¿Existen seres de la «Cuarta Dimensión» invadiendo nuestro mundo sin que lo sepamos?

¿Podría ser que, si algunos avistamientos de ovnis están realmente relacionados con alienígenas, es difícil probarlo porque pueden deslizarse fácilmente hacia una dimensión superior?

Cuarta Dimensión.

Crédito: MysteryPlanet.com.ar

El libro Flatland: A Romance of Many Dimensions (1884) de Edwin A. Abbott explora el concepto de dimensiones físicas a través de personajes que encuentran seres de dimensiones superiores. El protagonista, «A. Cuadrado», vive en un mundo bidimensional llamado Flatland (Planilandia). Cuando «Esfera», un ser tridimensional, lo visita, Cuadrado se da cuenta de que existe todo un mundo que nunca imaginó. Su interacción con Esfera lo lleva a considerar la posibilidad de dimensiones aún más altas.

Este libro, popular durante más de 140 años, refleja la fascinación de la humanidad por las dimensiones superiores y nuestra lucha por entender un universo donde podrían existir seres de esas dimensiones, como los alienígenas. Aunque la existencia de alienígenas en cualquier dimensión —especialmente en la cuarta— es puramente hipotética, científicos y filósofos han explorado cómo podría ser una dimensión superior. Los experimentos mentales han ampliado nuestro conocimiento matemático de estas dimensiones, permitiéndonos imaginar cómo podrían interactuar criaturas de la cuarta dimensión con nuestro espacio tridimensional.

Las dimensiones superiores son esenciales en matemáticas para comprender ciertos conceptos. Por ejemplo, la teoría de cuerdas —nuestra mejor explicación sobre cómo se comportan las partículas más diminutas del universo— requiere la existencia de dimensiones físicas superiores. Sin ellas, el comportamiento de las «cuerdas» vibrantes, que se cree componen todas las partículas, no funcionaría. Hoy en día, los físicos aceptan la posibilidad teórica de que nuestro universo comenzó con hasta 11 dimensiones.

A lo largo de los años, experimentos y modelos matemáticos han dado indicios de las características de la cuarta dimensión. Por ejemplo, experimentos realizados en 2018 en EE.UU. y Europa mostraron evidencias de una existencia cuatridimensional al observar cómo se comportaban los electrones bajo un cambio en su carga eléctrica. Estos experimentos sugirieron que un efecto comparable podría ocurrir en la cuarta dimensión, con efectos visibles en nuestra familiar tercera dimensión.

Alienígenas.

El exfuncionario de inteligencia y denunciante David Grusch ha sugerido recientemente que los tripulantes de los ovnis podrían venir desde otra dimensión.

Como seres tridimensionales, proyectamos una sombra bidimensional. Lo mismo podría ser cierto para los seres cuatridimensionales, que podrían dejar rastros en nuestro mundo (¿como los círculos de las cosechas tal vez?). Para comprender cómo se relacionan las dimensiones, pensemos en cómo percibimos las tres dimensiones: altura, anchura y profundidad. Sabemos que una criatura bidimensional —como los personajes de Planilandia— no podría percibir ni escapar de su plano, pero un ser tridimensional podría moverse hacia arriba y hacia abajo, creando una realidad mucho más rica.

Para avanzar a dimensiones superiores, necesitamos visualizar una extensión perpendicular al cubo tridimensional, creando un «hipercubo» o teseracto. Sin embargo, ninguna mente adaptada a un mundo 3D puede comprender completamente cómo es un objeto de cuatro dimensiones. Así que, en teoría, no podríamos percibir a un ser cuatridimensional a menos que accediera físicamente a nuestra realidad tridimensional.

Hipercubo.

¿Cómo veríamos a un alienígena de dimensiones superiores si entrara en nuestro mundo? Dependería de qué parte del objeto 4D pasara por nuestro espacio 3D. Un ser u objeto de la cuarta dimensión podría pasar inadvertido, con solo una parte de él materializándose en nuestro mundo antes de desaparecer nuevamente.

En resumen, los alienígenas podrían ser mucho más grandes de lo que percibimos, ya que solo veríamos una «rebanada» tridimensional de ellos a la vez. Al igual que en los juegos Miegakure y 4D Miner, donde objetos como árboles y colinas aparecen y desaparecen mientras nos movemos por el espacio tridimensional. Los depredadores cuatridimensionales en 4D Miner son especialmente intimidantes porque pueden moverse a través de objetos, ya que un objeto de cuatro dimensiones puede deslizarse a través de huecos que no podemos percibir.

Cuando llegamos a dimensiones superiores, se vuelve aún más difícil imaginar cómo serían los seres que las habitan y cómo interactuarían con nuestras vidas tridimensionales. Matemáticamente, podemos seguir iterando estas dimensiones y crear modelos impresionantes, pero estos son solo analogías simplificadas de una realidad compleja que está fuera de nuestro alcance.

Entonces, ¿qué pensaría un alienígena de la cuarta dimensión de nosotros si visitara nuestra realidad tridimensional? La teoría sugiere que podrían ver dentro de nosotros, tal como nosotros podemos ver una superficie bidimensional en su totalidad desde nuestra perspectiva tridimensional. Tal vez, mientras nos estudian, no tenemos ni idea. Con lo que sabemos sobre las dimensiones físicas, parece ser difícil detectar una nave alienígena que se materializa en nuestro espacio.

Por M. Wagh/PM.

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