El 19 de julio los dos mayores sindicatos de España convocan a una jornada de concentraciones masivas por todo el país. Es la nueva ronda de rechazo a los recortes de gastos e imposiciones fiscales del gobierno de Mariano Rajoy. El sociólogo y profesor universitario Manuel Castells Oliván asegura que «el poder está en el cerebro de la gente». Al hablar en exclusiva para RT sobre la nueva ronda de manifestaciones de ‘indignados’ en el país subrayó que un 70% de los ciudadanos españoles están de acuerdo con lo que hace el movimiento. Las nuevas manifestaciones a nivel nacional convocadas por los dos sindicatos más grandes del país tienen como objetivo volver a expresar el rechazo popular a las duras medidas aprobadas por el Gobierno para reducir el déficit público en unos 65.000 millones de euros. Los ajustes contemplan, entre otras medidas, eliminar la desgravación por la compra de una vivienda, aumentar el IVA, suprimir la paga extra de Navidad a la burocracia y reducir el subsidio por desempleo. Tras el anuncio de estas drásticas medidas, el pueblo español se congregó en masivas protestas exigiendo poner fin a las acciones que violan los derechos de la ciudadanía. Al respecto, Castells sostiene que hoy en día en el mundo la gente es más educada y por eso se plantea más problemas. “El activista típico del movimiento en todos los países es el profesional de unos 30 años con un trabajo muy precario o sin empleo”, describe. “Lo esencial es que el poder está en la mente y la mente se organiza en funciones de redes de comunicación. Por tanto, el que controla la comunicación, controla el cerebro y por tanto controla el poder”, dice. El catedrático se muestra optimista ante lo que ocurre en el país. Para él, todos estos movimientos se plantean a largo plazo y destaca que el eslogan más difundido entre los ‘indignados’ sea «Vamos despacio, porque vamos lejos». Significa «ir hacia el cambio de la mente de los ciudadanos, que en último término se transformará en un cambio de actitud también de las élites políticas”, asegura. Cabe mencionar que la convocatoria a las marchas se realiza a través de Internet y de las redes sociales. En este contexto, el sociólogo describe el rol importante que juega la red en el mundo y en los ‘indignados’. “Desde Internet se han construido redes de debate, redes de organización, redes de acción, pero para actuar sobre la sociedad tienen que salir, tienen que ir a la calle”, expresa. “La clase política se reproduce a sí misma. Es todo un mundo cerrado en sí mismo. Ese mundo no tiene aire. Entonces, lo que ha pasado es que con Internet se han abierto las ventanas, con Internet la gente puede decir lo que quiera, porque los políticos y los financieros juntos controlan los medios de comunicación”, resalta. Lo que no toca a los periodistas profesionales “afortunadamente que son la línea de resistencia”, dice. Para conocer más sobre el tema vea la entrevista con Manuel Castells Oliván haciendo clic aquí. La indignación por la crisis del euro se extiende entre los europeos. ¿Es posible, al modo de la ‘primavera árabe’, tener un ‘otoño europeo’? Participen en nuestra encuesta.
Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/49436-El-soci%C3%B3logo-Manuel-Castells-70%25-de-espa%C3%B1oles-apoyan-protestas-de-indignados
Lo vergonzante es que todavía sigamos de «la mano» de los sindicatos «mayoritarios». Mientras esto sea así significa que la pretendida «r-evolución» humana sigue siendo un cuento de papanatas.
Unos aprovechan la revuelta: los sindicatos ¡faltaría más! = se están quedando sin seguidores, como la iglesia católica (los otros acogen más pr despiste y desidia).
Es normal: si realmente no se desea una «organización» se caerá de nuevo en el tópico más reciente: vamos todos de la mano en una manifestación masiva (pretendidamente) a ver si el «gobierno» escucha y acoge las quejas de los «ciudadanos».
Hay respuestas, pero, evidentemente, no están ahí, en los sindicatos ni en los gobiernos.
Actuar bajo otras perspectivas de unión, no sindicales y no asociacionistas, uniones libres, sería lo que realmente diese la libertad y los primeros pasos para estructurarnos hacia un nuevo «modelo» de convicencia entre humanos, léase cambio de paradigma.