Vientre de Mujer

Desde las hermosas Venus del paleolítico, en las que los atributos sexuales remarcaban la capacidad creadora, a través de la maternidad, del cuerpo de la mujer hasta las actuales modelos, actrices, cantantes, maniquíes… la imagen modelo de nuestro cuerpo ha cambiado visiblemente. 
Tomemos como ejemplo a la Venus de Willendorf. Se trata de una estatuilla de unos 20.000 años de antigüedad tallada en caliza y pintada en ocre en la que podemos apreciar nuestros atributos sexuales femeninos muy marcados: vulva, pechos, glúteos, vientre… Las interpretaciones que la historia del arte han producido sobre el fenómeno de estas estatuillas, denominadas Venus paleolíticas, es que eran representaciones que señalaban la fertilidad y destacaban la maternidad de la mujer. Es curioso adentrarse en el significado de las huellas de otras culturas y civilizaciones separadas de nosotros miles de años. Ya en mi incursión en la facultad de historia del arte me sorprendía la estrechez de mente de los investigadores. Por ejemplo, el historiador Stefano Suzzi argumenta que las Venus, presentan desfiguraciones (así las denomina él) como consecuencia de las transformaciones que en el cuerpo de la mujer los hombres observaban… ¡ya estamos! ya estamos dando por hecho que fueron los hombres (y no las mujeres) quienes tallaron las Venus, pintaron las cuevas paleolíticas… y que conste que no me parece importante quién lo hizo. Lo que me parece importante es la incapacidad de los hombres y mujeres de hoy de poder acceder a la sencilla idea de que había una forma diferente de hacer las cosas.
Volvamos al vientre. En la actualidad, y sin pasar por las tres gracias de Rubens, vemos cómo el modelo estético, lo que gusta o no, lo que consideramos hermoso y digno de admiración en el cuerpo de la mujer, es la eliminación de los atributos maternales. Pero no siempre fue así. Observemos el desarrollo de la estética de la mujer en occidente en la segunda mitad del siglo XX siguiendo la estela de las grandes estrellas del cine. En los años cincuenta, la pantalla nos ofrecía un cuerpo de mujer voluptuoso: Gina Lollobrigida, Sophia Loren, Doris Day, Jane Mansfield, Kin Novak o Marilyn Monroe nos mostraban una mujer con caderas, vientre, pechos y curvas definidas. En los sesenta, la modelo Twiggy rompe con todos los moldes previos. Aparece un nuevo modelo de mujer: extremadamente delgada, adolescente. casi andrógina, con cuerpo no desarrollado. Son los años sesenta, los años del despertar, de la búsqueda de libertades de la mujer, cambio de normas y paradigmas. Es señalable que, cuanto más libre se hacía la mujer, tanto más cambiaba su cuerpo hacía lo rectilíneo. La libertad y la maternidad no parecen caber en el mismo cuerpo. Excepto el pecho, que se considera un fuerte objeto sexual en occidente (por encima incluso de su función de amamantamiento), el cuerpo de la mujer en la actualidad se imagina y desea sin curvas, sin caderas, sin glúteos y, sobre todo, vientre.
En el mundo de la moda y el espectáculo (los que marcan las tendencias e imponen modelos), el vientre femenino ha desaparecido. No existe. No está. Podría ser una anécdota sino fuera porque lo que oculta el abultado vientre de una mujer es un útero relajado. Suelo decir en los Encuentros que si el vientre está como una tabla, el útero está como un ladrillo o, lo que es lo mismo, que no tener vientre es la señal de que el útero está en tu interior encogido y tenso. Una de las primeras señales que tenemos de que el útero se está relajando es que sentimos que nuestro vientre se desborda, que se expande. Asoma entonces un vientre armonioso y bello que muestra el espacio del útero en nuestro interior. No es una barriga hinchada. Es el vientre que pertenece a la anatomía femenina (da igual si el resto del cuerpo está delgado o no) y corresponde al espacio que el útero ocupa en su interior. Cuando el útero está relajado, el músculo se distiende y ocupa una parte considerable de espacio en el cuerpo. Si está tenso, el músculo del útero se contrae y ocupa un menor espacio.
El hecho de que los grandes diseñadores y el negocio de la moda esté en manos de hombres, en su mayoría homosexuales ¿habrá tenido incidencia? Recordemos que a los homosexuales les resulta sexual y estéticamente atractivo el cuerpo de los hombres (que es lineal, frente a las curvas femeninas). Ellos imponen criterios, modas y tendencias… quizá prefieran a las mujeres sin vientre porque es uno de las características más definitorias del cuerpo de la mujer. El vientre es una zona llena de sensibilidad que despierta deseo y produce placer. De hecho, las bailarinas de danza del vientre, suelen tener barriga, una barriga hermosa y sensual que movilizan para su propio placer y, de paso a veces, el de los otros. O quizá no sea sólo una cuestión estética y haya que mirar más allá.


Lo que está claro es que todas respondemos a estos criterios estéticos, y si no lo hacemos, al menos, lo intentamos. Las dietas, cosméticas, tratamientos de belleza imposibles, medicinas y demás… todo lo que esté en nuestra mano con tal de asemejarnos, aunque sea mínimamente a esos maniquíes que nos interrogan desde los escaparates cada comienzo de temporada. Parecen decirnos: tú ¿eres como yo? Necesitamos sentirnos como esos maniquíes sin cabeza porque entonces pertenecemos al género femenino, entonces, al fin, podemos ser aceptadas y descansar. Aunque por el camino hayamos ido dejando nuestro cuerpo y nuestra alma.



Ante esto cabe preguntarse ¿Por qué querríamos renunciar a la fuente de placer que proporciona el útero relajado y el vientre? ¿Es una estrategia inconsciente (o no) del patriarcado para castrarnos aún más? ¿No será, al final, un elemento más de sometimiento? Lamentablemente, mi respuesta es que los modelos de ser mujer en una sociedad no nacen de la casualidad. Tienen una funcionalidad y en este caso, me parece que demasiado evidente. Romper el placer y la sensualidad en la mujer de forma que no goce demasiado, que se someta por falta de vigor y vitalidad, que luche contra su propia naturaleza para sentirse aceptada por terceros, es la demostración de las huellas del patriarcado en nuestro cuerpo, el cuerpo de mujer.
http://estudiosobreelutero.blogspot.com.es/2012/03/vientre-de-mujer.html

2 comentarios en “Vientre de Mujer

  1. Genial!!! Ignoro si está escrito por un hombre o una mujer pero poco importa, es Maestr@ en el conocimiento del cuerpo femenino.
    No soy hombre ni me gustan las mujeres sexualmente pero no me puedo imaginar estos maniquíes andróginos practicando sexo y menos dando a luz…Hemos de estar orgullosas cuando llegamos a la madurez de nuestro vientre un poco más relajado y abultado porque ha sido la primera cuna de nuestros hijos.
    Esta reflexión sobre si la extrema delgadez de la alta costura`proviene de los modistos es creo, muy acertada, un hombre tiene otra forma de vientre…e incluso el nuestro a cierta edad puede resultar muy sexy.
    Gracias por esta entrada maravillosa que puede ayudar a muchas mujeres a aceptar su sexo y su condición femenina.
    http://www.youtube.com/watch?v=6_77oQbnhIc&feature=player_embedded

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