«No se han detectado modulaciones genéticas características de judíos y gitanos», dice un certificado emitido por la compañía húngara Nagy Ltd. Diagnóstica e investigación de Genes, que se dedica al análisis genético, ante la petición de un cliente. El dueño de la empresa, Nagy Zsolt, niega que el análisis que han realizado sus empleados tuviera un carácter político: “Estamos en contra de cualquier discriminación. Pero nuestra compañía no tiene derecho ético a rechazar al cliente ni solicitar que nos clarifique qué objetivos tenía cuando nos encargó la investigación”. Sin embargo, esta explicación no ha logrado frenar la oleada de críticas en su contra. Poco después de filtrarse el documento, la Universidad de Budapest donde alquilaba espacios para sus laboratorios anuló el contrato con la empresa. Uno de los accionistas de la compañía, Tibor Benedek, triple campeón olímpico de polo acuático, anunció que vende su parte y el Consejo Científico de Sanidad de Hungría inició la inspección de la empresa. Según los especialistas, esta historia ha comprometido a la genética como tal. Insisten en que es imposible definir la etnia basándose solo en varios pares de ADN. Precisan que no existen genes típicamente gitanos o judíos, con lo cual dudan que en Nagy Ltd trabajen profesionales. En cuanto al cliente que ordenó la propia investigación, aún no ha sido identificado. La página web ultraderechista kuruc.info, que fue la primera en publicar la noticia, presentó el polémico certificado con el nombre tachado. Según especulan los medios locales, el protagonista del escándalo es uno de los diputados del Parlamento y miembro del partido nacionalista Jobbik (de ‘Jobbik Magyarországért Mozgalom’ o ‘Movimiento por una Hungría Mejor’), de claros tintes filofascistas. Sorprendentemente, el partido Jobbik, fuerza que en los últimos comicios obtuvo un 17% de los votos de los electores, niega que la persona que impulsó el escándalo sea un diputado suyo y condenó el análisis genético con tales fines. Hungría fue el primer país de la Europa de la Edad Contemporánea que introdujo una ley antisemita: a partir de 1920 sus universidades tuvieron cuotas para el número de estudiantes judíos a aceptar. Durante la Segunda Guerra Mundial el país formaba parte de la coalición fascista, a la que se unió en 1940. En los campos de concentración durante la guerra murieron 500.000 judíos procedentes de Hungría. Hoy en día en el país apenas viven 12.000 judíos étnicos, lo que equivale a un 0,13% de la población total. No es el caso de los gitanos, que son una de las minorías más importantes con casi 1 millón de personas.
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