Ir a la peluquería puede ser una actividad relajante o exasperante. Todo depende de las preferencias del cliente y de las habilidades del profesional. Pero, sea cual sea el caso, lo importante es que sea una experiencia segura. Casi siempre lo es. Sin embargo, en algunos casos, raros pero más que reales, puede producirse algo conocido como síndrome del accidente cerebrovascular en el salón de belleza. Esto, según ha explicado en un artículo para The Conversation la neurocientífica Maria Ashioti, de la Universidad de Westminster, suele ser la consecuencia de un mal uso del lavacabezas.
La especialista no demoniza las peluquerías. Simplemente, aclara los riesgos que puede tener el lavado de pelo en el lavacabezas. No es la primera persona que hace referencia a ello. De hecho, el síndrome del accidente cerebrovascular en el salón de belleza fue descrito por primera vez a principios de los 90. Un neurólogo estadounidense, Michael Weintraub, se dio cuenta de que un paciente desarrolló un derrame cerebral tras una visita a la peluquería y, tras estudiar el caso, concluyó que podría haber ocurrido a causa del uso del lavacabezas.
Con el tiempo se han detectado muchos más casos. Algunas veces se producen síntomas leves, pero en otros casos puede ser una afección mortal. Por eso, es importante saber cómo reconocerlo y, sobre todo, como prevenirlo. Porque está claro que salvo que seamos unos pros de la tijera no podemos dejar de ir a la peluquería. Lo que sí podemos hacer es hablar con el profesional que nos atienda para tomar las medidas necesarias.
¿Cómo se produce el síndrome del accidente cerebrovascular en el salón de belleza?
Un accidente cerebrovascular se produce cuando tiene lugar una reducción repentina del flujo sanguíneo del cerebro. Como consecuencia, este no recibe un aporte adecuado de oxígeno y nutrientes, de modo que las células cerebrales mueren.
Un accidente cerebrovascular se produce cuando se detiene temporalmente el flujo sanguíneo al cerebro.
Normalmente se produce por una obstrucción por un coágulo o placa de ateroma. No obstante, también puede producirse por otras causas. Por ejemplo, se han dado casos de personas que han sufrido un accidente cerebrovascular tras acudir al quiropráctico. La manipulación cervical es muy peligrosa porque se pueden romper o pinzar peligrosamente los vasos sanguíneos que riegan el cerebro. En las peluquerías no se rompen, pero sí que se puede detener el flujo temporalmente de un modo parecido a cuando pisamos una manguera. Ocurre en el lavacabezas.
Cuando nos sentamos para que nos laven el pelo, normalmente debemos flexionar el cuello hacia atrás y apoyarlo en el borde del lavacabezas. Todo esto en combinación puede dificultar el flujo sanguíneo. La consecuencia más habitual de esta postura es el dolor de cuello. Sin embargo, si este va acompañado de mareos, náuseas, visión borrosa o parálisis en una parte del cuerpo, podemos estar ante un caso de síndrome del accidente cerebrovascular en el salón de belleza.
¿Quiénes tienen más riesgo al usar el lavacabezas?
Cualquier persona puede sufrir el síndrome del accidente cerebrovascular en el salón de belleza.
Generalmente es más habitual en personas mayores, fumadoras, con obesidad o hipertensión. Sin embargo, también puede darse en paciente jóvenes sin ningún problema de salud.
Por ejemplo, en 2022 un equipo de científicos turcos reportó el caso de un joven de 23 años que acudió a urgencias con náuseas, mareos y vómitos. Inicialmente se le diagnosticó vértigo. Sin embargo, su oído parecía estar bien y, además, la medicación no daba resultados. Al preguntarle por sus actividades más recientes, se supo que hacía unos días que había acudido al barbero. Allí, lógicamente, había usado el lavacabezas.
Su tensión arterial, temperatura corporal y saturación de oxígeno estaban bien. Tampoco se encontró nada raro en la analítica de sangre ni en la de orina. El TAC que se le realizó no arrojó ningún dato anómalo. Pero sí se vio algo en una resonancia magnética. Parecía que había algún tipo de lesión en su cerebelo. Una angiografía reveló que, efectivamente, se había detenido el flujo sanguíneo en esta área. Por suerte, un tratamiento con ácido acetilsalicílicas salicílico fue suficiente para evitar que el problema fuese a más y pudo recibir pronto el alta médica.
Este es un caso que demuestra muchos datos importantes. El primero es que los síntomas no siempre empiezan en la peluquería, por lo que es muy importante analizar el historial reciente de los pacientes. Otro dato importante es que la mayoría de pruebas pueden estar bien y que solo una angiografía puede finalmente confirmar los resultados. Además, como ya hemos visto, es un caso que demuestra que cualquiera puede sufrir este síndrome.
De todos modos, en su artículo para The Conversation la profesora Ashioti cita un estudio realizado en Suiza en el que solo se documentaron 10 casos entre 20o2 y 2013. No es muy habitual, pero vale la pena saber detectarlo a tiempo.
Consejos para usar el lavacabezas de forma segura
Lo ideal para prevenir el accidente cerebrovascular es no usar el lavacabezas o, como mucho, poner la cabeza hacia delante. También podemos llevar el pelo lavado desde casa. De cualquier modo, a veces no queda otra que usarlo. En ese caso hay varios consejos que podemos seguir tanto los usuarios como los profesionales.
El primero, como usuarios, es colocar la cabeza lentamente. Los movimientos bruscos pueden ser peligrosos. También es aconsejable colocar una toalla si la peluquería no dispone de almohadillas para que el apoyo sea menos traumático.
Por otro lado, si vamos a estar mucho tiempo en el lavacabezas, debemos tomar descansos. Si, por ejemplo, nos ponen una mascarilla, no debemos pasar el tiempo con ella con la cabeza hacia atrás. Es mucho más aconsejable que nos incorporemos. Además, se deben evitar movimientos bruscos por parte de la persona que lava la cabeza. El lavado debe ser suave. De hecho, un movimiento habitual que está totalmente desaconsejado es el de secar el pelo con la toalla directamente en el lavacabezas. Es mejor que el cliente se incorpore primero. Si ves que tu peluquero te lo quiere hacer, pídele que te deje levantarte antes.
En resumen, las peluquerías no son malas por sí mismas. De hecho, en el artículo de The Conversation con el que iniciamos este artículo no se dice esto en ningún momento. Lo que preocupa a su autora no son las peluquerías como tal, sino el mal uso del lavacabezas. Por eso, no te aconsejamos que dejes de ir a la peluquería, pero sí que prestes atención a cómo te lavan el pelo. Es algo sencillo y tu salud puede estar en juego.
https://hipertextual.com/2025/01/sindrome-accidente-cerebrovascular-salon-de-belleza-lavacabezas