La domesticación del homínido, los animales, las plantas…¡y los microbios!

Un colaborador anónimo de SabervsCreer nos ha enviado esta valiosa información, la cual tras reconsiderarla he decidido dedicarle un post. Se agradece, así como cualquier aportación que quiera y pueda hacer cualquiera.

Para repasar y aclarar el término, decir que la domesticación es el proceso por el cual una población de una determinada especie animal, vegetal u otras pierde, adquiere o desarrolla ciertos caracteres morfológicos, fisiológicos o de comportamiento, los cuales son heredables y, resultado de una intervención e interacción prolongada de una selección por parte del domesticador en cuestión. Su finalidad es obtener determinados beneficios de dichas modificaciones.

Nuestro ínclito y nunca bien ponderado hermano lejano del Paleolítico – Neolítico. A todas luces, Un Genio no superado, según la Ciencia Académica

En materia de conocimiento es sabido que la Ciencia Académica tiene la última palabra. Así, todas las disciplinas y teorías científicas que fluyen como enseñanza de facto a través de colegios, institutos y universidades ostentan el sello de la Iglesia de la Ciencia Académica sine qua non son aceptadas en absoluto. La C.A. (ciencia académica) se refiere a toda aquella temática que no se ciñe a los cánones establecidos por sus sumos sacerdotes, tildándola de superstición, mitos, ignorancia, pseudociencia y en última instancia echa mano del terrible tratamiento, dado a quienes siendo figuras del mundo académico respetadas y reconocidas internacionalmente persisten en demostrar con evidencias del tamaño de la Gran Pirámide que la C.A. está equivocada en tal o cual cuestión: “aislamiento científico” que conduce a la ruina profesional, económica y hasta familiar del hereje … ¡perdón! del incauto defensor de la verdad.

Lo que nos interesa aquí y ahora son unas pocas y muy concretas de esas “verdades académicas”. Un perro, una oveja, un grano de maíz, uno de trigo, el algodón, incluso el guepardo o cheetah y, ¡cómo no! nuestro lejano hermano del Paleolítico/Neolítico.

Si nos atenemos a pies juntillas a las incuestionables “leyes” evolutivas darwinianas (Ciencia Académica) que exigen el transcurso de millones de años para que una especie “salte” de una versión obsoleta a una superior, observaremos la presencia de una serie de anomalías que sencillamente están ahí y carecen de fácil explicación. De hecho, carecen por completo de explicación lógica, etiquetable y archivable conforme a los cánones académicamente aceptados. Y es aquí donde reside tanta confusión en forma de verdades tan falseadas que apenas guardan parecido con el original. No obstante la Ciencia Académica vigente y plenipotenciaria no es del agrado de “artículos” no clasificables así que recurre a la “clasificación forzada”. Tras lo cual y a modo de apoyo incuestionable, tienen lugar conferencias científicas, se postulan tesis doctorales y se imprimen los libros de corte científico que hagan falta para terminar explicando “racionalmente” lo inexplicable. Finalmente la industria mediática termina por hacer llegar está información si cabe, más desvirtuada a las masas que, sin dudarlo, acogerán y aceptan como axioma incuestionable. ¡Fin de la anomalía!

Los 3 grandes templos actuales del desconocimiento: TV, radio y —todo tipo de— prensa.

Lo que sucede es que la Ciencia Oficial solo está en situación de enunciar teorías. Solo son teorías. Pero terminan por convertirse en modelos de pensamiento establecidos y aceptados que repercuten en el Ser Humano y abarcan todos los aspectos de esta Sociedad en la que éste se halla inmerso: cultural, social, religiosa, política, educacional, etc. Así, cualquier individuo que ante las evidencias, que no son pocas, empiece a cuestionarse la calidad y veracidad de toda esa información “regurgitada” con la que viene siendo cebado desde la infancia, ya está saliéndose del cauce social y navegando contra corriente, mal visto y atacado por tener la intención de abandonar el rebaño.

Y esta actitud es, académicamente, censurable se mire por donde se mire.

El pensamiento independiente es a falta de una mejor definición: rebeldía.

