Sabemos muy poco sobre la roca de Masuda Iwafune y tampoco disponemos de evidencias sobre quién y por qué la construyó
Una roca misteriosa en Japón
La estructura megalítica prehistórica más famosa de Japón vinculada a las presuntas visitas extraterrestres en la antigüedad se halla oculta en una ladera boscosa de las colinas del sur de Kashihara, próxima a la localidad de Asuka, en Japón. Estos bosques pródigos en bambú albergan una enorme piedra megalítica de 800 toneladas que se conoce como el «barco de roca de Masuda» (Masuda Iwafune).
Es un lugar poco conocido y especialmente interesante para los amantes del misterio y, en particular, a los entusiastas de los ovnis porque su forma guarda un enorme parecido con el Utsuro-bune, (“barco hueco” por su parecido a un cuenco de arroz) avistado en 1803 por unos pescadores en la costa de Hara-yadori.
La Masuda Iwafune mide 11 metros de largo por 8 metros de ancho y 4,7 de altura. En la parte superior de esta mola pétrea hay dos agujeros de algo más de un metro cuadrado y una línea de cresta paralela a los orificios. En la base de la piedra hay unas hendiduras que forman una celosía que podrían estar relacionadas con el proceso empleado por los constructores para aplanar los costados de la piedra. Se cree que es una obra incabada pero su propósito, quién la esculpió y cuándo lo hizo es un misterio.
El área de Nara está jalonada de extrañas piedras, como la Sakafun-shi, a no más de 4 Km. de nuestra roca. El nombre de Sakafune-shi (literalmente «piedra de barco» de Sake) proviene de la teoría de que estaba destinada a la elaboración de esta popular bebida alcohólica. Sin embargo no hay ninguna evidencia que lo sustente, lo mismo que para otras teorías propuestas como que la piedra se utilizaba para cribar polvo de oro, para procesar cinabrio (un tinte rojo de un tipo de mineral de mercurio), para prensar y extraer aceite vegetal o que era una especie de escenario ceremonial.
Su diseño es, desde luego, llamativo con ranuras conectadas a tres círculos que, a su vez, están acoplados a un canal alargado.
Hay que recalcar que, como en el caso de la Masuda Iwafune, el granito es extremadamente difícil de trabajar, especialmente a la hora de crear formas circulares y canales perfectamente lisos como cortados con láser.
Un investigador japonés llamado Hiroshi Hayashi sugirió que las líneas de la Sakafune-shi eran, en realidad, un mapa antiguo. Midió los grados y ángulos exactos de las líneas y cree que la roca muestra las direcciones a importantes sitios megalíticos antiguos como Stonehenge, las pirámides de Giza, Mohenjo Daro y otros. Inquietante, de no ser porque las latitudes actuales se establecieron formalmente en Inglaterra en 1884.
Como en la región de Asuka proliferan túmulos funerarios kofun que alcanzan hasta las prefecturas vecinas de Osaka y Kioto, se cree que estas rocas podrían remontarse al periodo Kofun Jidai (250-552 d. C.), aunque podrían ser mucho más antiguas.
En cuanto a su propósito se ha planteado que se trate de una escultura con finalidad religiosa o ceremonial. Sin embargo, la forma y el estilo no se parecen en nada a ninguna otra construcción budista.
A nivel popular se dice que es un punto de observación astronómica. La idea se sustenta en que la mencionada línea de la cresta de la parte superior discurre en paralelo a la cresta de la montaña en Asuka que se alinea con la puesta de sol una vez al año. Los japoneses lo llaman la «entrada de primavera» y tiene lugar 13 días después del «Brillo puro», una de las 72 microestaciones que es importante porque marca el comienzo de la temporada agrícola. Sin embargo, esta perspectiva ha sido rechazada en gran medida por los estudiosos.
Otros historiadores sugieren que la roca de Masuda marca un lugar de enterramiento de la realeza que quedó inacabado. Solo se habría completado la entrada.
A falta de pruebas sólidas sobre el significado de esta misteriosa «nave espacial de piedra» la roca de Masuda sigue constituyendo todo un enigma.
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