Bruselas considera que la situación en la central nuclear de Fukushima está «fuera de control»

Las autoridad nuclear japonesa reconoce ante la ONU que la contención primaria del reactor número 2 puede estar dañada tras la explosión de ayer.- En un perímetro de 30 kilómetros alrededor de la central no se puede salir de casa y se ha establecido una zona de exclusión aérea.- -La alerta llega a Tokio, donde el viento podría arrastrar las partículas radiactivas

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La situación tras el accidente nuclear en la central de Fukushima está «fuera de control». Así lo ha estimado el comisario europeo de Energía, Günther Öttinger, quien hoy ha mantenido una reunión en Bruselas con responsables gubernamentales, representantes del sector y expertos. «Hay quienes hablan de ‘apocalipsis’ y la palabra me parece muy apropiada» -ha dicho Öttinger – «no excluyo lo peor para las próximas horas o días». La alarma de un desastre nuclear sigue creciendo en torno a la planta de Fukushima Daiichi, afectada en cuatro de sus seis reactores por el terremoto que devastó el país el viernes. La situación se agravó anoche (hora española) tras un incendio en el reactor 4, que ya está controlado, y una explosión en el número 2. La situación en ese reactor es la más preocupante, ya que según ha informado el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) la contención primaria puede haber resultado dañada, una posibilidad que ya fue discutida en las horas posteriores a la explosión. Sin embargo, la agencia nuclear japonesa lo descartó en un primer momento, contrariamente a la información que ha transmitido luego al organismo de Naciones Unidas.

La Autoridad de Seguridad Nuclear francesa había dicho horas antes que ese sistema de contención, muy importante para contener la radiactividad en caso de fusión del núcleo, ha dejado de ser estanco. Según el organismo francés, esto sitúa el accidente en un nivel de gravedad 6 -en lugar de 4, como han reconocido hasta ahora las autoridades japonesas- dentro de la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES, por sus siglas en inglés). El nivel 6 se corresponde con un «accidente importante» y solo ha sido alcanzado en dos ocasiones anteriores. En ambos casos se trata de centrales de la antigua Unión Soviética: el primero, más desconocido, fue la explosión en el complejo nuclear de Mayak (nivel 6), que ocurrió en 1957 y fue ocultado durante 30 años; el segundo fue la catástrofe de Chernóbil, que en 1986 alcanzó el máximo nivel de la escala INES (el 7, «accidente grave»). De la misma opinión es el radiobiólogo Eduard Rodríguez-Farré, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). «El temor es de un accidente grave; lento pero que va en aumento y en el que ya se está diseminando radiactividad», ha dicho a Efe el experto, quien ha llegado a caracterizar lo sucedido como «un Chernóbil a cámara lenta».

Con el contenedor primario aparentemente dañado, el riesgo proviene de un posible fusión del núcleo del reactor 2. Ese riesgo sigue existiendo porque el agua utilizada para rebajar la temperatura en el interior no alcanzaba ayer a cubrir las barras de uranio. Con el aumento de temperatura, el agua destinada a refrigerar estaba sufriendo el efecto contrario y había empezando a hervir, según ha informado la agencia de noticias Kyodo. El director general del OIEA, el japonés Yukiya Amano, ha reconocido «posibles» problemas en el núcleo del reactor 2, aunque ha añadido que «el daño estimado es inferior al 5%». Con todo, Japón ha informado a la ONU de que los niveles de radiactividad en la puerta de la central están descendiendo: llegaron a estar en niveles muy peligrosos tras la explosión y el incendio de ayer, pero en seis horas bajaron hasta alcanzar cifras normales, siempre según la información que el Gobierno japonés proporciona al OIEA.

Zona de exclusión aérea

La agencia de la ONU ha informado también de que se ha establecido una zona de exclusión aérea sobre la central que afecta a un perímetro de 30 kilómetros de radio. Es la misma área en la que las autoridades japonesas recomiendan a sus ciudadanos no salir de casa (en un perímetro de 20 kilómetros han sido evacuados). Además, la Agencia de Seguridad Nuclear japonesa (NISA, por sus siglas en inglés) ha confirmado que el incendio ha dejado dos agujeros de ocho metros en un muro del edificio del reactor 4. Mientras tanto, la zona continúa viviendo réplicas del temblor. Fukushima ha vivido hoy una réplica de magnitud 6,3. Desde el viernes, se han producido cientos de réplicas del grave terremoto.

El primer ministro japonés, Naoto Kan, ha reprendido a varios ejecutivos de la compañía eléctrica que gestiona la central –Tokyo Electric Power Co. (Tepco)) por haber tardado demasiado tiempo en informarle de que se había producido la última explosión en un reactor de Fukushima 1. «¿Qué demonios está pasando?», les preguntó Kan, según Kyodo. «La televisión ha informado de una explosión, pero durante una hora no se ha dicho nada a la oficina del primer ministro», añadió. Kan ha ordenado, además, que Tepco no saque a sus empleados. Hay 50 operarios trabajando en la central, los únicos que no han sido evacuados. Todo está en sus manos: tienen que refrigerar las piscinas de los reactores. En las centrales había 800 operarios, pero la mayoría fueron evacuados tras detectarse en el interior de la planta unos niveles de radiación de 400 milisieverts, 20 veces superior a la cantidad que recibe un trabajador de una central en un año.

Por otro lado, el gobernador de Fukushima, Yuhei Sato, ha llamado por teléfono a Kan para decirle que «el miedo y el enfado de los habitantes de la prefectura está llegando a un límite», informa EP.

Nivel 6, según París

El sistema de contención del reactor número 2 de la central nuclear de Fukushima «ya no es hermético», ha sicho esta mañana en París el presidente de la Autoridad de la Seguridad Nuclear de Francia (ASN, por sus siglas en francés), André-Claude Lacoste. «Está absolutamente claro que estamos en el nivel 6 de INES, ha asegurado Lacaste en declaraciones recogidas por Efe. «No se sabe hasta qué punto el sistema de contención está dañado», ha precisado.

El Gobierno japonés admitió a primera hora que «puede haberse producido una fuga de materiales radiactivos», especialmente por causa del incendio, «que pueden afectar a la salud humana». Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud ha querido enviar un mensaje tranquilizador: «Japón está tomando las medidas de salud públicas adecuadas para proteger a la población de la radiación», ha dicho Gregory Hartl, portavoz citado por la agencia Reuters. Además, añaden que dicho organismo no ha recibido ninguna petición de ayuda por parte de este país, aunque sus expertos en radiactividad están alerta.

La radiación en los alrededores de la central ha llegado a sobrepasar diez mil veces los límites legales. La situación ha generado una gran preocupación en el país; con los locutores de televisión repitiendo mensajes destinados a los habitantes más próximos a la central: «Cierren las ventanas, no utilicen sistemas de ventilación y tiendan la ropa en casa». Unas 200.000 dosis de yodo (que ayudan a proteger la glándula tiroides de los efectos de la radiación) se han repartido ya entre la población. Mientras, la Embajada francesa en Japón ha recomendado a sus nacionales que vivan en Tokio que no salgan al exterior, porque el viento que sopla hacia la capital podría arrastrar hasta allí las partículas radiactivas, y EE UU ha anunciado que alejará aún más a sus soldados (ayer ya separó a la Séptima Flota del litoral) cuando no estén participando en las labores de emergencia. Hacia las cinco de la mañana, hora peninsular española, ya se habían detectado pequeñas cantidades de radiación en Tokio, alertó Kyodo.

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