¿Qué les ocurre a los rebeldes? Antiguamente se los ejecutaba física y públicamente para que sirvieran de escarmiento. Hoy día los métodos y terminología son más sofisticados e igualmente intimidatorios: se habla de cometer suicidio académico, profesional, social, familiar, etc. Los reincidentes terminarán atiborrados de medicamentos y convertidos en zombies o en centros de reeducación: Manicomios.

El equipo consultor de antropólogos de Secharia Sitchin le dijo a éste con cierta perplejidad que en base a los “saltos” previos de otras especies de pre-homínidos y homínidos cuyos restos se fueron hallando cuidadosamente depositados por estratos como las camisas en el cajón de un armario ropero, al homo erectus “le faltaban aún unos 10 millones de años” antes de pasar a la versión mejorada u homo sapiens. Sin embargo apareció “de repente” y además prematuramente. De ahí la teoría, —otra más— ya comúnmente aceptada culturalmente, académicamente y bla, bla, bla, del celebérrimo, “eslavón perdido” cuando de lo que habría que hablar sería de “estrato —geológico— perdido”.

Ningún representante del mundo académico en su sano juicio pretendería abordar la posibilidad de una injerencia de origen no terrestre a la hora de tratar de explicar lo que es; tomemos por ejemplo, un canis familiaris. Solo que sucedió lo imprevisible. Simplemente su estudio demostró accidentalmente lo que no es un perro. Y aquí se dispararon las alarmas que se extrapolaron a otras especies y, ¡Faltaría más! ¡El homo sapiens no iba a ser menos! De cualquier forma, las alarmas ya se habían disparado previamente.

Así, de regreso al ejemplo anterior, nuestro canis familiaris y dentro de la familia de los cánidos tales como lobos, coyotes, zorros y chacales, los más recientes y extensos estudios hasta la fecha sobre ADN canino conducidos por Carles Vila, han clarificado 3 aspectos de la investigación:

1º.- El ADN de los perros solo guarda similitudes con los lobos.

2º.- No guarda similitudes con chacales, coyotes, zorros u otro cánido salvaje.

3º.- El ADN de los perros correspondería al de un lobo con “mutaciones”.

La explicación repetida ad nauseam: el hombre primitivo domesticó al lobo y acabó “degenerando” en nuestro perro doméstico. Entonces, ¿Dónde está el problema? Bueno, ¡Ahí está el problema! El “otro” problema es que las masas al carecer, por deliberada supresión sistematizada, de espíritu crítico e inquisitorio acepta tal y como llegan cualquier barbaridad que disfrazada de información viaja a través de los medios y termina colándose y asentándose como un parásito autoreplicante en la voluble mente de aquéllas.

Ese espíritu crítico debería intentar transportarlo a uno al apenas concebible y —para el hombre moderno— hostil escenario, donde se originó el “perro degenerado”; siendo éste nuestro ejemplo base. En algún momento entre -150.000 y -40.000 años, en plena Era Glacial (-110.000 a -20.000/12.500 años) cuando la prioridad más importante consistía en no morirse de hambre, frío o ser devorado por las fieras o en el peor de los casos por la propia familia; el hombre primitivo como tenía tiempo libre, comenzó a emplear interminables horas, días, meses y años en la observación de los hábitos del lobo, tal como hacen hoy día nuestros modernos naturalistas para estudiar y aprender el comportamiento de la llamada “fauna salvaje”. Su objetivo debía estar claro.

¡Seamos serios! ¿Quien va a creerse esto?

                   

¿Notáis el parecido en la mirada, el porte, etc.?

                                

Así que el líder o macho Alpha del Clan de los Listillos de Cueva Carámbano dijo a su gente: “Ugh! Agh! Ugh! Ugh! Ooogh! Wow!” “Nosotros domesticar animal peludo muy listo”. Y ¿Adivine qué? ¡Lo consiguieron! Obviando la ironía, ¿De verdad se cree Ud. esa majadería aunque lleve el sello fanático académico? Ahora, aplique lo anterior a cualquier animal doméstico.

¿No deberíamos tener mascotas como tigres, mandriles, osos polares o tejones, dóciles, cariñosos y juguetones y según los casos, reducidos de tamaño desarrollados por nuestros actuales “expertos” en fauna y genética? Y tan popularmente extendidos como los perros y gatos.

