Madrid repite, un año más, como la comunidad autónoma líder en materia de competitividad fiscal. Logra una nota de 7,24 puntos en el índice que elabora la Fundación para el Avance de la Libertad, por delante de las tres provincias vascas, cuyas calificaciones oscilan entre los 6,78 y los 6,92 puntos. El informe relega a Cataluña a la última posición de la tabla.

El nefasto resultado que cosecha Cataluña coincide con una nueva etapa política en la región que no parece augurar cambios a mejor, puesto que el nuevo presidente autonómico, el socialista Salvador Illa, pretende ahondar en la línea de impuestos bajos que han venido desarrollando sus antecesores en el cargo, los separatistas Carlos Puigdemont, Quim Torra y Carles Puigdemont.

El estudio de Fundalib, firmado por Cristina Enache, destaca para bien a Andalucía, que ya alcanza el quinto puesto del ranking, solamente por detrás de Madrid, Vizcaya, Álava y Guipúzcoa. La escalada de la región gobernada por Juanma Moreno confirma el buen desempeño de la Junta andaluza a la hora de emular el modelo de impuestos bajos introducido en Madrid por Esperanza Aguirre y continuado y profundizado por la actual dirigente autonómica, Isabel Díaz Ayuso.

Canarias, que cuenta con algunas normas fiscales diferenciadas, se encarama al sexto puesto del índice, mientras que Extremadura sorprende con una fuerte mejora que deja a la comunidad gobernada por Miriam Guardiola en la octava posición del índice Autonómico de Competitividad Fiscal. La Rioja, Murcia, Castilla y León recalan en las siguientes posiciones, por delante de Galicia, Cantabria o Baleares. Los resultados más decepcionantes son los que cosechan Navarra (puesto 14), Castilla-La Mancha (15), Comunidad Valenciana (16), Aragón (17), Asturias (18) y, en última posición, Cataluña (19). La nota asignada al farolillo rojo de la lista es de apenas 4,52 puntos, lo que significa que la competitividad fiscal en Cataluña es casi un 40% menor que la de Madrid.

Será interesante comparar los datos de 2024 con los de 2025, puesto que algunas de las regiones con peores resultados, como Aragón o Comunidad Valenciana, han anunciado cambios en su fiscalidad que, de momento, no se han aplicado con la misma celeridad que en otros territorios que ya han movido ficha, como Extremadura.

Comparativa con Europa

En el Impuesto sobre la Renta, el estudio de Fundalib comprueba una importante brecha en los tipos marginales del IRPF aplicados a lo largo y ancho de nuestro país. Las rentas más altas pagan un 45% en Madrid y un 46% en Castilla y León, pero llegan a tributar al 54% en la Comunidad Valenciana o al 52% en Navarra. En términos comparados, Madrid alcanza niveles de tributación comparables a los de Reino Unido, mientras que Comunidad Valenciana se acerca a las cotas alcanzadas por países como Francia.

El informe también recalca la anomalía del Impuesto sobre el Patrimonio, aplicado en España pero eliminado en buena parte de la Unión Europea, donde apenas persisten distintos gravámenes sobre la riqueza en países como Noruega, Francia, Suiza, Italia y Bélgica. Lo mismo sucede con el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, que sigue en vigor en distintas autonomías españolas a pesar de que su peso en Europa es casi inexistente.