Las llamadas células espejo podrían arrasar con nuestros ecosistemas, nuestro suministro de alimentos y nuestros sistemas inmunológicos, dicen los expertos, posiblemente sin las barreras existentes para protegerse contra ellas.
El jueves, un grupo de científicos destacados, entre los que se incluyen ganadores del Premio Nobel y expertos en salud mundial, emitieron una advertencia contra los investigadores que sintetizan un tipo de célula artificial que podría arrasar con la vida en la Tierra sin prácticamente ninguna barrera para detenerla.
Las células espejo, como se las conoce, podrían algún día formar parte de la “vida espejo”, un tipo de organismo sintético que, a nivel molecular, es el reverso completo de las formas de vida que conocemos. Pero los 38 coautores del artículo de advertencia publicado en la revista Science recomiendan que se bloquee de inmediato la investigación sobre la vida espejo, antes de que se salga de control.
Para entender la vida en espejo, pensemos en la vida tradicional. Los componentes básicos de la vida, como el ADN y las proteínas, tienen una propiedad llamada quiralidad . Quiralidad, que deriva de la palabra griega que significa “lateralidad”, significa que estas biomoléculas fundamentales se presentan en dos variedades: con orientación dextrógira o levógira. El ADN, por ejemplo, está formado por una doble hélice de azúcares dextrógira , como una escalera torcida solo en una dirección determinada. Las proteínas, en cambio, están formadas por aminoácidos levógiros .
“En el universo existen manos opuestas para los aminoácidos y los azúcares, pero ninguna forma de vida biológica conocida las utiliza”, escribió Danielle Sedbrook para la revista Smithsonian en 2016. Esa selección es “uno de los aspectos más extraños de la vida en la Tierra”.
Las moléculas diestras y zurdas no son intercambiables, al igual que la mano izquierda no encaja perfectamente en el guante de la mano derecha . Sin embargo, cuando sostienes la mano izquierda frente a un espejo, parece como si estuviera en la misma orientación que la derecha.
En los últimos años, los científicos han comenzado a crear sintéticamente estas versiones “espejo” de moléculas de la vida real ( proteínas dextrógiras y azúcares levógiras ) en el laboratorio.
Si esta investigación sobre la construcción de células espejo continúa, “las consecuencias podrían ser globalmente desastrosas”, le dice Jack Szostak , químico ganador del Premio Nobel de la Universidad de Chicago y coautor del nuevo artículo, a Carl Zimmer del New York Times .
Las consecuencias profundas comienzan a nivel molecular. Los aminoácidos dextrógiros parecen bastante similares a sus homólogos levógiros, pero, de hecho, son mucho más difíciles de descomponer, porque las enzimas de la vida terrestre están diseñadas para degradar proteínas con quiralidad levógira. Para utilizar una analogía del New York Times , no se puede abrir una tapa girando en sentido contrario a las agujas del reloj cuando las roscas van en la dirección opuesta.
Para los optimistas, esta propiedad de las moléculas espejo podría resultar útil en la lucha contra las enfermedades crónicas.
“Si se administran terapias a una persona, especialmente terapias de proteínas o ácidos nucleicos, las enzimas digestivas del cuerpo las descomponen rápidamente, a veces en cuestión de minutos”, afirma Michael Kay , bioquímico de la Universidad de Utah y coautor de la advertencia en Science , en una declaración . “Esto puede hacer que sea muy difícil tratar enfermedades crónicas de una manera que sea rentable y conveniente”.
Las moléculas espejo, por otro lado, “no son reconocidas por esas enzimas digestivas”, añade Kay, lo que abre la posibilidad de que puedan seguir siendo efectivas como terapias durante “un período de tiempo mucho más largo”.
Pero esta misma propiedad también podría hacer que las células fueran peligrosas. En un informe técnico de 299 páginas que acompañaba al artículo en Science , el equipo destacó cómo “bacterias espejo suficientemente robustas podrían propagarse por el medio ambiente sin control biológico natural”.
Los efectos de estos “patógenos oportunistas potencialmente peligrosos”, escriben los autores, se extenderían a “una gama sin precedentes de otros organismos multicelulares, incluidos los humanos”.
Según el New York Times , las células espejo construidas en un laboratorio podrían infectar a los trabajadores “sin provocar ninguna resistencia en sus sistemas inmunológicos” . A partir de ahí, las células podrían propagarse con un sigilo similar hasta que una “pandemia espejo” se salga de control.
Estas formas de vida sintéticas no sólo amenazarían a los humanos. Otros animales y plantas presentarían defensas igualmente débiles. Ecosistemas enteros podrían estar en peligro. “El impacto en la cadena alimentaria sería devastador”, le dice al Times Deepa Agashe , bióloga del Centro Nacional de Ciencias Biológicas de la India .
Este escenario apocalíptico parece ciencia ficción, pero los autores de la advertencia, muchos de ellos biólogos sintéticos, son muy conscientes de los peligros que sus investigaciones podrían representar para el mundo si no se controlan.
“Creemos que existe la oportunidad, antes de que el sustento de alguien dependa de esto, de definir líneas de investigación responsables, líneas que deberían ser evaluadas cuidadosamente por las autoridades reguladoras y las líneas que no deberíamos cruzar”, dice Kay en la declaración.
En un artículo separado publicado en Scientist , John Glass y Kate Adamala , ambos biólogos sintéticos que también firmaron el artículo en Science , argumentan que los riesgos de este trabajo superan con creces los beneficios.
“La curiosidad no es razón suficiente para crear algo que podría ser tan peligroso”, escriben. “Por el bien de la humanidad –y de la ciencia misma– debemos evitar la creación de vida especular”.