Un nuevo enfrentamiento entre los Hermanos Musulmanes y representantes de los movimientos laicos ha dejado decenas de heridos en El Cairo después de que los Hermanos atacaran con piedras a un grupo de manifestantes.
Los partidarios de los grupos laicos, que apoyan la transmisión inmediata del poder del Consejo de Guerra a un Gobierno civil, trataron de irrumpir en el edificio del Parlamento en la madrugada del miércoles –el Partido de Libertad y Justicia, que es la fuerza política del movimiento, ocupa en este momento la mitad de los escaños en el Parlamento-. Este intento fue reprimido por activistas del movimiento de los Hermanos musulmanes. Como resultado de los choques, según los datos oficiales, más de 40 personas requirieron asistencia médica.
Los partidos liberales y de izquierda acusan a los Hermanos musulmanes de tener un acuerdo con los militares y de haber traicionado los ideales de la insurrección del año pasado, cuando fue destituido del poder el presidente Hosni Mubarak.
Más de cuatro mil personas tomaron parte el martes en la marcha de protesta contra el Gobierno militar del país, exigiendo el traspaso inmediato del poder. Los representantes de decenas de partidos políticos y otros movimientos han organizado en las diferentes regiones de la capital caravanas que luego se han dirigido al edificio del Parlamento.
Una vez cerca de este edificio, partidarios de los Hermanos Musulmanes han salido al paso de los manifestantes, creando un escudo vivo que dio como resultado una riña con palos y piedras.
Está previsto que en mayo o junio se celebren elecciones presidenciales y para entonces el Partido de Libertad y Justicia pretende haber formado un ejecutivo en el que controle las áreas de sanidad, educación y transporte.
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Los «hermanos» musulmanes, pues sí, ya la ironía tiraniza en sí mismo este aspecto.
¿Quién dijo que se estaba sembrando la «libertad» en nuestros hermanos pueblos de un poco más allá de nosotros? Los seres humanos no necesitamos ni queremos religiones impuestas, y menos que nuestas vidas las dicte un sistema, un gobierno… La ilusión duró poco, a pesar de todos los esfuerzos. La encomiable tiranía lleva tras de sí todo un aparato para desbaratar cualquier intento de auténtica liberación. Ya no se trata de que sí o no, de que si tras la revolución ficticia habían o no las manos y armas ocultas, que por supuesto. La revolución de Egipto es válida desde el sentido de que muchos seres humanos vieron por primera vez que era posible deshacerse de cualquier tipo de tiranía. Fue sin violencia, salvo hechos provocados. Pero ahora ya con el nuevo asentamiento en el poder, a los ejecutores les van a importar tres rábanos que haya o no derramamiento de sangre.
Están tirando de todas las cuerdas posibles, apretando con cuero mojado cualquier intento de liberación. Pero a mayor intento, nuestra Intención debe ser Superior. Quizás sea el tiempo de saltar no sólo vibratoria sino cuánticamente, uno a uno, para evitar que todo esto prosiga. No importa lo que muchos piensen, o impongan, hay muchos seres preparados para ayudar y deben hacerlo.