Era un niño, y desde mi ventana me asomé al mundo.
En aquellos tiempos, en aquellos años, que parecen tan lejanos como cercanos, el lugar donde vivía lindaba con el campo, y las calles, sus calles, se cubrían de tierra y piedras. Y en la noche, los cielos, el cielo y las estrellas, parecían alcanzables con la punta de los dedos.
Yo era un niño y apenas alcanzaba a la ventana, pero la ventana era más que eso… Al otro lado un mundo incontrolado y apenas conocido me esperaba… y un mundo misterioso. El misterio empezaba al otro lado de la ventana.
Vi tantas cosas desconocidas para mí, cosas que avivaron mi sentido actual del misterio y lo trascendente. Miré tantas veces la Luna…, ahora aparecen difusas para mi las luces que observé en su superficie. Pero atrás, algo más atrás en el tiempo, imborrable, casi como si hubiera sucedido ayer… tengo recuerdos de luces y objetos, de vuelos y aterrizajes, de imposibilidades posibles…, experiencias que me dejaron la huella necesaria e inevitable que aún llevo en la memoria y en el corazón.
Había tantas cosas allende la ventana, y tantas posibilidades ofrecían los prismáticos de mi padre…, y mi curiosidad, y la certeza innata de la existencia de una realidad mágica, próxima y posible que yo buscaba en el cielo… al otro lado de esa ventana.
Hoy la ventana va conmigo a todas partes… No, no la saqué de la pared y me la llevé, como si de una máquina de ver mundos se tratase… Es que convertí mis ojos en ventanas a otro mundo, y mi mente en el cristal de la ventana, y mi corazón en el ávido deseo de mirar a través de ella y encontrar o descubrir mundos invisibles y maravillosos, seres hechos de luz, y preguntas de colores que brillan en la noche en los cielos del mundo, e inquietudes y sentidos, trascendencias animadas por preguntas sin tiempo…
Nunca he olvidado esa ventana, ni las mágicas vigilias nocturnas que me regaló en momentos donde ya debía estar en la cama… , gracias a mi padre y a mi madre que me dejaron soñar despierto a esas horas, y a mi hermana que compartió esos sueños conmigo. Hace ya tiempo que cruzaron el río sin retorno…, seguro que desde allí se asoman a su ventana y me ven aún soñando despierto, buscando luces de colores, y mirando la Luna como si la viera por primera vez…
http://cronicasdesdeshambala.blogspot.com.es/2012/06/desde-mi-ventana.html
De tu ventana a la mía
no hay mas que un salto
si la cruzo,,,,te beso,
y si no, me hago «cachos»
JMB