4 de marzo de 2012.- El Secretario de Defensa estadounidense, León Panetta, reconoce que de entre todas las amenazas que afectan a la seguridad nacional la que más le preocupa es un potencial ciberataque a gran escala que pudiera paralizar el país.
“Estamos sometidos diariamente a cientos o miles de ataques que pretenden robar información de diversas agencias o departamentos de EE. UU.”, afirmó Panetta durante su intervención en la Universidad de Louisville, en el estado de Kentucky, ante más de 1.200 personas.
El jefe del Pentágono hizo estas declaraciones respondiendo a la pregunta sobre qué es lo que no le deja dormir por las noches. Panetta dijo que el ciberespacio será el escenario de las futuras batallas, y recordó que “los ciberataques son peligrosos porque son capaces de hecho de paralizar nuestro país, de destruir su sistema energético y financiero, o de entorpecer el trabajo del Gobierno y de Wall Street”, enumeró
Interpelado sobre los principales objetivos del Pentágono, Panetta abogó por «seguir invirtiendo en nuevas capacidades tales como sistemas cibernéticos y automáticos, en el espacio y en el continuo crecimiento de las fuerzas de operaciones especiales”.
El enemigo tiene nombre: “Anonymous”
Los mismos temores fueron aireados este mismo jueves por el director del FBI, Robert Mueller, que intervino en una conferencia sobre seguridad en San Francisco para anunciar que el crimen cibernético está suplantando al terrorismo “tradicional” y que, hoy por hoy, es el enemigo número uno de la nación. La Agencia, que se prepara para combatir a los agresores en internet, creó recientemente su propia policía de la web.
Sin embargo, precisamente la página web del FBI quedó paralizada el pasado 20 de enero por un ataque masivo del conocido grupo de hackers Anonymous.
Los últimos meses Anonymous atacó las páginas web de la Casa Blanca, la CIA, el FBI, el Departamento de Justicia y de la Universal Music Group, entre otras.
Al explicar los fracasos de la Agencia en la lucha contra los piratas informáticos, Mueller esgrimió que “los grupos aislados de hackers han creado sindicatos criminales”, sindicatos -dijo- que con frecuencia son internacionales, lo que dificulta aún más su captura, obligando a trabajar en estrecha colaboración con los servicios de seguridad de otros países, mientras internet no conoce fronteras.
En junio de 2011 la administración de Obama presionó al Congreso para aumentar en dos veces las penas para los culpables de delitos que atenten contra la seguridad nacional. La nueva legislación prevé condenas de hasta 20 años de prisión para aquellos que penetren en computadoras gubernamentales.