Un grupo de arqueólogos búlgaros encontró este sarcófago en las ruinas de una iglesia del siglo V en la isla de Sveti Ivan. En su interior habían siete huesos que podrían haber pertenecido a Juan “El Bautista”. (Foto por Kazimir Popkonstantinov)
Para ser más precisos, el hueso de uno de los nudillos de la mano derecha de Juan “El Bautista” o San Juan, el famoso profeta que bautizó a Jesucristo en el rio Jordán y que murió decapitado por Herodes a inicios del primer siglo.
La historia del hueso de la mano de Juan Bautista empieza en el 2010, en la isla Sveti Ivan (que se traduce como San Juan) cerca a la costa de Bulgaria en el mar negro.
El 28 de Julio del 2010, un grupo de arqueólogos búlgaros liderados por Kazimir Popkonstantinov se encontraba en Sveti Ivan excavando los restos de una iglesia del siglo V cuando encontraron un pequeño sarcófago de alabastro debajo del altar. En este sarcófago, de veinte centímetros de largo, se encontraban seis huesos humanos y tres huesos de animales.
En una región rica en restos arqueológicos, un descubrimiento de este tipo podría haber pasado desapercibido sino fuera porque el líder de la expedición tenía una idea previa de lo que quería encontrar. El arqueólogo Kazimir Popkonstantinov había decidido buscar debajo del altar de esta iglesia porque, de acuerdo a sus investigaciones, creía que en este lugar podría encontrar un relicario antiguo (contenedor de reliquias).
No solo lo encontró sino que a menos de medio metro encontró otro sarcófago hecho a base de roca volcánica. Este sarcófago llevaba una inscripción que decía: “Dios, salva a tu siervo Tomás. A San Juan. 24 de Junio.”
La inscripción podría ser la fecha de la muerte de alguien o una simple oración realizada el 24 de Junio. Sin embargo, existen varios elementos que no parecen ser producto de simples coincidencias.
Este es el pequeño sarcofago de alabastro donde se encontraron los huesos que podrían pertenecer a Juan “El Bautista”. (Foto por Kazimir Popkonstantinov)
Para empezar, el 24 de Junio es el día en el que los cristianos conmemoran la muerte de Juan “El Bautista”. Además a poca distancia de la iglesia existe un monasterio dedicado a San Juan y hemos mencionado, líneas arriba, que el nombre de la isla “Sveti Ivan” significa San Juan. Kazimir Popkonstantinov no tenía ninguna duda, la relación entre la isla, la iglesia, los huesos y San Juan era evidente.
Otro fragmento de la inscripción encontrada en el sarcófago de roca volcánica sugiere que el dueño de la caja, probablemente Tomás como dice la inscripción, la usaba como un amuleto de protección, quizás llevando los restos óseos en un contenedor más pequeño para evitar llamar la atención.
Se imaginan, lo intocable, divino e iluminado que se puede haber sentido ese tal Tomás de la inscripción cuando caminaba por la Europa medioeval llevando colgado en el pecho el diente de Juan “El Bautista”…
Antes de revisar la evidencia sobre la posible autenticidad del nudillo de la mano derecha de San Juan, hay que aclarar que en el mundo existen muchas reliquias relacionadas a Jesucristo y a su entorno.
Una de las reliquias relacionadas de Jesucristo menos conocidas: la sangre sagrada. En este contenedor se encuentra un pedazo de tela que supuestamente contiene restos de la sangre deJesucristo. Se encuentra protegido en la Basílica de la Sangre Sagrada en la ciudad de Brujas, Bélgica.
Las reliquias de Jesucristo
El Santo Sudario de Turín es solo la reliquia más famosa relacionada con Jesucristo no es la única. Existen otras menos conocidas pero más interesantes: un par de sandalias de Jesucristo (Vaticano), el hígado de la madre de Jesucristo (Roma), trece lentejas y un pedazo de pan de la última cena (Vaticano), un cabello de María Magdalena(España), un cabello del apóstol Juan (Italia), la columna sobre la que cantó el gallo de San Pedro (Italia), la cola del asno en el que Jesucristo entró a Jerusalén (Italia), el cuchillo con el que se circuncidó a Jesucristo (Roma), unos mililitros de leche de la virgen María (España), la toalla de Jesucristo (España), los panales del niño Jesús (Roma), la piedra sobre la que cayó el santo prepucio del niño Jesús (Roma), una paja del portal de Belén (España) y un pelo de la barba de Jesucristo (España).
Habría que hacer una mención especial a dos de las reliquias más increíbles que nos ha regalado la fe católica: la botella que contiene el suspiro de San José, que fue capturado por un ángel y luego embotellado (Vaticano); y el insuperable e imbatible, campeón indiscutible de las reliquias, el estornudo del Espíritu Santo que se conservó durante siglos en una botella en la parroquia de San Frontino, Italia.
