“El Gobierno no va a ser capaz, ni los militares, de acabar con la guerrilla. Nosotros sí somos capaces de correrla”. Así de contundente fue Luis Acosta, miembro de la Guardia Indígena de una provincia colombiana, que exige la salida de la fuerza pública de su región. Hace una semana la comunidad de Toribío, en el suroeste del país, fue escenario de una ofensiva guerrillera en la que los rebeldes atacaron a militares y policías en el casco urbano con ‘tatucos’ (morteros artesanales)  y disparos de fusil.  Ocho civiles resultaron heridos y varias viviendas quedaron destrozadas como resultado del ataque. Cansados de las persistentes refriegas entre las FARC y el Ejército, la Guardia Indígena de la comunidad de Nasa decidió intervenir y consiguió movilizar a cerca de 3.000 personas con el fin de retomar sus territorios, informó la agencia AFP. Por un lado, la mayor parte de los miembros de la Guardia Indígena salieron en busca de los guerrilleros para obligarlos a acabar con los enfrentamientos. Por otro, los habitantes de Toribío, indígenas en su mayoría, ocuparon los cuartelillos del Ejército y la Policía y taparon las trincheras. También lograron ocupar una base militar que se encuentra a unas dos horas de Toribío donde, además de cubrir también con tierra las trincheras cavadas por los militares, quemaron las tiendas de campaña y derrumbaron las defensas hechas con sacos de arena. Los indígenas de esa región se declaran neutrales en el conflicto armado colombiano. Su único deseo es poder recuperar sus territorios y que la zona quede desmilitarizada. Su preocupación es tal que han pedido incluso la intervención extranjera para tratar de resolver el asunto. Así, este sábado se supo que pidieron a Baltasar Garzón, ex juez de la Audiencia Nacional de España y actual asesor del Tribunal Penal Internacional de La Haya, que mediase como interlocutor con el Gobierno colombiano para iniciar un diálogo. La petición se realiza días después de que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, anunciase que no iba a desmilitarizar «ni un solo centímetro» del territorio colombiano y que en ese departamento no “habría ningún despeje”. “Si nos hemos mantenido vivos aquí, agachados, y hemos estado por 500 años, yo creo que vamos a seguir otros 500 años. Con Ejército, con guerrilla o sin ellos vamos a continuar, porque se trata de nuestra dignidad”, señaló Danilo Secué, del Consejo Regional Indígena del Cauca.

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