En Qatar fracasó un golpe de Estado dirigido por un grupo de militares. La información sobre el incidente fue divulgada por varios medios de comunicación, pero los datos que llegan desde este país son muy contradictorios.
Las primeras informaciones sobre la rebelión militar aparecieron en la cadena saudita Al-Arabiya, pero cuatro minutos después esta información desapareció de la página web del canal. Este medio ha denunciado al respecto que ha sido víctima de un ataque de unos hackers que publicaron información falsa sobre el golpe. Mientras tanto, la cadena qatarí Al-Jazeera, que dio una cobertura muy amplia de las revueltas en otros países árabes, no ha publicado nada al respecto de los supuestos sucesos en su propio territorio.
Se sabe que la primera en levantarse en rebelión fue la guardia del emir Jeque Hamad bin Khalifa al Thani, que trató de tomar su palacio. El jefe del Estado fue protegido por fuerzas especiales estadounidenses que entraron en combate con los golpistas, según informa el diario egipcio Al-Bashair, aunque esta información no fue confirmada por las autoridades locales. También se informa que el emir y su esposa, Mozah bint Nasser, al parecer, abandonaron el palacio después del golpe, acompañados por los comandos estadounidenses.
La analista política Concheta Delavernia cree que Occidente y algunos países árabes orquestan un ‘apagón mediático’ cuando les conviene: por ejemplo, el emir de Qatar se puso en contacto con el rey de Arabia Saudita para pedirle eliminar la noticia sobre el golpe, que había aparecido en el canal Al-Arabiya. También subraya que este intento de golpe militar no es el primero en la historia de Qatar: el año pasado el hermano del emir trató de forzar su destitución y el mismo emir llegó a poder derrocando a su padre.
La analista cree que estos intentos no deberían sorprender a nadie, ya que el Gobierno actual del país árabe perdió toda su credibilidad con su posición pro occidental respecto al conflicto sirio. También destaca la similitud entre la situación en Qatar y Bahréin, donde el ‘apagón mediático’ oculta los continuos enfrentamientos que amenazan a la estabilidad del país.
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Según algunas fuentes, es el tercer intento desde septiembre, pero parece que hay intereses en que no se sepa fuera del país. Que no te extrañe si Al-Jazeera calla, ya que esta agencia perteneció al propio emir de Qatar. Wadah Khanfar renunció a su puesto como director de Al-Jazeera por no estar de acuerdo con la información sesgada que se daba al mundo sobre las revueltas en Libia. Casualmente, el gobierno qatarí también tenía intereses en avivar estas revueltas y eliminar a Gadafi.
En resumen, que no quedan medios informativos en Doha que puedan echar luz sobre lo que allí pasa.