Por Miguel Grinberg*
Varias organizaciones ambientalistas estadounidenses denunciaron que la Armada de Estados Unidos contamina las aguas de los mares mediante el hundimiento intencional de viejos buques de guerra, sin extraer de ellos insumos altamente tóxicos.
El Sierra Club, la Red de Acción Basilea y el Centro por la Diversidad Biológica presentaron una petición ante la Agencia de Protección Ambiental (EPA) donde puntualizan que urge el monitoreo de peligrosos bifenilos policlorados (PCB) y otros materiales nocivos, como consecuencia del Programa Sinkex de la Armada.
El documento presentado consigna que “solamente durante la última década la Armada ha destruido 109 navíos en alta mar usándolos como blanco para ensayar torpedos y variada artillería: una vez hundido, cada buque suelta paulatinamente muchos kilos de PCB en las aguas.”
“Los PCB son una serie de compuestos químicos organoclorados, reconocidos como agentes cancerígenos, y su fabricación, uso y distribución han estado prohibidos en EE.UU. desde 1979: una vez liberados en el medio ambiente, persisten durante muchos años y se acumulan en la cadena alimentaria marina”, añade el testimonio.
Este procedimiento de descarte naval, iniciado hace dos décadas, no constituye un secreto de Estado: el Departamento de Transporte de EE.UU consigna que “Sinkex consiste en ejercicios con artillería llevados a cabo por la Armada nacional”.
Y añade que “su objetivo es el ensayo de unidades de bombardeo, efectividad de torpedos, y poder perforador de los misiles, usando navíos fuera de servicio, lo cual permite el uso de munición real, y a la vez da la posibilidad de observar y evaluar los resultados.”
La denominación surge de la expresión en inglés “sinking exercise” (ejercicio de hundimiento) y los puntos más corrientes para su realización se hallan en aguas a la altura de los estados de California y Florida, o en la cercanía de las islas de Hawaii.
La Administración Marítima estadounidense señala que “el hundimiento de tales buques en aguas profundas exige la remoción de todos los materiales ambientalmente peligrosos que contienen, labor supervisada por la propia Armada y la EPA, y a la vez asegurar que se hundan velozmente y sin afectar la navegación de rutina.”
Según fuentes de la EPA, la Armada debe presentar informes sobre el tipo y cantidad de materiales tóxicos removidos de cada unidad hundida (que a veces consiste en gigantescos portaaviones como el America o el Kitty-Hawk) y la naturaleza de los componentes peligrosos no erradicados.
Investigaciones recientes y la revisión de los informes oficiales sostienen que numerosos relatorios presentados a partir de 2000 son “inconsistentes y están incompletos”, en particular cuando se refieren a elementos como el amianto, el mercurio y el plomo.
Los manuales ecológicos indican que las principales vías de ingestión de PCB en los seres humanos son la inhalación y las comidas, en especial alimentos propensos a estar contaminados como los mariscos y los peces: una vez ingeridos, los PCB se acumulan principalmente en tejidos ricos en lípidos, como el adiposo, el cerebro, o el hígado.
Peter de Fur, profesor de estudios ambientales de la Universidad del Virginia Commonwealth, que como experto supervisa la pesca entre los estados de Nueva York y Carolina del Norte, asegura que existe presencia de PCB y otras toxinas en los frutos de mar consumidos por la gente.
Otro informe distribuido por el Centro por la Diversidad Biológica, afirma que “la EPA establece como tope para la presencia de PCB no más de 20 partes por cada mil millones, pero muestras de peces recogidos en la vecindad de los puntos de hundimiento sobrepasan ampliamente esa densidad”.
La EPA establece que las operaciones del Programa Sinkex deben realizarse más allá de las 50 millas náuticas a partir de la costa, y en profundidades no menores de los 1.800 metros.
De acuerdo con testimonios de agrupaciones conservacionistas, uno de los hundimientos más problemáticos se produjo en 2005 con el mítico portaaviones America, veterano de la guerra en Vietnam y las operaciones Tormenta del Desierto y Escudo del Desierto.
Reposa a unos 5.000 metros de profundidad en el océano Atlántico (a la altura de las costas de Carolina del Norte) y se asegura que contenía por lo menos 260 kilos de PCB: la Armada lo abatió con explosivos submarinos y de superficie, monitoreados electrónicamente desde naves de vigilancia, con cargas equivalentes a los torpedos y los misiles crucero.
(*El autor es periodista especializado en Medio Ambiente)
http://cazasyhelicopteros.blogspot.com.es/2012/04/acusan-la-marina-de-eeuu-de-contaminar.html