- La incertidumbre sobre Muface se desvelará el próximo 27 de enero cuando acaba el plazo dado a las compañías para acudir a la segunda licitación.
- Salvo sorpresa de un caballero blanco, estos son los tres escenarios que están sobre la mesa en cuanto al futuro del modelo.
Quedan siete días para saber qué pasa con Muface, y las cosas podría decirse que están peor que nunca.
El plazo para presentar ofertas en la nueva licitación de la mutualidad para los próximos dos años (2025-2027) termina el próximo 27 de enero. Inicialmente concluía el 15 de enero, pero el Ejecutivo lo amplió en casi dos semanas para dar más tiempo a las aseguradoras —con la excusa de que entre medias se colaron las Navidades— y ver si alguna acude en rescate de un modelo que parece hacer aguas.
Los funcionarios que pertenecen a Muface deben pagar una cuota anual en función de su categoría. Actualmente de media esta se coloca en los 478,36 euros anuales. A cambio cada año pueden escoger entre ser atendido en la sanidad pública o por una de las aseguradoras que se presentan al concierto. El resto de la financiación es suministrado por el Estado.
Las condiciones ofrecidas en esta segunda licitación suponen una mejora considerable respecto de las primeras, —que llevaron a dejar desierto el concierto por primera vez en su historia—. Suponen un coste por año de 1.303 millones de euros en 2025, 1.490 millones euros en 2026, y 1.685 millones de euros en 2027. En total, 4.478 millones de euros, lo que supone un aumento de la prima del 33,5% en tres años.
Las aseguradoras por su parte siguen viendo esto como un modelo que solo les reporta pérdidas. De ahí que Adeslas y DKV se hayan retirado del concurso. Y mientras tanto los funcionarios amenazan con paros, huelgas y hasta medidas legales si no se pone fin a la «situación de desamparo que están afrontando mutualistas y beneficiarios».
Asisa salva sola a Muface
Por el momento, de las tres aseguradoras que todavía prestan asistencia sanitaria a los funcionarios, únicamente Asisa sigue estudiando el concierto. Lo hace a pesar de que la compañía calcula en 113 millones sus pérdidas con Muface.
Uno de los escenarios hipotéticos que se abren el próximo 27 de enero es que la entidad acuda en soledad al concierto. Esto supondría asumir de golpe en torno a 700.000 nuevos clientes, los que ahora reciben su asistencia médica en DKV y Adeslas. La cifra supone un cuarto de la cartera de usuarios actual del grupo.
Lo que parece complicado si se atiende a la trayectoria seguida por la entidad. Que ha sido la de perder asegurados por el camino. En concreto casi un 18% menos en los últimos diez años. En 2013 Asisa cubría a 442.009 mutualistas, cuando además en esa época eran cuatro las aseguradoras adscritas a Muface (también estaba Sanitas).
De afrontar el reto de tener en sus manos la totalidad de Muface, la aseguradora tendría que reforzar aquellas zonas en las que apenas tiene presencia. En Galicia, «con una cuota de mercado del 3%, pasaría a partir de abril al 100% y 60.000 nuevos pacientes», estimó El Economista. En la región catalana, podrían sumarse unos 90.000 pacientes.
Tercera licitación
La crisis de Muface podría acabar en una tercera licitación si ninguna aseguradora decide acudir. De darse el caso, las entidades que han mostrado su rechazo a la actual no desestimarían dar asistencia sanitaria en Muface si hay una prima del 40% en un concierto de un año de duración.
Así lo expresó Fernando Campos, consejero delegado, de DKV a Redacción Médica, que también explicó que en este escenario de una segunda licitación fallida, «la solución no sería poner un tercero sino una mesa de diálogo que uniera a aseguradoras, Gobierno y representantes de Muface para llegar a un consenso sobre la viabilidad del modelo mutualista».
En el caso de Adeslas, la entidad que más mutualistas acoge, considera que para darse el equilibrio económico el incremento para 2025 y 2026 debería ser del 47%.
En ese caso,y hasta que se adjudique el nuevo concierto, los mutualistas tendrán garantizada su asistencia sanitaria en las condiciones actuales, en virtud del mecanismo de orden de continuidad de los servicios que contempla el artículo 288 a) de la Ley de Contratos del Sector Público.
Así lo ha repetido el ministro de Funciones Públicas Óscar López con cada zarpazo que ha recibido Muface. Por el momento el actual se extiende hasta abril. El Ejecutivo podría ampliar la prórroga nuevamente.
Todos a la pública
La crisis sin precedentes del concierto sanitario es tal que tras 50 años de trayectoria, 2025 podría ser el año de su extinción.
Esto supondría que el Sistema Nacional de Salud pasaría a asumir la totalidad de mutualistas, en un momento en el que Muface encara un récord de afiliados: los 1,53 millones de personas entre titulares y beneficiarios, según datos de 2023.
Esta posibilidad abre el debate de cómo un sistema ya de por sí saturado en la mayoría de comunidades podría acoger esa cifra.
Desde Sanidad en cambio lo ven factible. De hecho, la ministra Mónica García se ha mostrado partidaria desde el inicio de la crisis de dar por terminado el modelo y asumir desde su ministerio la asistencia médica de los funcionarios.
Este proceso se haría gradualmente, estableciendo hasta tres grupos, en función del número de asistentes que las comunidades deben asumir. Para su financiación se transferirían a estas los fondos hasta ahora destinados a las aseguradoras, con un enfoque específico durante los primeros tres años.
Así lo propone en su informe MUFACE: del seguro privado al Sistema Nacional de Salud en el que se calcula que el incremento que experimentaría la pública sería del 2,12% de media en términos globales.
«Las comunidades que tienen unas listas de espera de 9 meses, esas listas de espera van a seguir siendo de 9 meses, no porque te venga un 2% de la población vas a tener más lista de espera», defendía la ministra este mismo lunes en una entrevista a RNE en una de sus últimas alusiones a Muface.