La nueva cara de la hipnosis

La técnica ha ido evolucionado, y en la actualidad sólo se utiliza la palabra y la persona jamás pierde la conciencia.

La vieja imagen del hipnotizador con ojos bien abiertos y voz firme que mueve su péndulo frente al paciente y le ordena que se duerma, es un recurso del pasado y una caricatura que representan sólo magos e ilusionistas, pero que nada tiene que ver con la realidad que se vive actualmente.

La hipnosis es un técnica terapéutica muy antigua, pero que ha ido evolucionando, en cuanto a la forma en que induce al paciente a entrar en un estado hipnótico y también, en los nuevos usos que se le está dando, donde se promueve su eficacia para dejar de fumar, manejo del dolor en tratamientos dentales, quemaduras graves y curaciones cutáneas, bajar de peso, bulimia, anorexias, fobias, jaquecas, tartamudez, neurosis, crisis de pánico, depresiones, impotencia, eccemas, problemas digestivos, asmas, dolores y cáncer.

¿Cómo funciona? Una sesión dura alrededor de una hora y el paciente está recostado en un diván. El terapeuta le pedirá cerrar los ojos o mirar un punto exacto de la sala, y con su voz y palabra lo irá guiando hacia una relajamiento muscular que le permitirá ser llevado a un estado de trance. Luego, se le pide al paciente que levante una mano, brazo o cruce los dedos. Si lo hace, quiere decir que ya está hipnotizado. Aunque también hay terapeutas que con sólo la observación del movimiento involuntario de sus ojos saben cuándo el paciente está en estado hipnótico.

El enfoque más usado es el Ericksoniano, que da la oportunidad a la persona que acepte las sugerencias con las que se siente cómodo, estando consciente de lo beneficios que obtendrá.

“Las personas no pierden el control y no quedan dormidas profundamente, sino que están en un estado de conciencia donde reacuerdan con claridad el pasado, el comienzo emocional de un problema y una serie de cosas que le brotan y no sabe de dónde vienen”, comenta Claudio Reyes Díaz, hipnoterapeuta.

También cuenta que se trabajan los síntomas de algún trastorno o enfermedad y desde ahí van hacia el origen o la causa, que siempre estará en el pasado. “Hacemos regresiones a diversos momentos de la vida de la persona, niñez y etapa intrauterina e incluso a las supuestas vidas anteriores. No nos importa si es real o ficticia, si la persona las imagina o si realmente las vivió o las heredó biológicamente. Cada uno contiene una serie de recuerdos que hay que limpiar de las emociones que tiene, liberarlas”.

Agrega que no sólo se trata de recordar hechos, sino de sanar y hacer una limpieza con técnicas especiales que se desarrollan con terapias regresivas.

En ese sentido, la hipnoterapeuta Rossana Sotomayor complementa que la mente es como un iceberg, existe una parte visible que es el consciente y otra parte mucho mayor que es el subconsciente, y éste hace que muchas de nuestras conductas se repitan todo el tiempo. ”A través de la hipnosis clínica, podemos ‘reprogramar’ positivamente el subconsciente, dejando atrás las conductas erróneas o negativas”.

Nilda Glaser, kinesióloga y terapeuta en regresiones desde hace 30 años, afirma que la terapia sirve también para conocer propósitos de vida, mejorar relaciones familiares y sanar heridas emocionales que impiden tener una vida plena y feliz.

“Cuando regresas a vidas pasadas revisamos lo que aprendiste y esas se convierten en tus herramientas en esta vida, pero que si no las hecho aún consciente, la regresión te servirá para hacerlo. También vemos las vidas o momentos que tienen injerencia actual, donde es habitual sanar las vivencias de tristeza, dolor y sufrimiento que hayan sido programadas en el útero materno o en otras vidas, que las entendemos como caminos y aprendizajes anteriores”, especifica.

Asegura que todo lo que pasa en la vida actual tiene una explicación, que se condice con elecciones que se han tomado en el pasado. Es decir, desde las penas de amor, no encontrar pareja, trabajo, realización hasta la falta de prosperidad económica. ”Las regresiones ayudan a ser más responsables frente a tus propias acciones, tomas conciencia, se amplía tu mente y cambia tu forma de enfrentar los problemas. Te vuelves responsable con lo que hiciste antes y en cómo enfrentar este presente”.

Los tratamientos con hipnosis van desde una hasta seis sesiones.

Fuente: emol.com

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