El Papa ha recordado que, para la doctrina católica, el diablo no es un símbolo sino un «tentador» que odia a la gente y les invita a alejarse del bien. «El demonio -dijo- está presente y activo en ciertas formas extremas e ‘inhumanas’ de malicia y maldad que vemos a nuestro alrededor».

No todos los males de este mundo son cosa de Satán porque, a su juicio, «no podemos saber con precisión dónde acaba su acción y dónde empieza nuestra propia maldad.»

Si eres supersticioso, inconscientemente estás conversando con el diablo. Con el diablo no se conversa

Pero no se refería a las guerras, ni a la injusticia, el hambre sino que hizo referencia a la superstición como «ventana» por la que el demonio regresa al mundo. Y, ojo porque, en la diana -como es costumbre desde la Edad Media- están los brujos y brujas modernos.

«En nuestro mundo tecnológico y secularizado -dijo- abundan los magos, el ocultismo, el espiritismo, los astrólogos, los vendedores de hechizos y amuletos y, por desgracia, las verdaderas sectas satánicas».

En este sentido lanzó una advertencia: «Si eres supersticioso, inconscientemente estás conversando con el diablo. Con el diablo no se conversa».

El Papa Francisco condenó el ocultismo

En tono muy personal añadió que «todos tenemos experiencia de cómo el diablo se acerca con alguna tentación contra los Diez Mandamientos» y, en un mensaje dirigido a los jóvenes, citó la brutalidad de la pornografía.

«Pensemos en la pornografía en Internet, detrás de la cual hay un mercado floreciente. Ahí actúa el diablo. Se trata de un fenómeno muy extendido, del que, los cristianos deben cuidarse y rechazar enérgicamente. Porque cualquier teléfono móvil tiene acceso a esta brutalidad, a este lenguaje del diablo».

No es la primera vez que el Papa Francisco se refiere al diablo pero sí la ocasión en la que se ha detenido más extensamente. «La Iglesia es muy prudente y estricta en el ejercicio del exorcismo, a diferencia de lo que ocurre en ciertas películas», añadió en tono bromista.