Si vemos fotos de las familias tradicionales del siglo XIX por lo general podemos observar al cabeza de la familia junto con su esposa y numerosos niños alrededor. Pero los tiempos cambian y ahora todo es diferente. Algunos dicen que la vida en la actualidad es mucho más difícil que antes y por eso la gente debe concentrarse en otras cosas que tienen más prioridad que el formar una familia. Muchos optan por la vida en solitario para no perder su libertad y descubrir el mundo mientras que otros simplemente no tienen fe en el matrimonio, no le encuentran sentido. Pero la razón principal de este cambio y la más determinante para la gente joven es el factor económico. En EE.UU., por ejemplo, la gente al graduarse intenta encontrar un buen trabajo, ya que muchos tienen que pensar en el pago de sus créditos estudiantiles. Medallion, una estudiante de veinte años de la Universidad de California, admite que debido a la recesión económica y a la crisis, lo más importante en la actualidad es su carrera profesional. “Quiero empezar a trabajar lo antes posible. Tener hijos cuesta dinero, comprar una casa cuesta dinero, solo pensar en esto me da dolor de cabeza” confiesa la estudiante. Parece que los problemas financieros han consolidado lo conquistado por el movimiento feminista. Se extinguió la idea de un núcleo familiar donde la mujer se dedicaba a los niños y los quehaceres domésticos, mientras los hombres ganaban el dinero. Las uniones modernas ya no son tan fuertes como lo eran antes y hoy en día el matrimonio ha perdido mucho de su encanto, lo que provoca fáciles y rápidas rupturas. “Las realidades de ahora son distintas de las de hace cuarenta años. Ahora los dos padres deben traer ingresos para mantener la familia a flote, las esposas ya no pueden decir que dependen de sus maridos, ya que ambos tienen que trabajar” explica un profesor de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA). Al mismo tiempo las reducidas posibilidades de los jóvenes para abastecerse de todo lo necesario hace que el número de aquellos que deciden vivir en casa de sus padres siga aumentando. El tiempo corre y cada día uno tiene que acostumbrarse a las cambiantes condiciones de la vida. Pero cuando las costumbres caen en desuso y algunas metas caen en el olvido, lo más importante es encontrar nuevos objetivos y sentidos.
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