En Estados Unidos, 43 senadores republicanos le enviaron una carta al presidente Barack Obama alertándole que no respaldarán ninguna limitación del escudo antimisiles estadounidense ni ulteriores recortes en los arsenales de armas nucleares.
Así reaccionaron los legisladores de la oposición tras laconversación entre el presidente ruso Dmitri Medvédev y Obama en Seúl, que se conoció casualmente este martes.
El mandatario de EE. UU., sin darse cuenta que su micrófono estaba abierto, le había prometido a Medvédev, que tendría «más flexibilidad» sobre el polémico sistema antimisiles en Europa, un proyecto que preocupa mucho a Rusia, si es reelecto en los comicios de noviembre.
Basándose en este diálogo, los republicanos aseguraron en su carta que «cualquier concesión» a los rusos iría en contra de la seguridad nacional de EE. UU. Argumentaron también que una concesión de ese tenor podría debilitarlos ante la potencial amenaza nuclear de Corea del Norte e Irán, que, según Washington, desarrolla armas nucleares, aunque las autoridades lo desmienten y proponen negociaciones.
La carta no es la primera muestra de indignación republicana. Este martes el rival principal del mandatario estadounidense, Mitt Romney, no tardó en criticar a Obama por su eventual posición flexible en las negociaciones entre Washington y Moscú. Romney compuso su propia lista de ‘países malos’ y apuntó a Rusia como el adversario número uno de EE. UU. Por su parte, el mandatario ruso calificó la postura de Romney como algo propio de Hollywood.
Las divergencias entre ambos países se originaron a raíz de la estructura del escudo antimisiles que se despliega en varios estados europeos. Rusia quiere participar en el sistema y pide garantías jurídicas de que no está dirigido en su contra. La contraparte estadounidense, en cambio, se niega a satisfacer esa petición. En respuesta, a fines de noviembre pasado, el presidente Medvédev precisó el complejo de medidas políticas y militares contra la expansión del escudo estadounidense. Y según las últimas declaraciones desde EE. UU., la cuestión podría seguir pendiente.
Sin embargo Rusia todavía se muestra dispuesta al diálogo y exhorta a buscar la solución del problema. «Hay posibilidades y tiempo para llegar a un acuerdo sobre todas las cuestiones de este tema», acentuó Medvédev.
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