El primer ministro portugués ha presentado su dimisión después de que todos los partidos de la oposición votasen en contra del cuarto plan de contención del ejecutivo de Lisboa. José Sócrates ha culpado al principal grupo de la oposición de forzar esta crisis por «interés partidario».
«Esta crisis política tiene en este momento consecuencias muy graves porque daña la confianza de las instituciones internacionales y los mercados», ha afirmado José Sócrates, responsabilizando a la oposición de «las consecuencias negativas que la crisis política traerá para las familias y las empresas portuguesas».
Además, José Sócrates ha criticado que los partidos hayan optado por votar en contra del PEC4 sin presentar alternativas, y por hacerlo «en vísperas de un Consejo Europeo que es fundamental para el futuro de Portugal y del euro». Sin derecho preguntas por parte de los periodistas, el primer ministro en funciones, hasta que el presidente acepte su dimisión, defendió que ha hecho todo lo posible para evitar la intervención del Fondo Monetario Internacional.
En un comunicado, el presidente de la República ha anunciado que iniciará la ronda de diálogo con los partidos, antes de convocar las elecciones anticipadas, que deberán celebrarse en un plazo de dos meses.
Por su parte, el líder de la oposición, Pedro Passos Coelho, entiende que «los mercados no confían en Portugal, ya que el gobierno no ha conseguido crear las condiciones de confianza necesarias«. El socialdemócrata ha defendido que durante más de un año ha dado su respaldo al Gobierno para garantizar la estabilidad política y evitar la ayuda internacional, pero ahora considera que «es el momento de devolver la palabra a los portugueses».
Sobre los planes de ajuste presentados por el gobierno, Passos Coelho considera que Sócrates se ha aprovechado del argumento del rescate para «asustar a los portugueses y convencerles de que eran necesarias cada vez nuevas medidas de contención». Aún así, el conservador no descarta que en caso de llegar al gobierno tenga que volver a aumentar los impuestos debido a la crisis financiera que atraviesa el país.
Crisis portuguesa
Todas las medidas de austeridad aprobadas en el último año no han evitado que el interés del bono portugués a 10 años se haya disparado hasta el 7,8%, casi un punto porcentual por encima del límite que el propio Gobierno luso dijo que supone la intervención del Fondo Monetario Internacional.
Los cuatro planes de ajuste supusieron aceptar un aumento del IVA hasta el 23%; recortes salariales para la Función Pública de entre el 5 y el 10% para sueldos superiores a 1.500 euros y recortes en el gasto de las administraciones regionales y las empresas públicas. Este último plan de austeridad proponía subir aún más el IVA y abaratar el despido.