El físico español Carlos Pobes, de la Universidad de Zaragoza, ha comenzado su aislamiento de ocho meses en la base científica estadounidense Amundsen-Scott en la Antártida, donde estará incomunicado. El ‘Winter Over’, un periodo donde la base queda aislada en completa oscuridad y con temperaturas que pueden llegar a los -80º C, ha comenzado y el último avión presente en la base ha abandonado el emplazamiento.
Hasta el próximo mes de octubre, Carlos Pobes se hará cargo del telescopio de neutrinos IceCube, un experimento que involucra a 39 institutos de investigación de 11 países y que trata de detectar neutrinos con una serie de detectores enterrados en el hielo antártico.
Este telescopio aprovecha los casi 3 kilómetros de espesor del hielo antártico para capturar neutrinos procedentes de todos los rincones del Universo.
Primera fotografía del Universo
Se espera que el IceCube obtenga una «primera fotografía» del Universo con neutrinos y servirá, además, para recabar información fundamental para resolver misterios como el origen de los rayos cósmicos, precisa la UZ en un comunicado.
Completado en varias fases, el IceCube lleva menos de un año tomando datos en su configuración final, que cubre un kilómetro cúbico de volumen. Los neutrinos son partículas eléctricamente neutras, cuya masa es inapreciable y es tan esquiva que se requieren enormes volúmenes para situar los detectores y largos tiempos de exposición para poder capturar un número suficiente.
Además, algunos fenómenos astrofísicos que producen neutrinos pueden durar sólo unos segundos, por lo que se hace imprescindible que el detector esté tomando datos de manera continua, y tanto Pobes como su colega sueco deberán garantizar el correcto funcionamiento del telescopio en un ambiente de extrema crudeza térmica.
La particular ubicación de la base Amundsen-Scott, situada en el Polo Sur del planeta, la hace ideal para estudios de diversa índole, desde climatología hasta cosmología. Situada a casi 3.000 metros de altitud en medio de la meseta antártica, la temperatura media anual en la base ronda los -50º C, y pueden llegar a alcanzarse incluso los -80º C en invierno.
Accesible sólo durante cuatro meses
Eso hace que sólo durante cuatro meses al año sea posible volar allí y el resto del año la base queda completamente incomunicada y unas 50 personas permanecen aisladas en ella para garantizar el correcto funcionamiento de los distintos experimentos.
Pobes, natural de la localidad zaragozana de Gallur, es el tercer español en la historia que vivirá en situación de aislamiento en la base, tras Luis Aldaz (1965) y Francisco Navarro (1984), y será el primero en el experimento IceCube.
El investigador aragonés fue seleccionado entre 50 candidatos de todo el mundo por la Universidad de Wisconsin-Madison (EEUU) tras superar un proceso de selección con rigurosas pruebas médicas y psicológicas.
«Serán seis meses de aislamiento total con temperaturas medias inferiores a los 60 grados centígrados bajo cero«, comenta Pobes por correo electrónico desde la base, en la que se encuentra desde octubre pasado para aclimatarse a las condiciones de vida.
«Pero también tendremos la oportunidad de disfrutar de la noche polar y sus espectaculares auroras, un privilegio que solo un reducido grupo de personas puede contemplar cada año», agrega, según la nota difundida por la UZ.
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