Necesitábamos que alguien lo dijera de manera franca y concisa: la vida con significado, llámese espiritual, contemplativa o de cara al asombro requiere ausentarse de la vida en línea. Pocos más calificados que Pablo d’Ors.
En una entrevista reciente, Pablo d’Ors, escritor y sacerdote, subraya la importancia de la desconexión tecnológica para cultivar la espiritualidad. Según d’Ors, apagar el móvil es al menos el 50% del camino espiritual, ya que la constante conexión exterior a través de los dispositivos móviles reduce nuestra capacidad de conexión interior. Él critica cómo la prisa y el ruido en nuestra vida diaria obstaculizan el silencio necesario para la reflexión y la intimidad espiritual.
D’Ors conecta el uso constante de la tecnología con un sentimiento profundo de orfandad, donde las personas buscan en sus dispositivos llenar un vacío existencial. Para él, la quietud y la lentitud son esenciales para una vida espiritual profunda, ya que permiten la escucha y la creatividad. En lugar de estar atrapados en la prisa moderna, invita a recuperar el silencio, la atención plena y el respeto por el tiempo, tanto propio como ajeno.
El escritor también menciona la importancia de hablar menos y más despacio, no solo como un signo de respeto hacia los demás, sino como una práctica para reconectar con uno mismo. En su opinión, gran parte de lo que decimos es innecesario y solo sirve para alimentar el ego.
D’Ors, quien ha explorado diversas tradiciones espirituales, se siente influenciado por el budismo zen y lo conecta con su práctica cristiana del hesicasmo, una forma de oración y meditación en busca de la paz a través de la quietud. Esto refleja su creencia en la importancia de la concentración y la atención plena en el presente, elementos que considera esenciales tanto en la espiritualidad cristiana como en la tradición zen.
Pablo d’Ors ofrece una crítica reflexiva sobre cómo la tecnología y la vida acelerada moderna nos alejan de la espiritualidad, destacando que prácticas simples como apagar el móvil y abrazar la lentitud son pasos esenciales para reconectar con nuestro ser más profundo y con lo divino.