La diosa escorpión

“Soy Serket, señora del cielo, soberana de todos los dioses. He venido ante ti, la esposa del gran rey, señora de las dos tierras, soberana del alto y bajo Egipto, Nefertari, amada por Mut, justificada ante Osiris, quien reside en Abidos, y te he concedido un lugar en la tierra sagrada, para que, como Ra, puedas aparecer gloriosamente en el cielo”. (Inscripción en la tumba de Nefertari) 
La benéfica diosa Serket era hija de Ra, a veces representada como esposa de Horus y madre de Horajty. Su imagen habitual es la de una mujer que lleva sobre la cabeza un escorpión con la cola levantada, siempre dispuesto a picar, pero en alguna ocasión se invirtió su aspecto, convirtiéndose en un escorpión con cabeza de mujer. En un papiro de la dinastía XXI aparece armada de cuchillos, con cabeza de leona y otra de cocodrilo protegiendo la nuca.
Curiosamente, en un principio esta divinidad estaba asociada con el escorpión de agua, un insecto heteróptero que no guarda relación con el terrestre. Fue solo a partir de ladinastía XIX cuando pasó a representar al verdadero escorpión. La más peligrosa de estas especies es capaz de matar, y de ahí la importancia de la diosa, a la que se invocaba para evitar las picaduras venenosas y sobrevivir a ellas.
Cuando Seth amenazó a la diosa Isis, ella le envió siete escorpiones para protegerla. Además se muestra como enemiga del demonio-serpiente Apofis, que trata de interrumpir el recorrido de la barca solar que transporta a Ra, para que no pueda alcanzar el nuevo día. Por extensión, se consideraba que Serket tenía poder sobre todas las serpientes, reptiles y animales venenosos. Según los Textos de la Pirámide, era la madre de Nehebkau, el dios serpiente que protegía al faraón contra las mordeduras de estos reptiles.
La mención más antigua de Serket se remonta a una estela funeraria encontrada en una tumba de la primera dinastía en Saqqara. También aparece mencionada en algunas invocaciones de los Textos de las Pirámides, el conjunto de textos religiosos más antiguos, grabados en las paredes de las pirámides a partir de la V dinastía. En ellos a veces se le da el nombre de “Señora de la Hermosa Casa”, una alusión a su papel en el proceso de momificación. Selkis había ayudado a Isis a cumplimentar las exequias de su esposo Osiris. Por extensión, también prestaba apoyo en los funerales de los hombres, y de ahí su papel en los ritos funerarios en compañía de Isis, Neftis (la oscuridad, la noche y la muerte) y Neith. Juntas, eran las «cuatro plañideras divinas». 
Al observar cómo la hembra del escorpión transportaba durante un tiempo las crías sobre su espalda, los egipcios vincularon a la diosa con a la madre del difunto, que amamanta a los muertos y les proporciona el alimento con el que vivir eternamente. 
Serket se convirtió así en una diosa protectora ligada tanto a los vivos como a los muertos. Invocada durante la ceremonia del embasalmamiento, su misión era proteger a Qebehsenuef, que a su vez guarda los intestinos de los difuntos depositados en vasos canopos.
“Soy Qebehsenuef, Oh Osiris Ani, triunfante. He venido para protegerte. He recogido tus huesos y he reunido tus miembros. He traído tu corazón y lo he colocado en su trono dentro de tu cuerpo. He hecho florecer tu casa para ti, Oh tú que vives para siempre”.
Howard Carter encontró una estatua dorada de la divinidad, especialmente hermosa, en la que es representada con los brazos extendidos en ademán protector en torno al cofre que contiene los vasos canopos de Tutankamón. La figura se encuentra hoy en el museo de El Cairo y, aunque se ha sugerido que podría haber sido moldeada a imagen y semejanza de Anjesenamón, esposa del faraón, no existe ninguna prueba de ello.
En la tumba de la reina Nefertari, esposa de Ramsés el Grande, hay una hermosa pintura de Selket con un vestido rojo ajustado y largo hasta el tobillo. En la mano derecha sujeta un ankh, el símbolo de la vida, y en la izquierda sostiene el cetro, símbolo de dominio, bienestar y prosperidad.

“Los dientes de Osiris Ani, cuya palabra es la verdad, son los dientes de Serket” (El Libro de los Muertos).

Símbolo del calor del sol, representa la sexualidad femenina y es protectora de los matrimonios, la maternidad y la felicidad conyugal. Aparece también representada asistiendo a los nacimientos de dioses y faraones, como es el caso de Hatshepsut y Amenofis III, en compañía de la vieja diosa guerrera Neith. Como diosa de la fertilidad, era una de las divinidades que guardaban las fuentes del Nilo y velaba para que las crecidas se produjeran oportunamente. Por eso recibía el nombre de Señora de la Vida.
También se la llamaba “la que da el aliento de vida”, o “la que facilita la respiración en la garganta”, porque, además de evitar la muerte por asfixia producida por la picadura del escorpión, es, por extensión, la que hace que el niño respire al nacer, y que el difunto lo haga en la otra vida. Por eso se la asociaba al oeste, punto cardinal que significa la muerte y el renacer.
Aunque generalmente considerada una divinidad protectora, tenía también su lado oscuro:así como podía proteger a los justos contra las picaduras, también podía dejar morir a los malvados; su cólera era temible, y su furia vengadora enviaba serpientes y escorpiones contra aquellos que hubieran incurrido en su desagrado. Como encargada de castigar los crímenes, también se relacionó con la justicia.
La fiesta se Serket se celebraba en el mes de Joiak, que según el cómputo moderno se extendía entre el 26 de noviembre y el 26 de diciembre de cada año. Originalmente la diosa fue adorada en el Delta, pero su popularidad se extendió y se le rindió culto en todo el país. No se han hallado templos dedicados específicamente a ella, pero sí contaba con un elevado número de sacerdotes a los que ella transmitía sus conocimientos médicos. Estos sacerdotes se ocupaban de modo muy especial de los casos de mordeduras y picaduras de reptiles e insectos mediante una combinación de medicina y sortilegios.
A menudo se utilizaban amuletos con forma de escorpión que se colocaban en torno al cuello de un paciente que había sufrido una picadura mientras se pronunciaban las palabras rituales. Los niños llevaban unos anillos con un escorpión para protegerlos contra estos peligros. Los conjuros invocando la protección de esos animales se colocaban a la entrada de los templos y en placas dentro de los hogares además de en los amuletos. También había pendientes de escorpión que se elaboraban a base de diversos materiales.

Fuente: http://themaskedlady.blogspot.com/

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