Un equipo internacional de astrofísicos ha logrado un avance significativo en la detección de ondas gravitacionales, confirmando que el universo está en constante vibración.
Crédito: Carl Knox, OzGrav, Universidad Tecnológica de Swinburne y Observatorio Sudafricano de Radioastronomía (SARAO).
Estas ondas son perturbaciones en el tejido del espacio-tiempo, generadas cuando objetos extremadamente masivos, como agujeros negros, interactúan. Al igual que el espectro de luz, varían en frecuencia según el tamaño de los cuerpos que las producen.
Hasta ahora, aquellas de alta frecuencia, generadas por colisiones de agujeros negros más pequeños, habían sido detectadas por observatorios terrestres desde 2015. Sin embargo, el descubrimiento de ondas de baja frecuencia, creadas por agujeros negros supermasivos, ha sido mucho más desafiante, requiriendo detectores de escala galáctica.
Para superar este desafío, científicos de diversas instituciones australianas utilizaron el sistema MeerKAT Pulsar Timing Array, diseñado para analizar el comportamiento de púlsares. Estas estrellas extremadamente densas y de rápida rotación emiten pulsos de radiación altamente predecibles. Cualquier desviación en su sincronización indica posibles alteraciones del espacio-tiempo causadas por ondas gravitacionales.
Hallazgos clave
Durante cinco años, el radiotelescopio MeerKAT, ubicado en Sudáfrica, monitoreó 83 púlsares. Los datos recopilados revelaron un patrón que sugiere un fondo de ondas gravitacionales más activo de lo esperado, posiblemente causado por un mayor número de agujeros negros supermasivos en órbita.
Asimismo, el análisis permitió la creación de los mapas más precisos del fondo de ondas gravitacionales hasta la fecha.
Un mapa del fondo de ondas gravitacionales en todo el cielo, que incluye un misterioso «punto caliente» en el hemisferio sur. Crédito: Grunthal y Nathan et al. / MNRAS.
«Los mapas que hemos creado revelan un intrigante “punto caliente” de actividad en el cielo del hemisferio sur. Este tipo de irregularidad respalda la idea de que el fondo está dominado por agujeros negros supermasivos, aunque no se descartan otras explicaciones», señaló Matthew Miles, investigador postdoctoral en astrofísica de la Universidad Tecnológica de Swinburne.
Entre las posibles alternativas se encuentran eventos ocurridos en el universo temprano tras el Big Bang.
Implicaciones futuras
Los presentes hallazgos, publicados en tres artículos diferentes en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, marcan un paso crucial hacia una comprensión más profunda del cosmos. No obstante, los investigadores advierten que aún es temprano para confirmar la naturaleza exacta de estas ondas.
Para fortalecer sus conclusiones, el equipo trabaja en colaboración con otras iniciativas internacionales bajo el proyecto International Pulsar Timing Array, que busca combinar datos de diferentes detectores galácticos.
Esta investigación no solo amplía nuestra visión del universo, sino que también plantea interrogantes sobre la cantidad y el comportamiento de los agujeros negros supermasivos. Así, se avanza en desentrañar la arquitectura cósmica y se valida, quizás desde una perspectiva poética, principios antiguos como el hermético: «Todo vibra».
Fuente: The Conversation. Edición: MP.
Nueva evidencia confirma: el universo está en constante vibración