Un revolucionario estudio liderado por investigadores de la Universidad de Cambridge busca descubrir si los cerebros de los perros y sus dueños se sincronizan durante sus interacciones. Este fenómeno, previamente observado entre padres e hijos, podría revelar nuevas perspectivas sobre el profundo vínculo emocional entre ambas especies.
Crédito: Graham Smith.
Entre los participantes del experimento se encuentra Calisto, una retriever de pelo liso que, equipada con tecnología avanzada, se convierte en protagonista de esta investigación única. Junto a ella, otras 40 mascotas de distintas razas —desde terranovas hasta terriers tibetanos— participan en este innovador estudio, que utiliza electroencefalogramas (EEG) para registrar la actividad cerebral tanto de los perros como de sus dueños durante interacciones cotidianas.
Según el Dr. Valdas Noreika, de la Queen Mary University of London (QMUL), este trabajo está inspirado en estudios previos de sincronización cerebral entre padres y bebés.
«Los dueños modulan su lenguaje de manera similar a como lo hacen los padres con los niños. Esto podría explicar por qué desarrollamos un vínculo tan fuerte con los perros», comentó el investigador.
Experimento en curso
El experimento analiza cómo cambia la sincronización cerebral según el nivel de atención compartida entre el dueño y su mascota. Las interacciones incluyen jugar, acariciarse o realizar otras actividades, como mirar el teléfono. Para recoger los datos, los perros usan un equipo ligero con 10 electrodos adheridos con una pasta inocua y un gorro elástico, mientras que los dueños llevan un casco de EEG con 32 electrodos.
Si bien estudios anteriores ya habían sugerido que los cerebros de humanos y perros pueden sincronizarse al mirarse o acariciarse, este trabajo busca profundizar en los detalles, como identificar quién lidera la interacción y cómo esta conexión puede influir en el bienestar emocional de ambos.
Nicola Davis interactúa con su perro como parte del estudio. Crédito: Graeme Robertson/The Guardian.
Más allá de la curiosidad científica, los resultados podrían tener aplicaciones prácticas. Por ejemplo, podrían ayudar a predecir qué personas se beneficiarían más de terapias asistidas con animales o a desarrollar indicadores más precisos de felicidad y satisfacción en los perros.
«Probar que existe esta conexión cerebral sería maravilloso», señaló la Dra. Eleanor Raffan, miembro del equipo de Cambridge. Sin embargo, también destacó la importancia de evitar atribuir a los perros emociones y pensamientos exclusivamente humanos.
El estudio reconoce la complejidad del vínculo humano-animal y abre una ventana a nuevas posibilidades en la comunicación interespecies. Asimismo, representa un avance significativo para comprender la conexión especial que nos ha unido con nuestros queridos firulais durante miles de años.
Fuente: The Guardian. Edición: MP.
Estudio de Cambridge investiga la sincronización cerebral entre perros y humanos