Nigeria, el país más poblado de África y su mayor productor de petróleo, está a todas luces y de forma sistemática en un caos y en un estado de guerra civil. La sorprendente decisión reciente del gobierno de Goodluck Jonathan de levantar abruptamente los subsidios a la gasolina importada y otros combustibles tiene un fondo mucho más siniestro que solo la corrupción y el FMI con sede en Washington está jugando un papel clave. China parece ser el perdedor probablemente junto con la población de Nigeria.
Las recientes huelgas protestando por la eliminación abrupta del gobierno de los subsidios a la gasolina y a otros combustibles, que ha llevado a Nigeria brevemente a un punto muerto, fue una sorpresa para la mayoría del país. Meses antes, el presidente Jonathan había prometido a las organizaciones comerciales más importantes de la Unión que se llevaría a cabo un levantamiento gradual de cuatro etapas de las subvenciones para aliviar la carga económica. En cambio, sin previo aviso, anunció un retiro total e inmediato de las subvenciones el 1 de enero de 2012. Se trataba de una «terapia de choque», por decirlo suavemente.
Nigeria es hoy uno de los productores más importantes del mundo de petróleo ligero y dulce de la misma calidad de petróleo crudo que producen Libia y el Mar del Norte británico. El país está mostrando todos los indicios de una espiral descendente hacia un profundo desorden. Nigeria es el quinto proveedor de petróleo para los Estados Unidos y el duodécimo productor de petróleo más grande del mundo a la par que Kuwait y justo detrás de Venezuela con una producción de más de dos millones de barriles al día.
El momento curioso de la demanda del FMI sobre el subsidio
A pesar de su riqueza petrolera, Nigeria sigue siendo uno de los países más pobres de África. Los campos petrolíferos conocidos se concentran alrededor del gran delta del Níger, aproximadamente, entre Port Harcourt y se extiende en la dirección de la capital, Lagos, con grandes nuevos descubrimientos que se están desarrollando a lo largo del rico en petróleo Golfo de Guinea. El petróleo de Nigeria es explotado y exportado en gran parte por los gigantes anglo-americanos Shell, Mobil, Chevron y Texaco. La italiana Agip también tiene una presencia y, más recientemente, para sorpresa de todos, las empresas estatales petroleras chinas empezaron a buscar la exploración y acuerdos importantes de infraestructura petrolífera con el gobierno de Lagos.
Irónicamente, a pesar de que Nigeria tiene abundante petróleo para obtener ingresos de la exportación en dólares para construir su infraestructura nacional, la política del gobierno, de manera intencionada ha dejado a su capacidad de refinación del petróleo caer en la ruina. La consecuencia ha sido que la mayor parte de la gasolina y otros productos derivados del petróleo utilizados para impulsar el transporte y la industria, tienen que ser importados, a pesar de la abundancia de petróleo del país. Con el fin de proteger a la población de los altos costos de importación de gasolina y otros combustibles refinados, el gobierno central ha subvencionado los precios.
Esto era así hasta el 1 de enero de 2012. Ese fue el día cuando, sin previo aviso el presidente Goodluck Ebele Azikiwe Jonathan anunció la eliminación inmediata de todos los subsidios a los combustibles. Los precios de la gasolina se dispararon hasta casi el triple en horas de 65 nairas (35 centavos de dólar) por litro a 150 nairas (93 centavos). El impacto se extendió a toda la economía, incluyendo los precios de los granos y vegetales.
Justificando la medida, el gobernador del Banco Central, Lamido Sanusi insistió en que «El dinero será utilizado en la prestación de servicios sociales y el desarrollo de la infraestructura que mas beneficie a los nigerianos y salve al país de la ruptura económica». Goodluck Jonathan dice que la eliminación gradual del subsidio es parte de un movimiento para «limpiar el gobierno de Nigeria.» Si es así cómo va a proceder es cualquier cosa menos evidente.
La inesperada subida salvaje de los precios del combustible doméstico provocó protestas en todo el país que amenazaron con llevar a la economía a un alto a mediados de enero. El presidente hábilmente capeó el temporal de los manifestantes con el anuncio de una reversión parcial de los precios, aún dejando los precios de manera efectiva el doble de diciembre. La federación sindical llamó inmediatamente a las protestas. Entonces, reveladoramente, el gobierno de Goodluck Jonathan ordenó a los militares salir a las calles para «mantener el orden» y de hecho impedir nuevas protestas. Todo aquello tuvo lugar durante una de las más sangrientas oleadas de atentados terroristas con bombas y saqueos por la secta terrorista Boko Haram, que crearon un clima de extremo caos.
La prueba irrefutable contra el FMI
Lo que se ha enterrado de las informaciones internacionales de toda esta agitación es la función explícita que el dominado por EEUU, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha desempeñado en la situación. Con sospechosa sincronización la Directora Gerente del FMI, Christine Lagarde, estuvo en Nigeria en los días previos a la abrupta decisión del presidente de quitar las subvenciones. El FMI y el gobierno de Nigeria han sido cuidadosos vez de no manifestarse abiertamente sobre el anuncio de quitar los subsidios, como lo estuvieron en Túnez antes de las protestas por los alimentos que se convirtieron en el detonante del golpe de estado de Twitter en ese país en 2011.
Durante su visita a Nigeria Lagarde dijo que la agenda de transformación del presidente Jonathan para la «desregulación» es un programa para Nigeria, impulsado por los nigerianos. El FMI está aquí para apoyar y ser un socio mejor para ustedes.» Algunos nigerianos estaban convencidos. El 29 de diciembre Reuters escribió: «El FMI ha instado a los países de África occidental y central a reducir los subsidios al combustible, que dicen que no son efectivos en ayudar a los pobres directamente, sino que promueven la corrupción y el contrabando. Los últimos meses han visto a los gobiernos de Nigeria, Guinea, Camerún y Chad en movimiento para reducir los subsidios estatales en el combustible.»
