Los inventores sueñan a lo grande y, como es normal, tratan de patentar casi todo lo imaginable. No obstante, algunos de esos dispositivos registrados resultan inquietantes cuando pasan a formar parte de nuestra realidad.

El “particular” que registra la patente dice llamarse John Quincy St. Clair, un nombre que se me antoja llamativo porque Saint Clair era, también, Pierre Plantard, el perpetrador del engaño del Priorato de Sion, por el cual afirmó en los 60 ser descendiente directo y legítimo del rey merovingio Dagoberto II y el «Gran Monarca» profetizado por Nostradamus. Tenía que ser un pseudónimo. Pero, no. Yo estaba equivocado. John Quincy St.Clair existió realmente y vivió en San Juan (Puerto Rico). Fue un prolífico solicitante de patentes «improbables» en los primeros años del nuevo milenio: Entre ellas el generador de energía hiperespacial de petróleo cavitado, el amplificador de energía chi o el sistema de entrenamiento para atravesar paredes. Muchas de estas solicitudes de patentes fueron rechazadas por la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos (USPTO) pero cabe preguntarse porque no sucedió lo mismo con la nave espacial triangular cuya patente mostramos a continuación.

https://mega.nz/file/v9FTgY5J#XQrY22xEHHtn1JEhO5EJZI6O-7iIjPW3WbSraiV2ROA

El diseño de la patente US 20060145019 A1 incluye una antena parabólica, ubicada en el centro de la parte inferior del casco. También presenta, en cada una de las tres esquinas, un hemisferio de control de movimiento. Estos elementos encajan con muchos vídeos de ovnis triangulares reportados -incluso- por la Armada estadounidense.

Algunos habían relacionado estos avistamientos con la nave triangular TR-3B Black Manta, un supuesto avión espía subsónico, equipado con tecnología de baja detectabilidad, que habría sido diseñado en secreto por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. El prototipo habría sido desarrollado por la compañía Northrop Grumman, una de las empresas acusadas de emplear tecnología inversa de naves no humanas.

 Luis Elizondo, quien hasta 2017 estuvo vinculado al Programa de Identificación de Amenazas Aeroespaciales Avanzadas (AATIP) reveló la existencia de un vídeo de 23 minutos que mostraría un ingenio triangular transmedia (habría salido del mar). El Pentágono lo mantiene en secreto y, a pesar de haber circulado entre la Comunidad de Inteligencia no ha trascendido ningún fotograma del mismo. Quienes han podido verlo dicen que es  «extremadamente convincente», «definitivo» y «desconcertante».

¿Es posible que esté relacionado con la patente de St. Clair? No lo podemos saber. El inventor murió el 13 de septiembre de 2021 a los 76 años de edad pero sí parece que sus ideas inspiraron a la Armada a patentar (no sé si a desarrollar) dispositivos basados en la energía electrostática.

Hay cuatro fuerzas fundamentales en la Naturaleza que controlan la materia y la energía. A saber: La fuerza nuclear fuerte, la fuerza nuclear débil, la fuerza electromagnética y la fuerza gravitatoria. En esta jerarquía de fuerzas, la electromagnética puede manipular las otras tres. Una carga eléctrica estacionaria da lugar a un campo eléctrico (electrostático), mientras que una carga en movimiento genera tanto un campo eléctrico como un campo magnético (de ahí el nombre de campo electromagnético). Esa es la base de la patente de esta nave triangular desarrollada por el Dr. Salvatore Cezar Pais, para la Armada estadounidense.

https://mega.nz/file/WgVAxDYD#BbJGRRhyTarxkhOiKRCG9-g4di95W1SegzR0bfRV4Hw

Pais trabaja en los Programas de Sistemas Estratégicos (SSP) de la Armada estadounidense, en tareas de investigación, desarrollo, construcción de hardware, hasta el apoyo operativo continuo de misiles balísticos Trident lanzados desde submarinos (SLBM). Algunas de los ingenios desarrollados por este ingeniero encajan también con avistamientos ovni lo que les convertiría en algo real, no sólo en una idea llevada al papel y registrada en la USPTO para evitar el plagio.

Pais está detrás de patentes de la Armada capaces de generar campos electromagnéticos de alta intensidad que podrían conducir a avances en la generación de energía y propulsión avanzada mediante una «nave híbrida aeroespacial-submarina». Habida cuenta de que -hoy por hoy- no hay ninguna tecnología capaz de realizar la transición entre viajes aéreos y sumergibles ¿ha sido «copiada» de naves no humanas?

Primero el coronel Philip J.Corso, después el controvertido Bob Lazar y, en tiempos más recientes David Grusch, alegan que este tipo de diseños y capacidades fantásticas son el fruto de ingeniería inversa de naves de origen no humano que están en posesión de programas secretos militares y sus contratistas privados. Por el momento, tanto el Departamento de Defensa como el último informe de la AARO (Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios) niega la mayor.  No hay programas secretos de recuperación de ovnis ni sus tripulantes. ¿Quién dice la verdad?