controlados esclavos de la dictadura mundial; a excepción, claro está, de una pequeña minoría privilegiada que sí gozará de cuanto le apetezca.
2. Monopolio de los alimentos. Lo de hambre cero es falso, pura falacia. Nunca han querido eliminar el hambre; todo lo contrario: siempre la han fomentado, traficando con el trigo y otros alimentos básicos, o regalando migajas de comida a cambio de esterilización de mujeres. Por eso pretenden eliminar a los agricultores y ganaderos. Por eso llevan años imponiendo en todo el planeta los transgénicos y todo tipo de semillas patentadas por Monsanto, aparejadas con su herbicida correspondiente. Por eso están prohibiendo la agricultura de subsistencia y llevando un exhaustivo control sobre el número de gallinas de los pequeños campesinos jubilados. Esto es solo una pincelada.
3. Vacunas para todos, Aborto libre y anticoncepción; eutanasia obligada o a petición. Esto es su “salud y bienestar para todas las edades”. Es la salud reproductiva de la ONU para que no nazcan niños. Este punto se complementa con el 1, a través del control de la natalidad, englobado en la llamada Cultura de la Muerte que abarca la eugenesia, el aborto y la eutanasia. Suponen que el bienestar de un viejo es la sedación. Por eso están fomentando las leyes de “punto final” en todos los países. Eliminación del derecho a aceptar o rechazar tratamientos, que incluirá vacunación obligatoria. ¡Aunque contengan grafeno y otros tóxicos!
4. Adoctrinamiento en la educación. A esto llaman educación de calidad. Siempre han adoctrinado. De hecho, una buena parte de lo que nos enseñan en ciencia, en historia o en tecnología, o es falso o está tergiversado. La educación prusiana en fondo y forma, incluso la universitaria, está pensada para crear seres trabajadores, obedientes y estancados, en lugar de personas críticas, con discernimiento y creativas. En la actualidad, con los nuevos parámetros ético/morales de la nueva antropología contranatura, el adoctrinamiento es más preocupante y peligroso que nunca.
5. Transexualidad y pederastia. A esto se refiere la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas. No tiene nada que ver con la igualdad, sino que, muy al contrario, fomenta la desigualdad. Se trata de normalizar la nueva concepción del significado hombre y mujer en relación con el sexo. Esto se está llevando a cabo a través de los centros de enseñanza y de los medios de comunicación, pero todas las instituciones están trufadas de esta nueva ideología totalitaria, contra la heterosexualidad, a favor de la transexualidad y la condena del hombre y su energía masculina; a favor también de que los niños en edades tempranas practiquen sexo con adultos, si así lo desean. Es la legalización “de tapadillo” de la pederastia. Se trata de una ideología contra la religión, la familia y el sentido común; todo ello bajo la presión de los lobbies LGTBI. Este punto es complementario del punto 1: reducir la población.
6. Gestión del agua por parte de empresas privadas. Esto quiere decir, en román paladino, la “garantía sostenible del agua”. Así, corporaciones privadas ajenas a los ciudadanos se han ido adueñando de los ríos, embalses y fuentes, convirtiendo un bien común en un filón para enriquecerse a costa de los usuarios. Nada podrían hacer, no obstante, sin las leyes ad hoc que los políticos de turno promulgan para beneficiar el espolio.
7. Pobreza energética. En esto se traduce la penalización al gas, al carbón y al petróleo, en favor de las llamadas energías “verdes”, un negocio de pillos elegidos a dedo, que funciona gracias a las subvenciones de los gobiernos de turno.
8. Explotación laboral y esclavitud fiscal. Se trata de una dinámica diabólica de destrucción de autónomos y pequeñas empresas que no puedan cumplir con ciertas normas de contratación, por ejemplo, la paridad y cuotas de trabajadores LGTBI. Paradójicamente, es hacer insostenible lo que era sostenible.
9. Cuarta revolución industrial. Transhumanismo. Esto es lo que significa la “industrialización inclusiva y la innovación”. Se trata de ir creando un mundo nuevo y robotizado, con “personas aumentadas”, como dicen los de la Singularity de la Silicon Valley: hombres/máquina con sensores en el cerebro. Para esta nueva reconversión “humana” no faltarán los fondos del Banco Mundial.
10. Leyes únicas para todos los países. Pensamiento único. Conseguir “eliminar la desigualdad” no se refiere a instaurar la democracia, con las libertades que en teoría conlleva, en las naciones dirigidas por gobiernos dictatoriales –comunistas—, sino a implementar leyes y normas comunes –esta es la esencia del NOM— de restricción de libertades en los países libres. ¿Se dan cuenta de la presión que sufrimos desde marzo de 2020 y de los pactos oscuros que se realizan a espaldas de los ciudadanos?
