Amnistía Internacional (AI), con sede en Londres, señaló el jueves que el clima que se vive en Irán por las elecciones parlamentarias, a celebrarse el viernes, trajo meses de violencia debido a que cualquier indicio de disconformidad es reprimida por el régimen.

La organización promotora de derechos humanos indicó en su nuevo informe, que las autoridades iraníes han arrestado a estudiantes, reporteros, abogados y miembros de la oposición y también han intensificado con medidas enérgicas el control sobre los medios electrónicos de comunicación, todo lo cuál, socava las afirmaciones de la República Islámica de que apoya las manifestaciones de la “Primavera Arabe” en la región.

El líder supremo del país, Ayatollah Ali Khamenei, expresó que los disturbios en toda la región, los cuáles durante el proceso derribaron a varios líderes de mucho tiempo, tiene su fundamento en la revolución iraní de 1979, que fue la que puso en el poder al actual gobierno.

Ann Harrison, directora del programa de Amnistía para Medio Oeste y Africa del Norte afirmó “en el Irán de hoy, te arriesgas si haces algo que pudiera caer fuera de los límites cada vez más estrechos de lo que las autoridades consideran social o políticamente aceptable”.

Cosas simples, añadió, como “crear un grupo social en internet, formar o unirse a una Organización No Gubernamental o expresar la oposición sobre el estado de las cosas, puede llevar a alguien a prisión”.

Estas elecciones serán las primeras a nivel nacional desde que el presidente Mahmoud Ahmadinejad fuera re elegido en 2009. Esas elecciones provocaron una serie de protestas que fueron reprimidas rápidamente por el régimen y, desde entonces, muchos líderes de oposición han estado detenidos o bajo estrecha vigilancia.

Amnistía aseveró que ahora el gobierno incorporó una unidad de ciberpolicías con la misión de monitorear los cafés de internet, así como computadoras personales. El mes pasado, un oficial de policía de alto rango llamó a Google una “herramienta de espionaje”.

También, Amnistía señaló, que el bloguero Mehdi Khazali, recibió una dura sentencia por “difundir propaganda en contra del sistema, reunirse y operar en secreto” e “insultar a oficiales”.

Defensores de los derechos humanos fueron arrestados y, recientemente, diversas organizaciones no gubernamentales han sido cerradas. Abdolfattah Soltani, director del Centro de Defensores de los Derechos Humanos, fue arrestado el otoño pasado y sentenciado a 20 años de carcel por cargos tales como recibir un premio internacional de derechos humanos, señala Amnistía.

En otro caso citado por AI, el número de ejecuciones públicas se incrementó cuatro veces en 2011 comparado con el año anterior.

“Se cree que en el último año cientos de personas han sido sentenciadas a muerte, principalmente por sospechas de ofensas con drogas”, señala la organización, observando que ésta es una práctica que el régimen emplea para “inducir el miedo a la sociedad”.

A parte de las tensiones sobre el temor de que Irán está construyendo armas nucleares, Amnistía pidió a los otros países, no olvidarse de presionar a Teherán sobre su situación de los derechos humanos.

Harrison indica que “estar frente a éste nivel de represión puede ser, para los iraníes, realmente desalentador que las discusiones de los círculos diplomáticos del país se enfoquen principalmente en un programa nuclear a expensas de los derechos humanos”.

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