Hemos comentado sobre otras especies “domésticas” surgidas como de la chistera de un mago. Ahí tenemos a los gatos, Felis silvestris catus, aunque no se habla mucho de ellos ni de su. origen. Supuestamente también domesticados por el hombre primitivo y originariamente ¿un, … león, pantera, lince, gato montés? Cualquiera que sea la respuesta, Ugh y sus colegas inventaron hace milenios la versión PDF (Portable DocumentFormat (Formato de Documento Portable —entre sistemas operativos) aplicada a la zoología lanzando la primera versión estable o PFF (Portable Feline Format (Formato de Felino Portable —tamaño reducido fácilmente transportable). Es decir un felino de tamaño reducido fácilmente transportable y juguetón. O eso, o la injerencia E.T.

Gilgamesh y su gatito (león). Tablilla de arcilla sumeria. Aunque nunca podremos saberlo con seguridad, se atribuye a los Annunaki una elevada estatura, siendo la más fiable unos 4,5 mts. Aunque el tal Gilgamesh en cuestión era un mestizo.Acompañados de la correspondiente fuerza física y una vestimenta anti-arañazos son más que suficientes para asir con firmeza y someter al león más pintado.

Los primeros humanos o bien hicieron una colecta de firmas para poder tener ellos también gatitos pero que no se los comieran, o los Annunaki les rediseñaron sin más algún gran felino que tuvieran a mano. Algo como lo que sujeta el señor de la derecha. Pero esto de la derecha no es ninguna tablilla ni de Sumeria ni de ningún lugar exótico. Es una foto de un homo sapiens con su gato pasada a 3500º Kelvin, contraste y saturación forzados y realzado de bordes.

A la sanguinaria y belicosa Inanna/Ishtar también le iban los leones lo mismo que al “dios” Nergal

Más domesticaciones.

La vaca, Bos primigenius taurus; resultado de la domesticación del uro, un impresionante bóvido con unos 2 mts. en cruz. Extinguido según fuentes hacia el S.XVII.

O el jabalí, que junto a su carácter perdió los colmillos, molares y su extremadamente recio pelaje conviertiéndose en cerdo, Sus scrofa domestica, objeto de mofa con mucha frecuencia y plato principal en muchas culturas. Otra domesticación imposible.

La cabra doméstica Capra aegagrus hircusa partir de la la cabra salvaje de Siria y la oveja, Ovis orientalis aries obtenida a partir de la domesticación de muflón que también perdió en el proceso, peso, altura en cruz, instinto, inteligencia animal y su extraordinaria cornamenta.

De todas formas lo más fantástico no es precisamente que el hombre primitivo de la Edad de Piedra consiguiera una domesticación imposible: tomar animales salvajes, casi siempre agresivos y, pasarlos al “modo doméstico”. Lo prodigioso es que lograra domesticaciones en masa comprimiendo, además, los varios millones de años necesarios para el “salto”, según los postulados de la Paleontología, en unas cuantas generaciones. De ahí que si descartamos una intervención foránea, nos vemos obligados a considerar al hombre de la Edad de Piedra un auténtico Genio, no superado aún por el homo technologicus.

No entraremos en algunas características singulares como la pupila cuadrada/rectangular del ganado caprino que según algunas teorías obedecen a: a) un entorno luminoso o de longitud de onda diferente del terrestre; b) un modo de visión primitivo o poco evolucionado (¡330º!); c) otra más señala animales tipo “presa”; d) otra más entra en conflicto con la anterior afirmando que las pupilas ranuradas o cuadradas/rectangulares proporcionan un campo visual más grande en el caso de los predadores y e) la “super evolucionada” pupila redonda que proporciona unos nada despreciables 120º no es sino una ¿evolución? (¿de 330º a 120º?) de otras formas geométricas de visión. ¡Y todo esto procede de tratados de etología! Dicen lo que les da la gana, como les da la gana y así echan mano de respuestas a la carta.

