¿Sería posible aliviar el dolor crónico haciendo que no nos acordemos de él? Investigadores de la Universidad McGill de Canadá han descubierto que sí, que es posible aliviar el dolor crónico borrando recuerdos almacenados en el cerebro. El neurocientífico Terence Coderre señala que hay evidencia de que un dolor que dura unos pocos minutos deja una huella en el sistema nervioso y que el recuerdo de este dolor, que se da a nivel neuronal, es fundamental para desarrollar un dolor crónico.
Uno de los ejemplos más claros de este recuerdo del dolor, explica Coderre, es el que provoca el llamado miembro fantasma, el miembro amputado. «El paciente continúa sintiendo el dolor del miembro amputado, porque este dolor se produjo antes de la amputación. Y esto es porque el cerebro recuerda el dolor«.
En la investigación, publicada en Molecular Pain, el doctor Coderre y sus colegas se han basado en la existencia una proteína conocida como PKMZeta, que es clave para mantener la memoria reforzando las conexiones neuronales. Tras la estimulación dolorosa, aumenta el nivel de persistencia de esta proteína en el sistema nervioso central.
Pero además, los investigadores desarrollaron un experimento con guindillas, y descubrieron que bloqueando la actividad de esta proteína se podría revertir la hipersensibilidad al dolor que las neuronas habían desarrollado al roce de las guindillas con la piel. Los investigadores creen que esto se podría aplicar al dolor crónico, desarrollando maneras de reducir la hipersensibilidad establecida al dolor.