Confirmando aún mas el papel que jugaron EE.UU. y la presión del FMI sobre el gobierno de Nigeria, Jeffrey Sachs, Asesor Especial del secretario general de las Naciones Unidas General (ONU), durante una reunión con el presidente Jonathan en Nigeria en los primeros días de enero, después de la decisión de las subvenciones, Sachs declaró que la decisión de Jonathan de retirar las subvenciones del petróleo era «una política audaz y correcta.»
Sachs, un ex profesor de economía de Harvard se hizo famoso durante la década de 1990 por la prescripción de la «terapia de choque» del FMI para Polonia, Rusia, Ucrania y otros países ex comunistas que abrieron la puerta a recursos muy valiosos para el saqueo del estado de facto por las multinacionales occidentales ricas en dólares.
Tomar la decisión repentina de poner fin a la subvención del combustible doméstico es aún más sospechoso por la manera en que Washington y el FMI están presionando a sólo algunos países para poner fin a los subsidios. Nigeria, cuyo petróleo hoy en día se vende por el equivalente de 1 dólar por litro o más o menos 3,78 dólares por galón de EE.UU., está lejos de ser barato. Brunei, Omán, Kuwait, Bahrein, Qatar, Arabia Saudita, todos ofrecen su petróleo muy barato a su pueblo. Los saudíes venden su petróleo a 17 centavos de dólar, Kuwait a 22 cents. En los EEUU el precio es aproximadamente es de 89 centavos de dólar por litro de gasolina.
Eso significa que el FMI y Washington han obligado a una de las economías más pobres de África a imponer un impuesto enorme a sus ciudadanos con el argumento inverosímil de que les ayudará a eliminar la corrupción en el sector petrolero estatal. El FMI sabe bien que la eliminación de subsidios no hará nada sobre la corrupción en las altas esferas.
Si de verdad el FMI y el Banco Mundial realmente estuvieran preocupados por la salud de la economía nigeriana nacional, habrían prestado su apoyo a la reconstrucción y ampliación de una industria de refinería de petróleo doméstico que se ha ido dejando hasta que se ha podrido para que el país ya no tuviera que importar combustibles refinados y usar sus preciosos recursos presupuestarios del estado para hacerlo. La forma más sencilla de hacerlo sería acelerar un contrato de dos años entre China y el gobierno nigeriano para invertir unos US $ 28 mil millones en la expansión masiva del sector de la refinería de petróleo para eliminar la necesidad de importar gasolina extranjera y otros productos refinados.
Más bien al contrario -los criminales de dentro de la NNPC y del Gobierno que han obtenido enormes beneficios del sistema antiguo de subsidios, ahora están haciendo el doble y hasta el triple para mantener el antiguo sistema de importación corrupto, y, por supuesto, para sabotear la construcción de refinerías chinas que podrían poner fin a su tren de ruína.
En lugar de dar prestaciones a los nigerianos de a pie, como el FMI anuncia que quiere, la eliminación de los subsidios ha empobrecido aún más al 90 por ciento que vive con menos de 2 dólares al día, de acuerdo con Mallam Sanusi Lamido Sanusi, el gobernador del Banco Central de Nigeria. Unos 40 millones de nigerianos son desempleados en un país de 148 millones.
Debido a que los costos de transporte son un factor significativo en la entrega de alimentos a las ciudades, la inflación del precio de los alimentos se ha disparado junto con los costos del transporte público para la mayoría de los nigerianos más pobres. De acuerdo con el Leadership Sunday de Nigeria los precios de los productos que se dispararon como consecuencias del aumento del precio del combustible se han negado a bajar.» Todo, desde vendedores de verduras en la calle, lavado de autos a los fotógrafos de carretera están sintiendo el impacto del alza de los precios de los combustibles. El desempleo está aumentando a medida que las pequeñas empresas cierran.
El argumento del FMI y de la Administración de Jonathan es que al liberar los precios del combustible, los fondos estarían disponibles para más servicios sociales y para la reconstrucción de la «infraestructura» de Nigeria. Tanto el FMI como el Gobierno saben que habría sido mucho más económicamente viable sustituir el actual sistema corrupto de importación de gasolina refinada y de combustibles con la inversión en la reconstrucción de la capacidad de refinación nacional de Nigeria.
Son Gyoh of the Nigerian Awareness for Development organization declaró: «¿No sería más conveniente que el gobierno presionara a las refinerías hasta la plena capacidad de producción debido a sus implicaciones en los gastos generales y en la competitividad de las industrias locales?»
Gyoh señaló la fuente del problema: «¿Por qué los sucesivos gobiernos dejan las refinerías en un estado de deterioro, mientras que hacen enormes gastos en subvenciones? ¿Hay alguna posibilidad de que los ahorros de retirar los subsidios vayan directamente a la rehabilitación de las refinerías? ¿Implica la desregulación que la NNPC ya no operará el monopolio en la importación de productos refinados de petróleo o se trata de un hall de entrada salvavidas y auto-servicio para que continúe con su monopolio?» Él concluye: «En cualquier caso, hay buenas razones para dudar de que la eliminación de los subsidios vaya a resolver el problema de la escasez de combustible mientras los criminales sólo se reagrupan para cambiar de táctica, un hecho del que los nigerianos son muy conscientes»
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