Inquietante el siguiente párrafo:

Vivía por aquel entonces en Chealiu un tal Huang T’ai. No tenía ni mujer ni hijos ni parientes, y nadie sabía de dónde venía; iba siempre vestido de ropas remendadas y vendía zapatos viejos. Chou Yi-shan le vio al pasar por el mercado y encontró extraordinario su atuendo. Díjose: «He oído contar que los ojos de los inmortales tienen la pupila cuadrada.» Tal era el caso de Huang T’ai. Muy contento, le compró zapatos varias veces. Finalmente Huang T’ai fue a su casa y le dijo: «Me he enterado de tu amor al Tao; por eso he venido a verte. Soy el inmortal del pico del centro»-

Historia de las creencias y de las ideas religiosas. Desde la época de los descubrimientos hasta nuestros días
Mircea Elíade, Ed. Herder, 1996, ISBN 84-254-1889-5

Tampoco entraremos a fondo en esta parte, en el tema de las especies vegetales que el ser humano emplea como alimento; especies igualmente “domesticadas” por el hombre primitivo del Neolítico (siempre según la C.A.) a partir de arbustos y hierbajos silvestres. Solo este apartado requeriría un extenso análisis imposible de resumir aquí. Pero sí llama la atención que de la misma forma que se han identificado algunas variedades vegetales silvestres como posible origen de las modernas variedades alimenticias “domesticadas” son todavía más las que carecen por completo de “antepasado” silvestre; siendo variedades únicas desde su aparición. Una vez más, “no estaban ahí y al siguiente momento estaban ahí”

Mascara con rasgos reptiloides hallada en estratos del Neolítico al norte de los Montes Zagros.

La domesticación de los animales y las plantas

La “domesticación” de las plantas (Neolítico) (y animales Paleolítico) comenzó supuestamente en el Viejo Mundo hará como mínimo unos 10.000 años. En los fértiles valles de Oriente Medio situados en lo que hoy conocemos como Iraq, Irán, Siria y Turquía (ver mapa en marrón oscuro). 2.000 años más tarde comenzó en el Nuevo Mundo; en las tierras altas de América Central. Resulta extraño porque las cosechas que se dan a cierta altura requieren un laboreo mucho más intenso que las de los valles. Además, el salto tecnológico desde los granos y hierbas silvestres hacia los comestibles útiles no ha vuelto a ser duplicado por nuestros modernos botánicos. No ha habido más plantas “domesticadas” útiles para su consumo en los últimos 7.000 años. Así que, ¿cómo decidió el cazador-recolector de la Edad de Piedra cuyo hábitat eran las montañas empezar a convertir milagrosamente granos y hierbas silvestres en comestibles útiles? Lo mismo que sucede con las estructuras megalíticas, parece altamente improbable que seres humanos corrientes y molientes de la época pudieran haberlo llevado a cabo.

 

Fragmento de tablilla en la que parece que se muestra desde la modificación genética de la palmera datilera hasta la cosecha de sus frutos. Leones alados y la omnipresente paloma dando la nota.

El “Fértil Cuarto Creciente” (The Fertile Crescent)

La domesticación de las cabras y el ganado

Calavera de la moderna cabra salvaje, capra aegagrus, de Irán. .-. Segunda falange de la cabra (ganado) salvaje de Siria, Bos primigenius

Calavera de la moderna cabra doméstica Capra aegagrus hircus, .-. Segunda falange de la cabra (ganado) doméstica de Siria, Bos

Lo mismo que con las plantas, es improbable que los animales domesticados hayan sido creados por las gentes de la Edad de Piedra a quienes la C.A. les atribuye el crédito de haberlos obtenido a través de una cría selectiva. Mientras que las plantas silvestres se han vuelto más grandes, tiernas y más digeribles, los animales salvajes se han vuelto más pequeños y dóciles para los humanos lo que le ha permitido tratar con ellos más eficientemente. La cabra salvaje y la domesticada muestra estos drásticos cambios, así como los huesos de las falanges del ganado salvaje y del domesticado.

En todas las zonas de cría de cabras siempre ha habido un cierto número de éstas que han terminado escapando; viviendo lejos de la presencia humana han continuado reproduciéndose por muchas generaciones. Sin embargo permanece tal cual sin cambios en su morfología. La cabra permanece cabra aunque “asilvestrada” pero sigue sin parecerse ni de lejos a la cabra salvaje de Siria (foto derecha) de donde insistimos, procede.

   

El moderno toro de lidia junto a la recreación de un uro europeo.

Resulta francamente difícil imaginar al Hombre de la Edad de Piedra “domesticando” a esta bestia y más aún, sacar una copia a escala reducida.

