Con una audiencia pública potencialmente explosiva sobre Fenómenos Anómalos No Identificados (UAP) programada para esta semana en la Cámara de Representantes, fuentes vinculadas a la Comunidad de Inteligencia y al Departamento de Defensa (DoD) han revelado nuevos y controvertidos detalles.
Crédito: MysteryPlanet.com.ar.
Según fuentes consultadas por el Liberation Times, la CIA y otras agencias estadounidenses han llevado a cabo operaciones secretas de recuperación de objetos voladores no identificados (OVNIs) y de materiales de origen no humano desde la Segunda Guerra Mundial. Estas actividades encubiertas incluyen colaboración con gobiernos aliados y misiones en diversos países, lo que sugiere una red internacional de recuperación de tecnología extraterrestre.
Operaciones secretas de recuperación de materiales
Desde mediados del siglo XX, la CIA y el DoD habrían dirigido esfuerzos para recuperar materiales exóticos, especialmente bajo el amparo de programas legítimos de rescate. Las misiones submarinas, dirigidas por la Rama Marítima de la CIA, la Marina de los EE.UU., y la Oficina Nacional de Reconocimiento Submarino, han sido cruciales en la recuperación de estos materiales. Algunas de estas operaciones también han contado con el apoyo de instituciones como el Woods Hole Oceanographic Institution, que proporciona vehículos de inmersión profunda.
Los materiales recuperados son transferidos a la Oficina de Investigación Naval y, posteriormente, a contratistas de defensa para su análisis. La colaboración de los contratistas depende del tipo de objeto recuperado. Por ejemplo, se reveló que General Dynamics (un conglomerado de empresas estadounidenses del sector aeroespacial y militar) participa cuando los objetos presentan capacidad de propulsión submarina, mientras que otros contratistas se ocupan de los objetos que parecen provenir de fuera de la Tierra.
Pero la cooperación en la recuperación de OVNIs no se limita a al territorio estadounidense. Un caso destacado es el incidente de Varginha en Brasil en 1996, donde testigos afirmaron ver personal norteamericano junto a autoridades locales asegurando el área tras el avistamiento de un supuesto objeto de origen no humano. Otro ejemplo es la cooperación entre EE.UU. y Rusia tras la caída de la Unión Soviética, donde ambos países habrían colaborado en la recuperación de una nave no humana en aguas rusas.
Análisis y uso de tecnología extraterrestre
De acuerdo al reporte del Liberation Times, el DoD ha liderado los esfuerzos de ingeniería inversa de las estructuras y sistemas de propulsión de estas naves. Mientras tanto, la CIA ha sido responsable de proteger y supervisar el desarrollo de tecnología adaptada a partir de estos estudios. En esta división de responsabilidades, el DoD se enfoca en el análisis estructural, mientras que el Departamento de Energía se centra en el estudio de los sistemas de propulsión.
Asimismo, la CIA —a través de su Centro de Misión de Armas y Contraproliferación (WCPMC)— juega un papel clave en la investigación de estos fenómenos y en la evaluación de su posible origen no humano.
El Proyecto McGregor y el caso del OVNI de Magenta
Según las fuentes, una de las primeras intervenciones de la CIA en la recuperación de naves no humanas se dio en Italia en 1933, con el llamado «Proyecto McGregor» dirigido por el director de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), William Donovan.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la OSS obtuvo información sobre una nave caída en Magenta, en el norte de Italia, y esta investigación fue luego transferida a la Rama de Investigación y Desarrollo en 1944.
Este telegrama de 1933 informa a Mussolini del accidente de un vehículo no terrestre, que «debe mantenerse en secreto de los medios italianos».
Esta nave de Magenta fue estudiada por la Comisión de Energía Atómica (AEC) de EE.UU. en colaboración con científicos italianos y alemanes (nazis, Operación Paperclip) en la base aérea de Wright Field en 1946. Posteriormente, el Grupo de Energía Nuclear de la CIA continuó con el análisis de esta tecnología.
Compartimentación compleja
El actual acceso del WCPMC a materiales de manufactura no humana depende de la autorización del DoD y el Departamento de Energía, lo que subraya el alto grado de secretismo y control gubernamental en estos estudios. Este nivel de confidencialidad, a menudo justificado en términos de seguridad nacional, dificulta la supervisión por parte de funcionarios electos, quienes han comenzado a cuestionar la transparencia en torno a estos temas.
Además, fuentes indican que los agentes de la Dirección de Operaciones de la CIA asignados al WCPMC tienen acceso directo a información sobre misiones de recuperación, incluyendo operaciones submarinas y, en menor medida, misiones en sistemas de cuevas.
La red de operaciones y el rastreo de OVNIs, junto con la colaboración y análisis de estos materiales, configuran una red compleja de agencias gubernamentales y contratistas privados, donde la fragmentación burocrática contribuye a dificultar el acceso a información y los esfuerzos de supervisión.
Conclusión
Estas revelaciones sobre las décadas de operaciones de recuperación y explotación de OVNIs exponen un esfuerzo coordinado y de largo plazo entre la CIA y el DoD, junto con la colaboración de aliados internacionales. Con una audiencia congresional inminente sobre fenómenos anómalos no identificados, aumenta la presión para que el gobierno estadounidense sea más transparente en sus investigaciones sobre tecnología de origen desconocido.
De confirmarse los datos expuestos aquí, las implicaciones serían enormes, no solo para la seguridad nacional de EE.UU., sino también para el entendimiento de la posible existencia de inteligencia no humana en el planeta.
¿Existe una red internacional de recuperación de tecnología extraterrestre?
Por MysteryPlanet.com.ar.