España volvió a la recesión en los primeros tres meses de 2012. Estos poco alentadores datos fueron hechos públicos por el presidente del Banco Central de España, Miguel Fernández Ordóñez.

Técnicamente, recesión es el proceso de contracción del Producto Interior Bruto (PIB) del país durante por lo menos dos trimestres consecutivos. Según las palabras de Ordóñez, en el último trimestre de 2011 la economía española se redujo un 0,3%, y la misma tendencia se ha mantenido a principios de este año.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, ya había adelantado que el primer trimestre de 2012 sería «igual de malo» que el cuarto de 2011, o sea, con el mismo nivel de reducción del PIB. Aunque las cifras oficiales se conocerán solo el 30 de abril, ya no cabe ninguna duda sobre la situación de recesión que vive el país.

Sin embargo, tanto Ordóñez como De Guindos rechazan rotundamente la perspectiva de que se produzca cualquier intervención extranjera en la política económica de España. El jefe del Banco Central descartó que el sistema financiero español necesite ayudas de la Unión Europea para sanearse, incluso si las previsiones económicas empeoran, mientras que el ministro de Economía prometió que España nunca se enfrentará a la situación acometida por el modelo griego para su salida de la crisis, con sus severos recortes.

En diciembre de 2011, en España asumió el poder el nuevo Gobierno encabezado por Mariano Rajoy, que prometió reducir los costos presupuestarios en un total de 16,5 millones de euros en 2012 y bajar el déficit hasta el 5,3%. No obstante, las declaraciones de Ordóñez ponen en tela de juicio el cumplimiento de este ambicioso plan, que tampoco parece factible para el Fondo Monetario Internacional, según sus últimos pronósticos.

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