Esta versión de uro en miniatura existe hoy día en los Highlands de Escocia

Del jabalí al cerdo doméstico

                

Seguidamente y con claridad meridiana, se muestran los efectos de la domesticación de los animales salvajes. El diente de un cerdo salvaje, jabalí (a la derecha), es 3 veces mayor que el mismo diente en un cerdo domesticado. Sin embargo, se nos exige una vez más que aceptemos y creamos como si de un dogma o artículo de fé se tratara que las gentes de la Edad de Piedra estuvieron dispuestos y de buena gana, desinteresadamente,  a soportar generaciones viviendo hombro-con-hombro con ganado con muy mal genio, muy irascible, dotados de amenazadoras cornamentas, ovejas salvajes (muflones) y jabalíes de manera que su futura y lejana progenie pudiera disfrutar de los beneficios de sus esfuerzos. Posible pero poco probable.

Se pueden encontrar interesantes argumentos sobre cerdos domésticos que han escapado y tras unas pocas generaciones “han regresado a su anterior estado salvaje”. Estos argumentos hacen incapié en la aparición de su antiguo recio y tupido pelaje y el acentuamiento de la agresividad. Nada más. Ahí queda “la vuelta a los orígenes” del cerdo doméstico. No hay aumento de talla, tampoco han reaparecido los peligrosos colmillos y por supuesto la morfología no ha variado. Pero si hay un detalle interesante sobre los cerdos domésticos “fugados”. Mientras los hábitos alimenticios del jabalí aunque muy amplios son altamente selectivos, no ocurre así con los cerdos a la fuga. Son auténticas máquinas de destrucción de su nuevo hábitat. ¿Había oído alguna vez que los cerdos “se lo comen todo” —como esos nematodos marcianos que se ven en “Marte rojo”—? Pues ocurre lo mismo con estos animales. Mientras que la fauna salvaje de alguna forma nunca destruye su entorno, los cerdos lo arrasan literalmente todo y allí donde proliferan son un problema nuevo.

Guepardo o Cheetah, el Rey de las domesticaciones

Los guepardos, Acinonyx jubatus, son el más claro ejemplo de especies que nunca habrían podido ser criadas por humanos. Uno de los más antiguos gatos domesticados, de hecho se trata de un híbrido único de perro y gato. Su esqueleto es casi igual al de un gato aunque se sienta como un perro. Posee una capacidad de flexión única en su columna que no tienen ni los perros ni los gatos, lo que les permite ser el sprintador más veloz del reino animal (60 mph.) Para estabilizar sus giros a gran velocidad, en lugar de suaves almohadillas y garras retráctiles tiene almohadillas plantares duras y uñas/garras permanentemente extendidas como las de los perros. Su pelaje es como el del perro, pero el moteado está compuesto de pelo de gato. Lo que ya es sensacional se mire por donde se mire es que que cada guepardo tiene el mismo ADN sin la mínima variación. ¡Son clones! Sencillamente esto no es posible bajo ningún sentido natural plausible. Además inofensivos hacia el hombre, a no ser que se sientan amenazados, así como muchos otros.

Plantas y animales domesticados

La domesticación de las plantas

Formas primitivas de trigo, ‘emmer’ y ‘einkorn’

El milagro del trigo comienza con las variedades silvestres ‘emmer’ y ‘einkorn’, granos primitivos de semillas pequeñas, duras y correosas que no pueden ser satisfactoriamente procesadas como alimento, ni de fácil digestión para los humanos. Sin embargo, de alguna manera los “granjeros” de la Edad de Piedra (Paleolítico inferior—Neolítico superior) comprendieron que si persistían, cosechando, seleccionando y replantando las más grandes de estas inútiles semillas, eventualmente producirían semillas aún más grandes y tiernas que podrían ser cosechadas, procesadas y digeridas como progenie a docenas (temporadas-años) de generaciones de distancia de aquéllas. Semejante elevado nivel de dedicación desinteresada para con el futuro, claramente no es posible hoy día, así que parece igual de improbable hace 10.000 años.

De izquierda a derecha: ‘einkorn’ silvestre, Triticum boeoticum. ‘einkorn’ doméstico,Triticum monococcum.

‘emmer’ silvestre, Triticum dicoccum. ‘emmer’ doméstico, Triticum dicoccoides.