11. Vigilancia y control absoluto. Totalitarismo. El “ojo que todo lo ve” vigilará constantemente a través de la Inteligencia Artificial. Aglutinarán a los ciudadanos por sectores, llamados “ciudades de quince minutos”, de las que estará prohibido salir sin un salvoconducto. Allí estarán sometidos a todo tipo de manipulación, incluso al bombardeo con diferentes frecuencias electromagnéticas. El humano apenas tendrá derechos; solo deberes, entre ellos, el de respetar todo aquello que no es humano. Es decir, podrá abortar, pero pobre de quien pise una lagartija o corte una ramita de árbol.
12. Alimentos transgénicos. Granjas de insectos. En esto se sustanciará la nueva alimentación a base de productos sostenibles; o sea, carne sintética, “leche” de cucaracha y harina de gusanos. Todos esto ya se está comercializando. Y quienes no se avengan a los nuevos modelos de consumo, aparte de pagar más impuestos por adquirir alimentos tradicionales, serán mal vistos socialmente, por negarse a contribuir al fomento del nuevo paradigma. Los vecinos se convertirán en enemigos denunciadores, a cambio de recompensas del Estado. ¡Igual que en tiempos de la Inquisición!, que se premiaba por denunciar.
13. Geoingeniería climática. Continuarán implementando medidas surrealistas para apoyar la gran mentira del cambio climático. Se está haciendo en la actualidad y se incrementará en los próximos años, con penalizaciones a quienes se excedan en el consumo máximo asignado por persona. En realidad, se penalizará por todo, tal como ocurre en algunas regiones de China, donde existe el “carné de ciudadano”, y al que le restan puntos, por ejemplo, por comprar un perfume o algo innecesario. La privacidad y la intimidad serán cosas del pasado.
14. Control absoluto de los mares y los alimentos marinos. Se prohibirá la pesca; solo podrán hacerlo determinadas empresas elegidas por los gobiernos. Algo así como las eólicas y resto de energías “sostenibles”. Asimismo, se restringirá cualquier actividad en el mar, porque eso significa una intrusión en un medio que no es humano y podrían asustarse las medusas.
15. Expropiación y control de los recursos naturales. Llevan mucho tiempo engañando a los ciudadanos, haciéndoles abandonar sus pueblos para trabajar en fábricas y vivir en las ciudades dormitorio de las grandes urbes. Pero primero tuvieron que acogotarlos hasta que su vida en el rural se hizo insoportable. ¡Lo han hecho muy bien! Ahora no quieren a nadie en el campo. Por eso, desde determinadas cloacas, organizan los incendios forestales, tan extraños como nocivos. Su fin último es acabar con la propiedad privada, expropiando tierras y montes. “No tendrás nada y serás feliz” es la frase que todo el mundo conoce y repite. Quieren al ser humano despojado de todo, sin nada; completamente dependiente de la caridad del Estado. Por eso están prohibiendo la jardinería, los huertos privados y pequeñas fincas agrícolas, recoger agua de lluvia o encender la chimenea de leña. No pueden soportar que el ser humano sea libre, incluso estando en la cárcel.
16. Estados policiales. Política del miedo. Nada que ver con el enunciado “paz y justicia para todos”. Es todo lo contrario. Quienes hayan vivido en un país comunista ya conocen el escenario. Y quienes, por suerte, no han tenido que vivir en un país totalitario –en los que, sin excepción, la corrupta cúpula gobernante y sus familias y allegados viven con todo tipo de lujos, abusando del pueblo, encarcelando y asesinado a los oponentes—, pueden ver alguna película al respecto. Es tal cual.
17. Gobierno global. Nuevo Orden Mundial. Para el desarrollo del nuevo mundo “sostenible y resiliente”, con seres humanos controlados las 24 horas, hacen falta leyes globales que anulen cualquier derecho individual. El nuevo sistema estará en manos de corporaciones que seguirán al pie de la letra las dinámicas y estrategias para la domesticación y el control de la “granja humana”.
Hasta aquí la exégesis de este plan maquiavélico contra el ser humano; esta conjura contra la vida. Lo tienen minuciosamente programado y así consta por escrito en sus memorandos. Ahora bien, es cierto que algunas iniciativas han podido implementarlas con éxito, pero también lo es que en otras han fracasado estrepitosamente. Y esa es nuestra esperanza. Su acelerada obsesión suma menos que nuestro valor y espíritu de lucha. Nunca debemos olvidarnos de quiénes somos. El ser humano no es cualquier cosa. Ellos lo saben; por eso nos persiguen y quieren destruir nuestra esencia. Pero no nos dejaremos vencer.
Todos estos puntos están tratados en la presente selección de artículos, publicados con el único fin de descorrer el velo de la gran mentira.
*Psicóloga, periodista y escritora
AGENDA 2030. Una conjura contra la humanidad. ¿El fin de la era humana?