Fuente: “Cuentos para quererte mejor” de Álex Rovira y Francesc Miralles.
«Cuenta una vieja fábula que una lechuza y una tórtola eran vecinas en el bosque. La primera estaba siempre disgustada porque nadie apreciaba su canto, así que, un día, le contó a su amiga que había decidido marcharse bien lejos.
—Pero… ¿adónde te irás? —preguntó la tórtola preocupada.
El mundo era muy grande y peligroso. Su amiga no entendía por qué quería irse si en su bosque vivían en paz y tenían comida y un hogar confortable.
—Voy a trasladarme al norte —contestó la lechuza segura.
—¿Qué hay en el norte que no tengamos aquí? —quiso saber la tórtola.
—Me han dicho que allí la gente es muy culta e inteligente —replicó la lechuza—. Aquí nadie aprecia mi graznido. Yo me esfuerzo, tú lo sabes, y solo recibo burlas. Allí seguro que todo me irá mejor.
La tórtola se quedó pensativa durante un buen rato antes de afirmar:
—Yo creo que dará igual si te vas al norte o al sur.
La lechuza abrió mucho sus ojos grandes, redondos como naranjas. Estaba sorprendida. No entendía a qué se refería.
—¿Tú eres capaz de cambiar tu voz? —le preguntó la tórtola.
La lechuza negó con la cabeza. ¡Su amiga a veces hacía preguntas muy tontas!
—Entonces da igual dónde vayas. Si tu voz es la misma, si tú eres la misma, las cosas serán parecidas allá donde vayas. A la gente del norte tampoco le gustarás—. Y tras una pausa para reflexionar, añadió: —Si te gustas a ti misma, en todas partes estarás bien, sin importar lo que piensen los otros. Y si no te gustas, entonces tienes un trabajo contigo misma.
A veces nos quejamos de los demás, desearíamos que fueran distintos, poder cambiarlos. Pero eso es tarea casi imposible.
Solo hay una persona en el mundo a la que puedes cambiar, si así lo deseas: tú mismo.
Un viejo proverbio indio dice: “es más fácil calzarse unas zapatillas que alfombrar el mundo entero”.
La lechuza no puede cambiar su voz, pero cada persona tiene una asombrosa capacidad de transformación. Para eso no hay que ir al norte ni al sur. Dentro de ti mismo es donde anida el gran cambio. Decide lo que quieres ser y haz lo necesario para hacerlo posible, porque, aunque nada cambie, si tú cambias, todo cambia».
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