El milagro del Raquis y las Glumas

Cada semilla de trigo tiene una cascarilla externa (gluma) conectada a su tallo con una unión conocida como raquis. Las glumas y raquis silvestres duran hasta la maduración, cuando se han vuelto demasiado quebradizas para ser cosechadas. Las raquis del trigo domesticado han sido alteradas para durar exactamente lo suficiente como para soportar el proceso de cosechado, aunque tampoco demasiado resistentes como para no poder ser extraídas de sus glumas, es decir han sido alteradas para soportar precisamente el cosechado pero también alteradas para desprenderse durante la trilla. Estas concretas modificaciones, efectuadas con precisión quirúrgica, parecen enteramente demasiado selectivas como para ser accidentales, y lo mismo ocurre con bastantes variedades silvestres que han generado plantas de uso doméstico.

¿Fue creado el maíz antiguo por selección?

Teocente spice —teosintes species—, Annual Teocente, Maíz híbrido moderno

El tallo del maíz moderno tiene frutos muy convenientemente empaquetados en unas pocas mazorcas, largas y de muy fácil cosechado. Su antepasado silvestre tenía varios tallos pequeños, cada uno con muchas espigas pequeñas con granos. Esta transformación es, con mucho, bastante más más espectacular que la del trigo y otros granos, y aún así sucedió supuestamente por el mismo proceso: El Cazador-Recolector de la Edad de Piedra comenzó a cosechar y plantar las semillas más rellenitas de la minúscula e indigerible hierba Teosintes; lo repitió durante docenas de generaciones sin ningún beneficio apreciable para ellos mismos; luego tras cientos de años habría emergido el moderno y digerible híbrido “modelo básico” que todos conocemos. Por poco resulta plausible.

Tablilla sumeria. Annunaki y plantas

Maíz primitivo o silvestre

            

El misterioso algodón de Hawaii, Kokia drynarioides

La cadena de islas hawaiianas es la más aislada del mundo: la tierra continental más proxima es San Francisco a 2.400 millas de distancia. Sin embargo, gente, animales y plantas llegaron a estas islas volcánicas y lo hicieron conquistando distancias impresionantes. Para cuando el Capitán Cook desembarcó en 1778, el algodón Hawaiiano —una especie híbrida con un “lote” de cromosomas del algodón del Nuevo Mundo y otro del algodón del Viejo Mundo— ya estaba bien asentado y venía siendo cosechado hasta donde alcanzaba la memoria de los hawaiianos. ¿Cuándo se hibridó y cómo llegó hasta Hawaii?

Para que no se eternice el tema en curso, tampoco ahondaremos en las desconocidas variedades de algodón cultivadas por los Incas… ¡de diferentes colores! Se han encontrado ponchos de algodón en tumbas Incas, muy anteriores a la llegada del Azote de los conquistadores y tras ser minuciosamente analizados los resultados demostraron que el algodón creció de tal o cual color. También es cierto que si actualmente y por alguna remota circunstancia se consiguieran estas variedades, dudamos que la industria de los colorantes textiles fuera a aplaudir.

Nos faltaba añadir que a la fecha de hoy no se ha encontrado el “pariente silvestre” del “algodón doméstico”. Se nos olvidaba añadir que la Ciencia Académica ya preparó la respuesta. Simplemente ¡se ha extinguido!  junto con las docenas y docenas de plantas y frutos comestibles sin antepasado silvestre. Todas se han extinguido. Amén.

La domesticación de los microbios para la cerveza

Pocas levaduras de cerveza deliciosa, gracias a www.diArk.org

Como nuestros antepasados de la transición de cazadores-recolectores a la sociedad agrícola, que tenían que domesticar las plantas y animales que hoy conocemos como vida en la granja. Los granos de maíz se hicieron más grandes y más llenos de almidón, las vacas se volvieron más dóciles, y todos los organismos agrícolas se acostumbraron a la vida en las filas o pastos atendidos por los seres humanos. Sin embargo, algo de lo que comemos depende de algo más de que estas plantas y animales – por ejemplo, tomar cerveza. Un nuevo estudio publicado en PNAS por Diego Libkind et al. describe la domesticación de los microbios y levaduras necesarias para hacer cervezas de la antigüedad y describe un proceso inconsciente en paralelo la domesticación agrícola.

