El arzobispo Carlo Maria Viganò publicó un comentario en X sobre la ceremonia pagana establecida en la Ciudad de México para la «investidura» de la nueva presidente mexicana Claudia Sheinbaum.
La ceremonia pagana tenía como objetivo reemplazar la tradicional bendición cristiana al presidente.
«Después de sesenta años de ecumenismo (desde el panteón de Asís hasta la Pachamama en el Vaticano) y de destrucción sistemática de la doctrina sobre la unicidad y exclusividad de la verdadera Iglesia de Cristo –la Iglesia Católica Apostólica Romana– como instrumento de salvación, ¿Qué nos impide erigir ídolos de Baphomet en edificios públicos y celebrar ritos paganos en presencia de las autoridades? escribe monseñor Viganò.
«Volvemos a los tiempos de Julián el Apóstata, pero esta vez con el aliento de quienes dicen ser reconocidos como Papa de la Iglesia Católica».
«Invito a los católicos mexicanos –laicos y sacerdotes– a realizar un acto público de reparación por esta ceremonia satánica», exhorta el prelado lombardo.
«La Sagrada Escritura habla claramente: Todos los dioses de los paganos son demonios (Salmo 95, 5). San Agustín comenta: “Los paganos tenían por divinidades a los demonios. Los llamaban dioses, pero en realidad eran demonios, como declara abiertamente el Apóstol: Los sacrificios de los gentiles son sacrificados a los demonios, no a Dios (1Cor 10, 20)».
Monseñor Viganò se refiere al video donde la nueva presidenta mexicana Claudia Sheinbaum participa en un ritual pagano -llamado indígena pero de origen azteca- como el inicio de su mandato. Según usuarios en línea, en la ceremonia se invocaron deidades aztecas, conocidas por su monstruosidad y crueldad.
Cabe señalar que las fumigaciones a las que se somete Sheinbaum no se diferencian de aquellas a las que se sometió Bergoglio durante su viaje a Canadá, donde se sometió a una operación de «limpieza» espiritual realizada en público por un chamán local.
El espectáculo nigromántico papal terminó, programáticamente, en la televisión mundial.