Por Caetana de Alós
El invierno demográfico está teniendo un fuerte impacto en España, con una caída del 51% en el número de nacimientos en los últimos cien años. En concreto, en 1923 nacieron aproximadamente 662.600 personas, mientras que en 2023 el número se redujo a sólo 322.000. Como resultado, la tasa de fecundidad ha alcanzado mínimos históricos, con un promedio de 1,12 hijos por mujer, lo que representa una disminución del 60% en comparación con 1975.
Al analizar los datos de manera desglosada, el panorama se agrava aún más al comparar las cifras de los últimos 10 y 20 años. En 2013, nacieron en España 425.800 niños, lo que supone una caída de casi el 25% respecto a 2023. Por otro lado, si comparamos con 2003, cuando nacieron cerca de 441.900 personas, la disminución es de aproximadamente un 35%. Esto refleja claramente que la natalidad en España está descendiendo de forma considerable mientras la población envejece.
La diferencia se hace aún más evidente al comparar a España con otros Estados miembros de la Unión Europea. Alemania, el país con mayor número de nacimientos en la UE, registró 693.019 nacimientos, más del doble que España. La brecha entre ambos países asciende a 370.944 nacimientos. En el caso de Francia, la distancia también es considerable: España registró 356.436 nacimientos menos que el total francés, que alcanzó los 678.511 nacimientos.
Una de las principales consecuencias de esta situación se observa en la tasa de fecundidad. En 1975, esta alcanzaba un promedio de 2,77 hijos por mujer en España. Sin embargo, para 2023, esta cifra se redujo drásticamente hasta 1,12 hijos por mujer, marcando un mínimo histórico y una caída del 60%. En los últimos 10 y 20 años, la tasa de fecundidad también ha disminuido, con reducciones del 6% y 7% respectivamente.
La tasa de fecundidad en España también contrasta significativamente con la media europea, que se sitúa en 1,46 hijos por mujer. La diferencia es aún mayor respecto a Francia, el país con la tasa de fecundidad más alta de la Unión Europea, donde se alcanza una media de 1,79 hijos por mujer. Otro caso destacable es el de la República Checa, que en 2022 registró un incremento en su tasa de fecundidad hasta 1,64 hijos por mujer, en comparación con el 1,45 registrado en 2012, consolidando una notable recuperación.
La disminución de la natalidad y de la fecundidad en España impide la renovación generacional, ya que sería necesario que cada mujer tuviera, en promedio, más de dos hijos para garantizar el relevo poblacional. Por esta razón, resulta imprescindible que el Gobierno implemente políticas efectivas para fomentar la natalidad y sensibilice a la sociedad sobre su importancia, no sólo para frenar el declive demográfico, sino también para impulsar el crecimiento económico a largo plazo.
España: la natalidad cae un 51% en los últimos 100 años y alcanza mínimos históricos