Los científicos informáticos no entienden esto realmente.

Oblea de silicio con microchips utilizada en electrónica para la fabricación de circuitos integrados.

En esta conferencia impartida en la conferencia G10, el director de la Fundación Essentia, Bernardo Kastrup, argumenta por qué la idea de una IA consciente, aunque no podamos refutarla categóricamente, es absurda. Tal vez deberíamos preguntarnos por qué se nos ocurre la idea de ordenadores conscientes. Según Kastrup, esto tiene mucho que ver con el hecho de que la mayoría de los informáticos son usuarios avanzados de ordenadores, pero nunca han construido uno ellos mismos. Si lo hubieran hecho, estarían familiarizados con los detalles y entenderían que la idea de que transistores microscópicos adquieran conciencia no es tan diferente a proponer que un sistema de alcantarillado suficientemente complejo (compuesto por tuberías y válvulas de agua) adquiera conciencia.

Precisamente porque la IA está teniendo un impacto fundamental en la sociedad con muchos desafíos regulatorios y quizás incluso existenciales, es muy importante que, especialmente en el ámbito académico, distingamos claramente entre hechos y ficción: pensar que la IA que funciona en máquinas de Turing (es decir, todas las IA que tenemos actualmente) puede volverse consciente ni siquiera es ciencia ficción, es pura fantasía.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.