La iglesia considera a estas reliquias como un asunto de fe y nunca se ha tomado en serio la tarea de investigar la verdadera procedencia de estos objetos o restos orgánicos. La iglesia permite que se exhiban así no exista ningún tipo de investigación que avale o refute su supuesta procedencia. Si la cola del asno en el que entró Jesucristo a Jerusalén sirve para aumentar la fe de los creyentes, en hora buena.
La isla de Sveti Ivan en la que se encontró el sarcófago con los que podrían ser los huesos de Juan “El Bautista”. (Foto por Kazimir Popkonstantinov)
Las reliquias relacionadas a Juan “El Bautista” no son pocas. Hasta donde sabemos, San Juan podría haber tenido dos cabezas porque la Gran Mezquita de Damasco en Siria y la Catedral de Amiens en Francia aseguran tener su cráneo. De los dedos de Juan, mejor ni hablar, se cuentan en más de cuarenta y están distribuidos por diferentes iglesias y conventos del mundo.
La historia detrás de los huesos de San Juan
Una de las teorías que se manejan en este caso es que el Tomás mencionado en la inscripción del sarcófago fue el encargado de llevar las reliquias con los restos de Juan “El Bautista” a la isla Sveti Ivan.
Christopher Ramsey, un investigador de la Universidad de Oxford que colabora con el descubrimiento, ha logrado determinar a través del estudio de documentos históricos que, en el siglo IV, las reliquias relacionadas con Juan “El Bautista” fueron transportadas de Jerusalén hacia Constantinopla.
El arqueólogo de la Universidad de Oxford, Georges Kazan, quien escribió su tesis doctoral sobre el movimiento de reliquias durante los siglos V y VI, sostiene que existe evidencia histórica que apoya la posibilidad de que los huesos encontrados en Sveti Ivan sean auténticos.
Según las investigaciones del Dr. Kazan, el estilo del sarcófago hallado en la iglesia de Sveti Ivan fue utilizado, por primera vez, por la clase gobernante de la ciudad de Constantinopla en el mismo periodo de tiempo en el que se supone que los restos de Juan “El Bautista” llegaron a esta ciudad. El sarcófago hallado en Sveti Ivan podría provenir de Constantinopla.
Vista aérea de la isla de Sveti Ivan en la que se encontraron los huesos que podrían pertenecer a Juan “El Bautista”. La parte señalada abajo es dónde se encontró el sarcófago. (Foto por Kazimir Popkonstantinov)
El Dr. Kazan nos explica su versión de lo que podría haber sucedido con el sarcófago:
“Mi investigación sugiere que durante el quinto siglo o al inicio del sexto siglo, el monasterio de Sveti Ivan podría haber recibido una parte significativa de los restos de San Juan “El Bautista”, como también habría recibido un prestigioso relicario con forma de sarcófago de uno de los miembros de la élite de Constantinopla. Este regalo podría haber sido hecho para dedicar o volver a dedicar la iglesia y el monasterio a San Juan.”
Thomas Higham, investigador del departamento de la Universidad de Oxford que realizó las pruebas de datación por radiocarbono, coincide con las hipótesis del Dr. Kazan:
“Podemos imaginar que esta iglesia se construyó sobre la base de este importante regalo, proveniente, quizás, del mecenas del monasterio.”
La prueba de radiocarbono
En el sarcófago de alabastro se encontraron un nudillo, un diente, una parte del cráneo, una costilla y un hueso del brazo junto con tres huesos de animales. Los investigadores solo pudieron datar el nudillo porque la datación por radiocarbono necesita material orgánico y el nudillo era el único hueso que tenía suficiente colágeno para realizar un buen análisis. Los resultados indicaron que el hueso pertenecía a alguien que había vivido durante la primera mitad del primer siglo. Esto coincide con la historia de Juan “El Bautista”.
La iglesia de la isla Sveti Ivan en la que se encontraron los sarcófagos. (Foto por Kazimir Popkonstantinov)
El profesor Thomas Higham, quien dirigió el análisis de radiocarbono realizado al hueso del nudillo por la Universidad de Oxford, sostiene:
“Nos sorprendimos cuando los resultados de la datación por radiocarbono dieron una edad tan temprana. Sospechábamos que los huesos podrían haber sido más recientes que lo que muestra la prueba, pensábamos que eran del tercer o cuarto siglo. Sin embargo, el resultado del hueso del nudillo es claramente consistente con alguien que vivió al inicio del primer siglo. Si esa persona es Juan ‘El Bautista’ es una pregunta que aún no podemos responder definitivamente y que probablemente nunca podremos.”
