La privacidad de los datos personales es una preocupación creciente en todos los ámbitos. Las nuevas tecnologías han puesto a nuestro alcance mecanismos de difusión sin precentes, en particular las redes sociales.
El problema que a todos nos preocupa es la pérdida de control sobre nuestra información personal. Hasta el momento no existen fórmulas precisas ni claras que faciliten eliminar nuestros datos si decidimos hacerlo, dependiendo en gran medida de la voluntad del sitio donde los alojamos. Esto va a cambiar pronto ya que en Europa va a garantizarse por ley el denominado “derecho al olvido”.
Una reciente iniciativa parlamentaria de la Unión Europea, que probablemente entrará en vigor este mismo año, va a obligar a sitios como Facebook y otras redes sociales a que eliminen completamente nuestra información personal cuando nos demos de baja.
También garantizará la llamada “privacidad por defecto”, de forma que ninguna red o programa pueda hacer públicos nuestros datos sin consentimiento expreso. En la iniciativa se contempla la obligación de que nos informen de forma inequívoca sobre los usos y destinos de nuestra información personal.
El Parlamento Europeo va a imponer a cualquier servicio o red social que procese datos de ciudadanos comunitarios, el cumplimiento de estos preceptos aunque tengan su sede fuera del ámbito de la Unión Europea.
En España tenemos una legislación muy protectora de nuestros derechos en este aspecto: la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD), cuyo cumplimiento está tutelado por la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD). Este organismo puede imponer sanciones de hasta 600.000 euros a los infractores.
En 2009, la red social Tuenti, con sede en España, se vió obligada a llegar a un acuerdo con la AEPD y presentar un plan de verificación de identidad que impidiera a los menores de 14 años inscribirse en el servicio.
La Agencia en 2010 inició un proceso sancionador contra Google, aún en curso, por dos infracciones graves y tres muy graves de su servicio Street View. Google ha recurrido hasta 70 resoluciones de la AEPD al negarse a eliminar cualquier información.
La aperente gratuidad de determinados servicios enmascara el verdadero coste, la privacidad. Una vez entre en vigor la ley y dado el poder que tiene el Parlamento Europeo, las empresas no van a tener más remedio que respetar de verdad nuestros derechos.
Nadie nos obliga a inscribirnos en una red social ni servicio Web, es cierto, pero hasta los antecedentes penales prescriben, no puede ser que la información personal quede en la Red In Eternum, el “derecho al olvido” es fundamental.