Las primeras cervezas fueron desarrollados en el Creciente Fértil después de que los sumerios domesticaran la planta de cebada hace unos 6000 años y se les acredita haber ayudado a dar forma a la fuerte cultura que surgió en la región. Cervezas tempranas incluyeron una amplia diversidad de ingredientes, tanto en el grano utilizado para la elaboración de la cerveza y las especias que se añaden un sabor especial. Smithsonianrecientemente presentada Patrick McGovern,  aísla e identifica las sustancias químicas de estas cervezas antiguas para crear una lista de ingredientes para volver a crear estos tipos de cerveza (se puede ver uno de ellos, llamado Midas Touch, en Dogfish Head). Según McGovern, estos ingredientes, entre ellos “el aceite de oliva, el mirto del pantano, el queso, reina de los prados, la artemisa, la zanahoria, por no hablar de los alucinógenos como el cáñamo y la amapola”, da una idea de las culturas que crearon estos brebajes. Así que, con una historia tan rica, ¿cómo nos las arreglamos para reunir lo que ahora conocemos como la cerveza?

Ales, vinos y pan con levadura y todos utilizan la misma levadura, Saccharomyces cerevisiae, para fermentar el grano y proporcionar comida y diversión. Las cervezas doradas, por otro lado (la más popular en todo el mundo de las bebidas alcohólicas) el usoS. pastorianus con la ocasional “contaminación” de S. bayanus, ninguno de los cuales como siempre se ha aislado de la naturaleza. Ellos parecen depender de los seres humanos para su propagación, específicamente en el proceso de fabricación de la cerveza – evidencia de que los primeros seres humanos domesticaron estas especies de levaduras (si se pretende o no). Sin embargo, los autores de este estudio creen que familiares existentes de las especies de levaduras originales todavía deben estar por ahí, y ofrece un balance de los rasgos de levaduras salvajes que podrían dar lugar a emocionantes nuevas cervezas, así como una red de seguridad genética si algo le ocurriera a S. pastorianus.

Después de extensas colecciones de campo de Saccharomyces de todo el mundo, la secuenciación del genoma reveló que S. pastorianus es probablemente un híbrido de S. eubayanus, una cepa pura identificado en el ecosistema Pagagonian único, y S. cerevisiae, las secuencias de los cuales habían sido previamente identificados en el genoma. ¿Y qué hizo la domesticación de un cambio en el genoma? Un gen en el azúcar-procesamiento que escinde la isomaltosa disacárido azúcar, el transporte eficiente de nutrientes, y aumento de la formación de sulfito están todos presentes en las cepas domesticados a una frecuencia mucho mayor que las cepas salvajes. Esto sugiere que el proceso de elaboración de la cerveza está decididamente a favor de estos rasgos. La hibridación parece haber ocurrido al menos dos veces desde el siglo XV.

EPÍLOGO

Charles Darwin (eugenista), dijo que los humanos son como los animales domesticados en un sorprendente número de facetas, y de hecho lo somos. ¿Pero cómo sucedió? ¿Y por qué? Los antiguos Sumerios tenían una explicación. Dijeron que los humanos fueron creados “en la Casa de la Creación” para ser esclavos y sirvientes de sus dioses, los seres del planeta Nibiru (llamados “los Annunaki”), y que todas las plantas y animales domésticos fueron igualmente creados para “hacer más cómoda la vida de los dioses”. En pocas palabras, somos el resultado de una INTERVENCIÓN genética desarrollada por no-humanos.

Es un hecho la existencia de montañas de libros científicos que explican detalladamente cómo se desarrolló el proceso de domesticación de animales y plantas. Algunos tratados están tan sorprendentemente detallados que da la impresión de que sus autoresestuvieron allí. Uno de los tratados más consultados durante la composición de este artículo ha sido el PNAS, que resume toda la obra sobre la domesticación animal/vegetal en una sola frase:

Según el PNAS:

“Hibridación y duplicación espontánea de cromosomas”

Sí, has leído bien. Además, está aprobado por la Iglesia de la Ciencia Académica y aprobado por la comunidad científica. No hay vuelta de hoja. Todo queda reducido a 6 palabras. Es irrebatible e incuestionable. ¡Palabra de dios, te alabamos señor!

FUENTE

http://www.lloydpye.com/flash/14-Domestication.swf

La domesticación del homínido, los animales, las plantas…¡y los microbios!

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