La prueba de ADN
Tres huesos, de los encontrados en el mismo sarcófago de alabastro, fueron enviados a la Universidad de Copenhague para un análisis y reconstrucción de ADN. Los estudios determinaron que los tres huesos pertenecen a la misma persona y que el ADN pertenece al grupo de ADN más común en el medio oriente, que es el lugar donde vivió Juan “El Bautista”.
El investigador Hannes Schroeder, encargado del estudio, declaró que, en un inicio, dudaron de los resultados:
“El ADN encontrado en las muestras presenta patrones de deterioro que son característicos de ADN antiguo, esto nos dio confianza en los resultados. Más aún, sería muy inusual que las tres muestras den la misma secuencia considerando que fueron analizadas por diferentes personas.”
Algunos de los huesos encontrado en el sarcofago de alabastro. Arriba izquierda, el hueso del nudillo de la mano derecha que fue datado hacia el primer siglo. (Foto por la Universidad de Oxford)
Extrañamente, los tres huesos de animales que se encontraron en el mismo sarcófago han sido datados como cuatrocientos años más antiguos que los huesos humanos. Los tres huesos de animales (uno de una oveja, uno de una vaca y uno de un caballo) parecen provenir de la misma época y región. Según Higham, estos huesos de animales podrían haber sido puestos en el sarcófago con la intención de profanarlo o simplemente para hacer que el contenido de este fuera más impresionante.
Lo cierto es que ninguno de estos exámenes presenta una prueba concluyente de que hayan pertenecido a Juan “El Bautista”, lo único que prueban es que pertenecieron a alguien que vivió en el medio oriente durante el primer siglo.
¡Encontramos los restos de San Juan!
El historiador y director del Museo Nacional de Historia de Bulgaria, Bozhidar Dimitrov, fue uno de los primeros en publicitar el descubrimiento, a pesar de que aún no se había realizado ninguna prueba:
“Hemos encontrado las reliquias de San Juan Bautista, exactamente como los arqueólogos esperaban. Se ha confirmado que estas son partes de su esqueleto.”
Como comprenderán, esta apresurada declaración realizada en el 2010, a pocos días del descubrimiento, provocó las criticas de la comunidad arqueológica.
La reacción del Vaticano no se hizo esperar. Fabrizio Bisconti de la Comisión Pontificia de Arqueología Sagrada sostuvo que existen miles de reliquias relacionadas con Juan “El Bautista” y que la comisión esperaría a que se realizasen estudios más profundos para expresar su opinión sobre el tema.
Es de imaginar que el Vaticano permanecerá en silencio, inclusive ante los resultados de la datación por radiocarbono, y que el Director del Museo Nacional de Historia de Bulgaria convertirá a la isla Sveti Ivan en el nuevo punto de peregrinación católico.
En la imagen se puede apreciar el lugar exacto dónde fue encontrado el sarcófago de alabastro con los huesos. (Foto por Kazimir Popkonstantinov)
El profesor Higham parece haberse interesado seriamente en el enrevesado mundo de las reliquias cristianas y tiene un plan para esclarecer el panorama. Higham planea solicitar financiamiento para analizar otras reliquias relacionadas con Juan “El Bautista” que se conservan en diferentes ciudades. Su objetivo es determinar si algunas de estas reliquias coinciden con el ADN encontrado en los huesos del sarcófago Sveti Ivan.
¿Asuntos de fe?
La posición más lúcida en esta extraña historia es la de Anthony Eastmond, un experto en el periodo bizantino del Instituto Courtauld de Arte en Londres. Eastmond sostiene que, muy probablemente, los huesos encontrados en la iglesia de Sveti Ivan fueron adquiridos por los primeros monjes que llegaron a la zona con la firme creencia de que pertenecían a San Juan Bautista:
“Todo sugiere que ellos creían que tenían los restos de Juan Bautista. Finalmente, en términos teológicos, eso es lo que importa”
Como bien dice Eastmond, es un tema de fe y eso es lo único que le importa a los católicos. La realidad es que, a menos que exista un depósito escondido en el Vaticano en el que se haya guardado el ADN de los santos, es imposible determinar si esos huesos realmente pertenecieron a Juan “El Bautista”.
No se puede afirmar que esos huesos no pertenecieron a Juan “El Bautista” porque existe esa posibilidad y por otro lado, no se puede afirmar, con certeza, que sí pertenecieron a Juan “El Bautista” porque no hay como comprobarlo. Hasta aquí llegó la ciencia.
Esta es la inscripción encontrada en otro sarcófago, a medio metro del que contiene los huesos, en la que se lee: “Dios, salva a tu siervo Tomás. A San Juan. 24 de Junio.” (Foto por Kazimir Popkonstantinov)
En el caso de las reliquias, la posición de la Iglesia es la más cómoda, la menos arriesgada, la más segura: no comprueban nada, no aseguran nada, no avalan nada… pero permiten que se exhiban.
buen tema, si señor: cualquier día encontrarán el dedo de jehová