Haaretz supo que Ayalon fue enviado a Washington para reunirse con altos funcionarios del gobierno estadounidense sobre la desición del Consejo de Derechos Humanos de la ONU anunciado la semana pasada.
Ayalon transmitió un mensaje al gobierno de Obama de que Israel quiere que EE. UU. actúe para limitar el mandato del Comité por lo que sus recomendaciones serán menos vinculantes.
Según un alto funcionario israelí, Ayalon estuvo en Washington solo 24 horas, y se reunió con el Subsecretario de Estado, William Burns. Ayalon no tenía otras reuniones programadas.
El ministerio de Relaciones Exteriores israelí mantuvo la misión especial de Ayalon en secreto, aunque en Washington, sus reuniones aparecieron en el calendario que el Departamento de Estado emite todos los días. Una visita clandestina como ésta no es la norma para Ayalon, quien publica frecuentes declaraciones de prensa sobre sus actividades.
Ayalon transmitió a Burns una solicitud para que EE. UU. no coopere con el comité y cese la cooperación con el Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre el conflicto isaelí-palestino.
El canciller israelí Avigdor Lieberman, quien decidió cortar los vínculos con el CDH de la ONU y su comisionada luego del establecimiento del comité, dijo que él también quería pedirle a EE. UU. y a otros países que son miembros del consejo que renuncien.
Las posibilidades de éxito de esta medida son nulas, considerando que la administración Obama ve al Consejo de Derechos Humanos como un elemento clave en su política exterior.
Pero Lieberman ha dicho en una conversación privada en los últimos días que Israel debería al menos tratar de instar a Estados Unidos y otros países a oponerse a la investigación