(CNNMéxico) — El proceso de urbanización mundial ha obligado a cientos de millones de niños y niñas a enfrentar carencias y privaciones relacionadas con la migración, las crisis económicas y los riesgos de sufrir graves desastres, según el informe Estado Mundial de la Infancia 2012: niñas y niños en un mundo urbano del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Cada vez más personas viven en ciudades y el caso de los menores no es una excepción. Las ciudades ofrecen ventajas, como el acceso a servicios educativos, médicos y recreativos, según Unicef. Sin embargo, el organismo señala que para muchos niños de las zonas urbanas también es común que se les deniegue el agua potable, la electricidad y la atención a la salud.
En países como México, 88.3 millones de personas viven en zonas urbanas, lo que representa el 78% de la población del país, de acuerdo con cifras de las Naciones Unidas presentadas como parte del informe.
“Hoy en día, un número cada vez mayor de niños y niñas que viven en tugurios y barrios marginales se cuentan entre los más vulnerables y desfavorecidos del mundo; en efecto, no tienen acceso a los servicios más básicos ni gozan del derecho a prosperar”, dice el director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake.
“La exclusión que sufren los niños de los asentamientos precarios no sólo les deniega la oportunidad de desarrollar plenamente su potencial; también priva a sus sociedades de los beneficios económicos que supone una población urbana saludable y bien educada”, agrega.
Unicef documenta que las familias pobres suelen pagar más por los servicios básicos, aunque normalmente son de menor calidad. “El agua puede costar 50 veces más en los vecindarios pobres, donde los residentes se ven obligados a comprarla a proveedores privados, que en los vecindarios más ricos, donde los hogares están conectados directamente a las tuberías maestras”, según el documento.
Los problemas urbanos
Entre los principales problemas que enfrenta un niño de ciudad, destacan las consecuencias de las crisis económicas, la migración, el riesgo de sufrir un desastre y la violencia urbana.
El número de niños que viajan solos para buscar en la ciudad o en otros países la oportunidad que el campo no les da ha ascendido en los últimos años, aunque todavía son mayoría los que acompañan a sus familias. Uno de cada cinco niños había emigrado solo, de acuerdo con un censo realizado en 12 países. La mitad de los jóvenes de entre 15 y 17 años había vivido la misma situación.
La violencia y la delincuencia afectan a los niños en las zonas urbanas, no sólo como víctimas, también como miembros de grupos criminales. “La exposición crónica a hechos de esta índole puede obstaculizar el desarrollo de los niños y se ha relacionado con un rendimiento académicos deficiente y mayores tasas de deserción escolar, ansiedad, depresión, agresividad y falta de autocontrol”, señala el informe. Se enrolan en la delincuencia a los 13 años de promedio, aunque otros se unen mucho antes.
En México, al menos 1,400 menores han fallecido en el marco de la lucha contra el crimen organizado y hay unos 120,000 huérfanos por el mismo fenómeno, de acuerdo con la organización de la sociedad civil Ririki Intervención Social.
El caso del Ponchis, un adolescente de 14 años que confesó haber comenzado a asesinar a los 11 años en un grupo de crimen organizado, es un ejemplo conocido en México.
El gobierno de Felipe Calderón anunció el 16 de febrero que brindará atención a los menores de edad víctimas de la violencia, a través del Acuerdo para la atención a niñas, niños y adolescentes en escenarios de delincuencia organizada.
http://mexico.cnn.com/mundo/2012/02/28/cada-vez-mas-menores-de-ciudad-sufren-la-desigualdad-social-unicef?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+cnnmexico%2Fportada+%28Noticias%29